Estados Unidos acusa a China de ciberespionaje
Imputa a cinco militares chinos de espionaje económico internacional ‘Hackers’ se infiltraron en la red de empresas clave del sector energético
WASHINGTON. — En un caso sin precedentes que implica espionaje económico internacional, Estados Unidos anunció ayer cargos de ciberespionaje contra cinco militares chinos acusados de penetrar en empresas estadounidenses a fin de obtener secretos comerciales.
De acuerdo con la acusación formal, los hackers espiaron a empresas estadounidenses dedicadas a la energía nuclear y solar. Fueron acusados de robar secretos comerciales y comunicaciones internas para tener ventaja competitiva.
“El éxito del mercado internacional se debe basar solamente en la capacidad de la empresa de innovar y competir, no en la capacidad de un gobierno patrocinador de espiar y robar secretos comerciales”, dijo el secretario de Justicia estadounidense Eric Holder.
Los militares están acusados de usurpar secretos de algunas de las mayores empresas de EE.UU. en sectores clave como el acero, el aluminio y la energía nuclear. Los piratas informáticos, vinculados a la unidad 61398 del Ejército de Liberación Popular chino, obtuvieron información privilegiada en litigios con las empresas norteamericanas o beneficiaron con sus informaciones a empresas estatales chinas.
Holder dijo que las empresas víctimas de los ataques fueron Alcoa World Alumina, Westinghouse Electric Co., Allegheny Technologies, U.S. Steel Corp., United Steelworkers Union y Solar World.
Los cargos fueron descritos como sin precedentes y representan un punto significativo de una vieja meta del gobierno del presidente Barack Obama de llevar ante la justicia a los responsables de amenazas cibernéticas patrocinadas por otros estados. Un reporte reciente destaca que más de 40 programas de armas del Pen- tágono y casi otras 30 tecnologías de defensa se han visto en riesgo por las ciberintrusiones de China.
Un informe de la empresa privada norteamericana Mandiant, publicado en febrero de 2013, identificó un edificio de las Fuerzas Armadas chinas en Shanghái de donde supuestamente partían decenas de ciberataques contra empresas de todo el mundo. A una unidad del inmueble se adscriben, según la acusación presentada por un tribunal federal de Pensilvania, Wang Dong, Sun Kailiang, Wen Xinyu, Huang Zhenyu y Gu Chunhui, los cinco responsables del pirateo informático.
El caso judicial se anunció poco después de que se conociera de una operación mundial aparte realizada el fin de semana que resultó en el arresto de 97 personas en 16 países sospechosas de desarrollar, distribuir o usar un software malicioso llamado Black Shade. El programa informático permite a los criminales controlar computadoras personales en secreto.
“Este es el nuevo estándar”, dijo Bob Anderson hijo, subdirector ejecutivo de la rama del FBI contra ciberdelitos. “Esto es lo que se verá en forma recurrente”, agregó.
En un comunicado, la cancillería china dijo que las acusaciones de Estados Unidos son “hechos fabricados” que ponen en riesgo la “cooperación y confianza mutua” entre ambos países.
Se cree que todos los acusados están en China y no está claro si alguna vez serán entregados a Estados Unidos para enfrentar a la justicia. Pero el Departamento de Justicia, al dar a conocer los cargos públicamente, identificó a todos y emitió carteles con la leyenda “se busca”.