Empresa con una misión educativa
Vernet cumple 15 años de generar propiedad intelectual que pone la tecnología al servicio de los estudiantes
Tenía una trayectoria exitosa en una reconocida empresa de telecomunicaciones en Estados Unidos, pero hace casi 15 años decidió regresar a Puerto Rico y emprender desde aquí una empresa de tecnología educativa que desarrolla y exporta productos y servicios a diferentes países de las Américas.
“Regresé a Puerto Rico después de estar como 30 años fuera. Soy doctor en ingeniería eléctrica y trabajé con Bell Labs, que es reconocido como la cuna de los grandes descubrimientos de la física”, comentó Manuel Figueroa, fundador de Vernet.
El empresario laboró en la empresa durante 18 años, tiempo en el que se desarrolló en las áreas de negocios, e incluso dirigió una división en México. Hoy recuerda ese tiempo como los orígenes de Vernet, ya que el pobre acceso a la educación en las comunidades remotas en Centroamérica fue lo que inspiró la idea de negocios.
“En Chiapas, México, fui parte de la iniciativa Telesecundaria, que usa la televisión para llevar maestros a salones que no tienen... Mi gran pregunta, entonces, era cómo llegar a miles de estudiantes y llevar el mejor maestro a cada salón para que todos tengan la misma oportunidad y el mismo contenido”, relató Figueroa, al tiempo que recordó que las áreas rurales son las más afectadas en términos de acceso a educación de calidad.
VIENE DE LA PORTADA DE NEGOCIOS
Mientras buscaba respuestas, Manuel Figueroa estaba seguro de una cosa: que Puerto Rico era el lugar ideal para establecer una compañía de generación de contenido educativo. En su análisis, el ingeniero consideró la calidad del talento magisterial de la Isla, la alta escolaridad y el dominio del español, acompañados de incentivos contributivos.
EDUCACIÓN PARA TODOS. Vernet es una de las precursoras del movimiento de empresas nativas de tecnología. Desde su base, en Caguas, la firma se mantiene innovando para ofrecer contenido relevante a la comunidad educativa, y más recientemente se insertó como proveedor de servicios de telefonía e internet a través del programa E-Rate.
Kelly Guzmán, directora regional de Ventas y Mercadeo de Vernet, explicó que la compañía desarrolla materiales para los grados kinder a duodécimo, aunque han incursionado en materias universitarias básicas. El contenido creado cumple con los estándares del Departamento de Educación de Puerto Rico, en cuanto a las destrezas principales que deben dominar los estudiantes, aunque aplican diversos medios para responder a los diferentes estilos de aprendizaje que puedan tener los niños o jóvenes.
Los programas operan en inglés y español, por lo que pueden utilizarse en programas bilingües, lo que ha permitido que la empresa exporte sus productos a Chile, República Dominicana, El Salvador, Ecuador, Jamaica y algunas áreas de Estados Unidos, principalmente en la Florida.
Los ejecutivos de Vernet comentaron que, con el pasar de los años, han tenido que diversificar su oferta de productos y servicios para viabilizar que su contenido cumpla con el objetivo didáctico. Guzmán mencionó, por ejemplo que desarrollaron unas computadoras tipo tablet, que permiten llevar los pro- gramas tecnológicos a escuelas que no tienen computadoras ni presupuesto para armar un laboratorio de este tipo. Asimismo, ofrecen adiestramiento al magisterio para que aprovechen las herramientas tecnológicas y las integren a sus planes de trabajo.
Más recientemente, Vernet se convirtió en proveedor de servicios de comunicación para escuelas y bibliotecas a través del programa federal E-Rate que otorga descuentos a estas instituciones, públicas o privadas, basadas en el nivel de pobreza de los estudiantes.
Figueroa comentó que la motivación para esta movida fue el hecho de que muchas escuelas tienen internet de manera limitada, por falta de infraestructura. En ocasiones, la conexión solo llega a la oficina del director o a una biblioteca, pero no se puede integrar a las salas de clase. Mediante alianzas con otras empresas y proveedoras, Vernet aspira a cerrar la brecha digital que existe, en la mayoría de los casos, entre planteles en zonas rurales y urbanas, y para lo que hay fondos federales disponibles.
MANUFACTURA TECNOLÓGICA. Figueroa comentó que para mantenerse vigente, Vernet invierte de manera consistente en Investigación y Desarrollo (R&D, como se conoce en inglés). Y afirmó que el proceso de su empresa podría catalogarse como manufactura, aunque cada vez más su contenido se mueve a la computación en nube y hay menos discos físicos.
Sin embargo, a la hora de levantar capital es difícil explicar el modelo de una manufacturera de contenido. “Creamos capital intelectual, y eso no es coletarizable. El banco no presta dinero para algo que no puede ver”, expresó Figueroa.
Mencionó que es similar al proceso de las farmacéuticas, que mientras la producción de una tableta puede ser de pocos centavos, el modelo de negocios suma los millones de dólares que costó desde el descubrimiento hasta que llegó al mercado.
Al momento de solicitar capital tradicional, sin embargo, lo que miran es el costo por unidad, que para Vernet, igual que para las farmacéuticas, es muy bajo. Pues lo que cuesta no es el disco o el paquete de datos que descarga el usuario sino la propiedad intelectual desarrollada y que actuali- zan o adaptan a las necesidades del cliente.
Vernet ha invertido alrededor de $5 millones en los últimos 10 años para sus operaciones de R&D, mayormente a la partida de nómina. El empresario destacó que para una empresa basada en la generación de propiedad intelectual lo más importante es tener una fuerza laboral bien remunerada.
“El salario de los empleados no impresiona a los bancos porque no lo ven como una inversión capital. En estas compañías (basadas en R&D), cuando un empleado se va por la noche, uno ruega que regrese al otro día porque ellos son el equivalente a la máquina de coser de las manufactureras textiles”, manifestó Figueroa.
Vernet tiene 30 empleados a tiempo completo, pero con los contratistas y proveedores de servicios profesionales su impacto puede llegar a unas 300 personas.
“La compañía y su valor son la acumulación de cerebros y conocimientos. El valor de la compañía depende de la capacidad que tenga para retener talento”, añadió.