Alex Llompart: tenista de alma de acero
Hay atletas profesionales puertorriqueños que compiten en deportes que no son de los favoritos de las firmas comerciales, tales como el tenis, en que hace falta mucho dinero para viajar y competir en torneos satélites que sirven para mejorar en el ranking de la ATP, pero que muelen los bolsillos y la esperanza de progreso si surge la eliminación en una ronda temprana, ya que los gastos superan las ganancias.
Alex Llompart, que acaba de ganar su séptimo cetro de Puerto Rico al hilo, y es su primera raqueta en la Copa Davis, ascendiendo nuevamente en junio pasado al Grupo 2 de América al vencer a Bahamas, no ceja en su empeño en mejorar en la gira, más en dobles que en sencillos, luego de terminar sus estudios en Pepperdine University, donde tuvo récord individual de 92-43 y de 64-38 en pareja durante su elegibilidad de cuatro años.
Sin embargo, él, de 24 primaveras, e hijo de Michel y Sigrid, por cuya vena corre la sangre de Carmelo Filardi, caricaturista fallecido en 1975 que marcó una época en el diario El Mundo con su personaje de Juan del Pueblo, no está pidiendo limosna, sino un apoyo financiero que le permita, al menos, tener un entrenador a tiempo completo, tan esencial en aras de prosperar técnicamente porque tenacidad y pasión les sobran.
Hasta ahora, ha conseguido más triunfos en yunta con el argentino Nicolás Martínez y el sudafricano Dean O’Brien, pero la raqueta también le hace cosquillas en 'singles' y él evita clau- dicar a toda costa.
Borinquen, de hecho, no ha sido prolífico últimamente en producir tenistas varones en el campo rentado: Juan Oscar Ríos y Miguel Nido fueron los antecesores de Llompart; y anteriormente Jorge González y Manolito Díaz, que lleva tres décadas de coach en la Universidad de Georgia; más Francis González que jugó desde 1975 a 1987 y ocupó la posición 49 en 1978.
En mujeres, Gigi Fernández, Kristina Brandi y Mónica Puig han honrado la monoestrellada allende océanos, pero recientemente los varones han escaseado porque aquí se juega más socialmente que en escalas de alto rendimiento y ha habido estancamiento de juveniles.
Llompart, pues, merece apoyo y pronto...