Cámara de EE.UU. aprueba medalla de oro a los ‘Borinqueneers’
La Cámara baja federal aprueba otorgarle la Medalla de Oro del Congreso al 65 de Infantería
WASHINGTON. – Desde las gradas, a sus 96 años de edad, el veterano de guerra Leonardo Martínez observó ayer el momento en el que la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó, a viva voz, la medida que busca otorgarle la Medalla de Oro del Congreso al antiguo regimiento 65 de Infantería del Ejército en el que estuvo activo.
“No hay una unidad que mejor ejem- plifique la distinguida tradición de servicio militar de Puerto Rico que el Regimiento 65 de Infantería”, indicó el comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi, en su mensaje desde el hemiciclo.
El premio, junto a la Medalla Presidencial de la Libertad, ha sido conferido en más de 150 ocasiones, pero entre los latinos el único que lo ha recibido es Roberto Clemente, la leyenda puertorriqueña del béisbol profesional.
La iniciativa, que necesita en el Senado dos coauspiciadores más para poder ser llevada a votación en esa cámara alta, reconoce las hazañas de valor de los miembros de la que fuera la última unidad militar segregada de las Fuerzas Armadas estadounidenses, que estuvo compuesta principalmente por puertorriqueños de la isla.
“Corrige una gran injusticia. Los soldados puertorriqueños han hecho una contribución desproporcionada a las Fuerzas Armadas. En Corea, los puertorriqueños tuvieron, proporcionalmente, el doble de participación y muertos”, indicó el coronel jubilado Gilberto Villahermosa, quien documentó la historia del 65 en su libro “Honor y Fidelidad: El regimiento 65 de Infantería en Corea”.
Villahermosa fue el investigador del Centro de Historia Militar que publicó el informe que confirmó que el consejo de guerra contra más de 90 soldados del 65 de Infantería, después de haber sido reconocido por sus ejecutorias en el campo de batalla, estuvo salpicado de prejuicios étnicos y discriminación. PIONEROS. En su turno, el demócrata puertorriqueño José Serrano (Nueva York) recordó cómo se obligó a los soldados puertorriqueños a afeitarse sus bigotes, “hasta probar su hombría” y se les prohibía hablar en español.
Con su esfuerzo y tenacidad, “le abrieron camino a los latinos y han sido una fuente de orgullo y admiración”, indicó Serrano.
Para la también demócrata boricua Nydia Velázquez (Nueva York), la aprobación de la medida representó una forma de celebrar el servicio militar de su tío, Luis Manuel Serrano Medina, quien peleó en Corea.
“Los ‘Borinqueneers’ -el nombre por el cual fueron conocidos-, significa la Tierra de Nuestro Señor Bravo”, recordó Velázquez en su mensaje. LAS EJECUTORIAS. Desde su llegada a Corea, en septiembre de 1950, con más de 3,900 soldados, las tropas del 65 se distinguieron por el valor demostrado en el campo de batalla.
“El regimiento desempeñó un papel crítico en la contraofensiva de Estados Unidos en respuesta a un avance importante por las fuerzas comunistas chinas en 1951”, indica la legislación de la autoría del republicano Bill Posey (Florida).
Por ser miembro del Comité de Servicios Financieros, que tramita estos premios, Posey fue el autor principal. “Es una forma apropiada de agradecerles el servicio a nuestra nación”, dijo Posey, quien sometió la medida junto a Pierluisi.
“Si visita cualquier instalación militar verá a hombres y mujeres de Puerto Rico, luchando para mantener a la nación (estadounidense) segura, fuerte y libre. Podrán hablar inglés con acento, pero están tan entregados a este país como lo están sus colegas de los estados”, agregó Pierluisi.
Para el demócrata boricua Luis Gutiérrez (Illinois), el sacrificio de las tropas del 65 “es otra de las razones por la cual estoy orgulloso de mi herencia”. AL SENADO. La medida pasa ahora a la consideración del Senado, donde la Administración de Asuntos Federales (PRFAA) ha colaborado con la búsqueda de coauspiciadores.
En el Senado, el autor de la medida, que tiene 64 coauspiciadores, es el demócrata Richard Blumenthal (Connecticut).