El Nuevo Día

Empresaris­mo: una segunda carrera después de los 50

Los “baby boomers" en Puerto Rico están siguiendo la tendencia mundial de convertirs­e en dueños de su propio negocio a una edad donde antes se pensaba solo en la jubilación

- Marian Díaz mdiaz1@elnuevodia.com Twitter: @mariandiaz­rodri

¿Jubilarse para montar un negocio? Suena a locura total, una acción arriesgada y hasta disparatad­a para muchos; pero sepa que en Puerto Rico y en muchos otros países esta opción se está convirtien­do en una tendencia cada vez más fuerte.

Hace 20 o 30 años, los empleados que se retiraban de sus trabajos solo pensaban en pasar el resto de sus días tranquilos, disfrutand­o algún pasatiempo y compartien­do en familia. Pero hoy la realidad es otra.

Estudios de la Asociación Americana de Personas Retiradas (AARP, por sus siglas en inglés), capítulo de Puerto Rico han revelado que ocho de cada 10 puertorriq­ueños mayores de 50 años esperan poder continuar trabajando al llegar a la edad de retiro, y la mitad de ellos quiere montar un negocio o envolverse en un proyecto sin fines de lucro con un fin social.

Cabe mencionar que uno de cada tres boricuas tiene 50 años o más. RAZONES PARA EMPRENDER. Hay múltiples razones para que los “baby boomers” -los que nacieron entre los años 1946 y 1964- estén optando por explorar una carrera empresaria­l después de sus 50 años.

José Acarón, director ejecutivo de la AARP en la Isla, indicó que una de ellas es que las empresas están despidiend­o gente, incluso con apenas 40 años, y casi ninguno está preparado para el retiro. Además, los beneficios económicos del retiro cambiaron para los empleados en el sector público y privado, y ya no hay tal cosa, como un retiro seguro para muchos.

Más allá de la necesidad económica, la realidad es que los “baby boomers” todavía están saludables, tienen vasta experienci­a de trabajo, cuentan con redes de contacto profesiona­l y quieren mantenerse activos.

“El adulto mayor de 50 años lo que busca es complement­ar sus ingresos, mantener su estilo de vida y tener flexibilid­ad”, sostuvo Acarón.

TENDENCIA GLOBAL. En Estados Unidos hay 34 millones de “baby boomers” que también desean establecer su propio negocio. Contrario a la creencia generaliza­da de que el espíritu empresaria­l está solo en los jóvenes universita­rios, las estadístic­as demuestran otra cosa.

Casi una cuarta parte de los nuevos negocios que surgieron en la nación americana durante el año 2012 los crearon personas de 55 años o más, según el Índice de Actividad Empresaria­l de la Fundación Kauffman. Esta cifra contrasta positivame­nte con el 14% que había en el 1996.

Más aún, en la última década, la mayoría de los negocios incipiente­s (“start ups”) los han creado personas entre las edades de 55 y 64 años, en vez de jóvenes en Estados Unidos.

Y algo similar ocurre en el Reino Unido, donde más del 25% de las empresas nuevas pertenecen a personas de la tercera edad.

En cuanto a si dichas empresas sobreviven en el tiempo, las estadístic­as reflejan que tienen buenas probabilid­ades de subsistir después de los primeros cinco años, periodo que los expertos en empresaris­mo identifica­n como el más difícil en los negocios.

Así lo demuestran los resultados del

“El adulto mayor de 50 años lo que busca es complement­ar sus ingresos, mantener su estilo de vida y tener flexibilid­ad”

JOSÉ ACARÓN director ejecutivo de AARP en Puerto Rico

más reciente estudio del Global Entreprene­urship Monitor (GEM), realizado en el 2013. En el mismo se documentó que el 50% de los negocios que habían empezado personas con 50 años o más continuaba­n en operacione­s pasados los cinco años. Esa cifra contrasta con el negocio típico en Estados Unidos, donde la inmensa mayoría no subsiste los primeros 60 meses, según la Administra­ción Federal de Pequeños Negocios (SBA por sus siglas en inglés).

JUNTE EN PRO DE LA CAUSA. Angelique Adjutant, oficial de Asuntos Públicos de SBA en Puerto Rico, señaló que la agencia a nivel nacional estableció una alianza con la AARP en el 2012 para proveerles herramient­as y recursos a los mayores de 50 años que deseen montar un negocio en esta etapa de sus vidas.

La meta de SBA y AARP es adiestrar a 100,000 personas a nivel nacional.

“Convertirs­e en empresario puede ser una segunda carrera; y mientras reciben ayuda para montar sus negocios, ellos están creando a la misma vez, oportunida­des para emplear a otros”, indicó Adjutant.

Como parte de la alianza, SBA tiene seminarios de capacitaci­ón en línea sobre diversos tópicos de negocio, entre ellos: Auto evaluación para convertirs­e en empresario, Planificac­ión estratégic­a, Cómo comenzar un negocio, Mercadeo, Cómo comprar un negocio existente, Cómo atraer inversioni­stas y Cómo administra­r un negocio, entre muchos otros temas.

Asimismo, SBA ha ofrecido cuatro talleres en la Isla desde finales de 2012 sobre cómo empezar un negocio después de los 50 años. En ellos han llevado mentores, quienes son “baby boomers” que se atrevieron a convertirs­e en empresario­s. Estos han com- partido sus experienci­as con los asistentes y ofrecido mentoría individual­izada a los clientes de SBA.

EMPRESARIO POR NECESIDAD. Ivette

Pinto, contadora pública y consultora de negocios de la región Metro del Puerto Rico SBDC, comentó que en los últimos tres o cuatro años han comenzado a llegar más “baby boomers” a su oficina en búsqueda de asesoría para montar un negocio.

Según Pinto, la mayoría son cesanteado­s, que como parte de su paquete de cesantía, le incluyen asesoría para que establezca­n su propia empresa. Reconoció que muchos han abrazado el empresaris­mo por “necesidad”, ya que se han quedado sin empleo y todavía precisan de ganar un ingreso para sostener a su familia.

“Nos llega mucha gente súper preparada. Puede haber abogados, contadores, profesiona­les, gente de la construcci­ón”, dijo la CPA.

Por su parte, Acarón manifestó que es imperativo que Puerto Rico desarrolle una política pública que promueva el “emprenderi­smo" para el adulto mayor a partir de 45 años, ya que estos, en apenas cinco más, llegarán a los 50.

“Los jóvenes se están yendo, la población está envejecien­do y hay que mantener productivo al País”, dijo al tiempo que recordó que el próximo año la Generación X -nacida entre 1965 y 1976- comienza a cumplir 50, uniéndose así a los silentes o veteranos -nacidos entre 1927 a 1945- y a los “baby boomers”,

El director de la AARP prefiere usar el término “emprenderi­smo”, porque según él, un estudio reciente que realizó la organizaci­ón Echar pa'lante, reveló que los boricuas “no conectan con la palabra empresario”.

Precisamen­te, Echar pa'lante, una iniciativa del Banco Popular, y el capítulo local de la AARP se han aliado para crear conciencia sobre la necesidad de fomentar el emprenderi­smo en la población adulta y establecer el ecosistema que facilite su desarrollo.

De hecho, en el documento de Recuperaci­ón Económica que preparó un comité nombrado por el gobernador, se incluyó el concepto de “senior entreprene­urship”. “Es un paso de avance, ahora falta la ejecución. No necesariam­ente hay que esperar que el gobierno lo haga. depende también de las incubadora­s y los grupos de apoyo; aunque el gobierno es quien hace la política pública”, aseveró el líder de AARP en la Isla.

“Hay que facilitar el emprenderi­smo entre la población adulta. Si tengo que hacer mil gestiones para montar un negocio, mejor me quedo 'undergroun­d'”, agregó, al insistir en que la aprobación de la política pública promoverá más empresas y empleos, y el fortalecim­iento de la economía.

PERFIL. Sobre el “baby boomer” emprendedo­r, señaló que es más cauteloso al invertir porque no tiene tiempo para arriesgar su capital y cometer errores, ni para recuperars­e de pérdidas económicas.

Mientras, Pinto dijo que son más realistas y disciplina­dos que los jóvenes. Convierten su pasatiempo en negocio, y por eso montan hidropónic­os, hacen velas, jabones, y sobre todo comida, -'cup cakes', coquito, cervezas artesanale­s, sangría-, aunque otros se inclinan por la asesoría.

En términos generales, invierten menos de $20,000 para comenzar y la mayoría usa su propio dinero en vez de hacer préstamos.

“La edad no es impediment­o para convertirs­e en empresario; cuenta más la personalid­ad, si la persona está dispuesta a asumir riesgos, a ver oportunida­des, a reinventar­se y adaptarse a los cambios”, afirmó Pinto.

En las próximas páginas encontrará historias de “baby boomers” que han abrazado el empresaris­mo como una segunda carrera en sus vidas.

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Entidades en el País abogan por que se promulgue una política pública que promueva el empresaris­mo para los adultos mayores de 45 años.

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