Lejos de pensar en el suicidio colectivo
QHoy en portada, destacamos los resultados más recientes del Global Entrepreneurship Monitor, un prestigioso estudio engendrado por el London Business School y Babson College, que entre otras cosas mide las actitudes de la población hacia la creación de empresas a nivel global.
Los resultados que el estudio arroja sobre cómo Puerto Rico visualiza el tema de empresarismo son alarmantes, como podrán ver en el reportaje de nuestra periodista Marian Díaz.
En Puerto Rico, solo un 8.3% de los encuestados indicó que está dando los pasos para crear una empresa o dijo haberla establecido hace poco.
Estas cifras consternan, sobre todo cuando se habla del empresarismo como una de las claves para reactivar nuestra lacerada economía y mitigar la erosión de inversión foránea a nivel local.
Sin embargo, las cifras no deben sorprender, considerando los retos que por años ha experimentado Puerto Rico en los temas de permisos y energía.
Ambos temas actúan como un peligroso disuasivo para cualquier persona en la Isla que esté considerando establecer un negocio. La situación se complica aún más cuando se toma en consideración que en Puerto Rico apenas existe una cultura empresarial. Aunque eso está cambiando poco a poco, la mayoría de la población productiva hoy día fue criada y educada para trabajar para una empresa y no para ser una empresaria o empresario.
Pero lejos de considerar un suicidio colectivo o tomarnos el Kool-Aid como en Guyana, los datos del estudio deben servir como incentivo para atacar con más urgencia los problemas medulares que obstaculizan el empresarismo en suelo puertorriqueño.
Aunque por lo visto el tema de una reducción en el costo energético va a tomar más tiempo de lo que el pueblo merece, algo que podemos trabajar de manera inmediata es en el derrumbe de las barreras de permisología que actúan como enemigo y penalizan al emprendedor.
La banca, que por regulaciones federales y por un entorno económico complicado, está siendo más conservadora a la hora de otorgar crédito, tiene que tomar un rol más proactivo todavía en llevar a los empresarios hacia formas más efectivas de acceder al crédito. Y en términos generales, tenemos que creer más en nosotros mismos y abrazar el riesgo como una gran oportunidad de crecer e innovar.