Se aferran a los subsidios de la AEE
Mientras la Legislatura estudia su eliminación, entidades afirman que estos beneficios multimillonarios son esenciales para sus operaciones
La modificación y posible eliminación de los subsidios energéticos ha enfrascado a legisladores, jefes de agencia y beneficiarios en una dura batalla en torno al futuro de estas ayudas, que el año pasado le costaron $69 millones a los clientes de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
La cifra sobrepasa los $300 millones si se considera el costo de la llamada contribución en lugar de impuestos, medida a través de la cual ninguno de los 78 municipios paga luz.
“La voluntad nuestra es revisar los subsidios; los que haya que eliminar, eliminarlos, y a otros buscarles fuentes de pago”, dijo ayer el senador Ra- món Luis Nieves, presidente de la Comisión de Asuntos Energéticos y Recursos de Agua.
Precisamente, esa comisión discute en vistas públicas una resolución -R. del S. 858- encaminada a dilucidar el futuro de los subsidios, así como a identificar mecanismos de ley que obliguen a las agencias y corporaciones públicas a pagar sus deudas con la AEE. Ambas situaciones, dijo el senador, han contribuido a la delicada situación fiscal de la AEE, que está al borde de la quiebra.
“No es tan fácil como decir: ‘eliminen todos los subsidios’. Nadie quiere tumbar (quitar) el (subsidio) de personas que tienen problemas respiratorios”, indicó Nieves.
El director ejecutivo de la AEE, Juan Alicea, no estuvo ayer disponible para entrevista. Anteayer, sin embargo, al presentar su ponencia en las vistas públicas, apoyó la investigación de la comisión, y dijo que “los créditos y subsidios reducen los ingresos de ventas, (lo que) podría ocasionar que eventualmente tengamos que aumentar nuestras tarifas”.
En la vista quedó cuestionado el impacto económico de los subsidios a la AEE, pues se confirmó que la corporación pública se lo pasa a sus clientes a través de las fórmulas de ajuste por compra de combustible y de energía. Esta situación llevó ayer al presidente del Senado, Eduardo Bha
tia, a aseverar que “los distintos subsidios que se han legislado son una aportación o regalía que se está haciendo y que los abonados de la AEE la pagamos. Se tienen que evaluar (todos) para ver si se justifica mantenerlos, modificarlos o eliminarlos. La investigación arrojará luz sobre este particular. Ciertamente, eliminar o disminuir un subsidio puede ayudar a reducir la tarifa energética que pagamos los consumidores”. “OTRO GOLPE”. Para Juan Reyes, presidente de la Asociación de Agricultores, la posible eliminación del subsidio energético que reciben sería “otro golpe” para el “ya maltrecho” sector. Sería, además, “una contradicción” del discurso de esta administración, que se ha jactado de favorecer la industria agrícola. En términos similares se expresaron
Clarisa Jiménez, presidenta de la Asociación de Hoteles y Turismo, y
José “Pepe” Izquierdo, presidente de la Cámara de Comercio, quienes dijeron que el sector privado “no aguanta” un aumento más en sus gastos.
“Lo que reciben los hoteles no es un subsidio, sino un crédito y está atado al cumplimiento de un sinnúmero de condiciones. Es una pequeña ayuda que se recibe, pero no nos están regalando nada”, dijo Jiménez. Izquierdo, por su parte, afirmó que “no apoyamos nada que haga menos competitivo el
país. Los subsidios no los paga la AEE, sino el pueblo. La AEE ha sido hipócrita en su facturación”.
Entretanto, Ángel Rivera, secretario ejecutivo del Concilio de Iglesias, comentó que la ayuda que reciben “no es un subsidio, sino una tarifa preferencial”, que no le aplica a los templos, sino a las edificaciones en las que se prestan servicios sociales. “Los templos pagan agua y luz como cualquier hijo de vecino, por lo que la tarifa preferencial a las iglesias es un gasto mínimo para la AEE”, dijo.
ATENCIÓN AL PAGO. Sobre el pago de las deudas a la AEE, el senador Nieves expuso que durante las vistas de presupuesto, los jefes de agencias y corporaciones públicas declararon que no tenían “partidas para abonar”.
“Parte de la medida legislativa que voy a radicar luego de estas vistas es atender cómo encaminar los planes de pago. Las agencias deben $65 millones; las corporaciones públicas, $200 millones; y las agencias federales, como $8 millones”, destacó.
“Sería un mecanismo por ley para obligar al pago de la deuda y ver las deudas acumuladas, porque si no estás hablando de un presupuesto ficticio. Eso sí afecta las finanzas de la AEE”, agregó Nieves, quien espera finalizar las vistas la próxima semana.
INFORME “POSITIVO”. De otra parte, el vicepresidente de la Junta de Gobierno de la AEE, Agustín Irizarry, informó que ese ente se reunió ayer y sus miembros recibieron un “informe positivo” de las gestiones entre la corporación pública y los dueños de sus líneas de crédito (banca privada).
Irizarry no entró en los detalles del informe pues, según dijo, mañana “se va a emitir un comunicado de prensa informando al país sobre el estado de las negociaciones. Hay asuntos procesales y legales que se tienen que dar en un orden para que las negociaciones se mantengan fértiles. El jueves se hará el anuncio para que dé tiempo de hacer el trabajo”.
Mañana, precisamente, vence el plazo (segunda extensión) para que la AEE cumpla con el pago de $671 millones por las líneas de crédito que mantiene con la banca privada.