Buscapié
El programa cuesta $40 y se está vendiendo desde el 2010. Los cibercriminales lo utilizan para acceder a cualquier computadora, sin que su dueño lo advierta, robar la información del usuario, activar la cámara para grabarlo y lanzar ataques masivos. Los expertos señalan que la computadora que usted compró con tanta ilusión ahora puede convertirse en un verdadero zombi, al servicio del invasor.
Esta es solamente una de las noticias que leemos en estos días acerca de las benditas computadora y de la bendita Internet.
Ahora también nos enteramos de que Estados Unidos ha denunciado que militares chinos han realizado ataques cibernéticos contra dos compañías norteamericanas para sustraer información confidencial. China, por supuesto, lo ha negado y, en cambio, ha exigido que Estados Unidos admita sus propias actividades de ciberespionaje.
Cualquiera se desespera en este universo digital.
Pero, cuando estoy a punto de renunciar al mundo civilizado, me entero de un ambicioso proyecto del gobierno peruano, que ha entregado miles de computadoras a niños que viven en regiones aisladas. Palestina, una aldea de unos 65 habitantes en plena región amazónica, fue escogida para participar en el programa.
En el vídeo que ilustra la noticia, vi entonces una escena conmovedora. Una nena de unos 8 años estaba escribiendo en su computadora el mensaje que su mamá le dictaba para su hermana, que estaba fuera de la aldea. La madre, sonriente, le decía a la hija ausente que estudiara mucho y que recordara cuánto la quería su familia.
Entonces se me olvidó que me pueden robar mi identidad y se me olvidaron los militares chinos y pensé únicamente en esa mamá peruana que le decía a su hija las mismas cosas que las madres de todo el mundo les dicen a sus hijos personalmente, cuando pueden, o gracias a la magia de la computadora y la Internet cuando la distancia los separa.