Crecimiento y desarrollo humano
“El crecimiento económico podría ser una condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo humano. Se necesitan ambas: políticas de empleo pleno que permitan aumentar el bienestar y políticas que deliberadamente busquen levantar las condiciones de vida”
El desarrollo humano se podría definir como el estudio y la optimización integral del bienestar humano. Este paradigma traído incipientemente por Amartya Sen establece al ser humano como centro y fin -no como medio- de cualquier estrategia de desarrollo. Mientras, crecimiento económico es simplemente dos o más trimestres de crecimiento en el Producto Interno Bruto (PIB). Por eso resulta irónico que se le llame “desarrollo” a la construcción de un centro comercial o “desarrolladores” a los y las constructores, algunas de las cuales afectan negativamente el desarrollo en los casos donde se destruyen recursos naturales.
El ingreso representa un aspecto importante del desarrollo humano ya que permite obtener los bienes materiales necesarios. Así algunos creen que el crecimiento económico es suficiente pues este se filtra a todos (“trickle-down”), determinando así otros componentes del desarrollo humano como la salud y la educación. Sin embargo, hay múltiples contraejemplos a la teoría de la filtración. China es uno, donde bajó la pobreza extrema pero aún en 2005 tuvo más del 50% de los habitantes bajo la brecha de pobreza de $3 al día (ajustado por su poder adquisitivo), a pesar de crecer a una tasa enorme de 9% entre 1980 y 2005.
Otro contraejemplo sería la República Dominicana donde el PIB real se triplicó del 1991 a 2011, mientras los y las trabajadores -la mayoría- estaban ganando menos en 2011 que en 1991 en términos reales (entiéndase, ajustando el aumento en el nivel de precios).
Es decir, el crecimiento económico podría ser una condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo humano. Se necesitan ambas: políticas de empleo pleno que permitan aumentar el bienestar y políticas que deliberadamente busquen levantar las condiciones de vida.
¿Cómo se mide el desarrollo? En los Informes de Desarrollo Humano se publican múltiples indicadores de desarrollo como el Índice de Desarrollo Humano (IDH), el cual es una introducción sencilla a este paradigma. Mahbub Ul Haq -el autor intelectual del IDH- convenció a Sen al de- cirle que: “Necesitamos una medida con el mismo nivel de vulgaridad que el INB (Ingreso Nacional Bruto) -solo una medida- pero una medida que no esté tan ciega a los aspectos sociales de las vidas humanas como lo es el INB”. Hay un debate sobre si el IDH es redundante dada su “alta” correlación con el INB per cápita, el cual es erróneo por dos razones principales. La primera es que el IDH es conceptualmente una medida más amplia. De hecho, es por razones conceptuales que muchos investigadores prefieren utilizar el PIB ajustado por la paridad en el poder adquisitivo a pesar de su alta correlación con el PIB real.
La segunda es que el IDH no es redundante toda vez que describe mejor el desarrollo humano. Si de correlaciones se trata, el IDH tiene internacionalmente una correlación más alta que el INB per cápita respecto a las medidas de desarrollo humano aceptadas tales como la tasa de mortalidad, índices de pobreza, incidencia de tuberculosis, promedio de escolaridad, acceso a saneamiento y todas las brechas de pobreza, entre otros.
Es decir, para abordar el desarrollo humano necesitamos expandir nuestras perspectivas más allá del crecimiento económico y para medir ese desarrollo necesitamos medidas más amplias y completas que el INB o el PIB per cápita. Por eso, me siento honrado de coordinar el primer Informe de Desarrollo Humano en Puerto Rico, iniciativa que se lleva a cabo gracias a la concertación de esfuerzos de varias entidades universitarias, el Instituto de Estadísticas y el Departamento de Estado.
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