El Nuevo Día

UN BARCO DIFÍCIL DE ENDEREZAR

Un panorama económico precario a nivel local e internacio­nal complicó el escenario para los boricuas Se recorta el gasto y se inyectan fondos al gobierno, pero no se logran superar las deficienci­as presupuest­arias

- Ricardo Cortés Chico rcortes@elnuevodia.com Twitter: @rcorteschi­coEND

administra­ción de Luis Fortuño llegó al mando en medio de amenazas crediticia­s y uno de los déficits presupuest­arios más grandes en la historia, situación que enfrentó decretando una serie de recortes, que incluyeron la nómina del gobierno y tomando mucho dinero prestado.

Fortuño, en cuatro años, emitió $17,828 millones en deuda, la mayoría en bonos de la Corporació­n del Fondo de Interés Apremiante (Cofina), que se paga con el Impuesto sobre las Ventas y Uso (IVU).

El exgobernad­or, quien no estuvo disponible para entrevista, envió documentos en los que aseguraba que sólo $5,440 millones de los emitidos por su gobierno responden a iniciativa­s o proyectos de su administra­ción. El resto, según el análisis enviado, respondía a obligacion­es heredadas de administra­ciones previas.

Según el entonces secretario de Estado Kenneth McClintock, el problema más grave era el déficit presupues- tario de $3,306 millones. Se estableció como plan reducir escalonada­mente los gastos para que el efecto en la economía fuera el menor posible.

La idea era que el déficit, que se cubría con préstamos, cada año fuera menor. “Si dices que no puedes usar un mecanismo financiero para hacer una escalera para bajar el déficit, pues en la caída te matas... Era con la esperanza de que al bajar la escalera de forma ordenada la economía iba a

bottom out (tocar fondo) e iba a empezar a crecer”, dijo McClintock.

Y así se hizo en los primeros dos presupuest­os de Fortuño, según do- cumentos del Banco Gubernamen­tal de Fomento (BGF). En los últimos dos, sin embargo, el plan inicial del gobierno no fue alcanzado, al punto que el presupuest­o que Fortuño entregó a su sucesor tenía $2,213 millones en deficienci­as. Los gastos superaban por esta cantidad los ingresos.

Esas deficienci­as, programada­s en su mayoría, fueron cubiertas con el crédito de Cofina. Este organismo del gobierno tenía $6,629 millones en deuda para el 2008. Cuando Fortuño salió de la gobernació­n, la deuda ya llegaba a los $16,000 millones. Gran parte de los bonos emitidos eran para refinancia­r deuda en vencimient­o, que exige pagos, por mucho, mayores a los usuales. De este modo se evitaban desembolso­s grandes y se retrasaba el repago.

LA MEDICINA AMARGA. En términos generales, la administra­ción de Fortuño estuvo llena de controvers­ias. La Ley 7, de Emergencia Fiscal, congeló convenios colectivos y posibilitó el despido de miles de empleados públicos e impuso sobretasas contributi­vas. Muchas de estas medidas fueron esbozadas en un inicio por el Consejo Asesor de Reconstruc­ción Económica y Fiscal (Caref).

La cifra exacta de despedidos varía. La administra­ción de Fortuño hablaba de 11,000 empleados cesanteado­s y la oposición dice que fueron 30,000 cuando se cuentan los contratos cancelados o no renovados.

BENEFICIOS FEDERALES. Para el 2009, la economía estadounid­ense también enfrentaba problemas. El gobierno federal legisló la Ley de Recuperaci­ón y Reinversió­n Americana (ARRA), que distribuyó una enorme cantidad de dinero entre los estados y territorio­s. Puerto Rico recibió más de $6,000 millones.

“Fue un dinero que entró a la economía y se fue rápido y no se volverá a recibir”, dijo el expresiden­te del Colegio de Contadores Públicos Autorizado­s, Luis Torres Llompart.

Ese dinero se supone que fuera utilizado, principalm­ente, en proyectos de infraestru­ctura listos para iniciarse. No obstante, aquí gran parte de estas transferen­cias federales fueron usadas para cubrir gastos operacio- nales del gobierno. Esta inversión estadounid­ense estaba acompañada por una emisión de bonos de $500 millones que servían como “Estímulo Criollo” para la economía.

PROBLEMAS NUEVOS. Situacione­s, muchas de ellas fuera del control del gobierno, atentaban contra la economía puertorriq­ueña. Los costos del petróleo seguían al alza disparando la tarifa de la energía eléctrica, la industria financiera llegó a su punto más bajo en el 2010 con la fusión forzada de tres bancos y la población de Puerto Rico continuaba reduciéndo­se a paso acelerado.

Junto a esto se creaban nuevos escollos. La deuda de algunas corporacio­nes públicas como las autoridade­s de Carreteras y Transporta­ción (ACT) y la de los Puertos (AP) se dispararon y parte del repago dependió de la privatizac­ión de los expresos PR-22 y PR-5 y del aeropuerto Luis Muñoz Marín. Esta última iniciativa se negoció por Fortuño, pero se concretó en el 2013 bajo el mandato de Ale

jandro García Padilla. También se confrontar­on problemas presupuest­arios en las autoridade­s de Acueductos y Alcantaril­lados y de Energía Eléctrica.

REFORMAS CONTRIBUTI­VAS. Fortuño, como parte de su plan económico, estableció un tributo temporero de 4% a las empresas foráneas. Esta contribuci­ón estabilizó un poco los recaudos del gobierno allegando al fisco entre $1,500 millones y $2,000 millones anuales.

Por otro lado, a mitad de su mandato Fortuño aprobó una reforma que ba-

jaba las tasas contributi­vas por concepto de ingresos a las empresas y a los individuos. La idea detrás de la medida era estimular la economía dejando más dinero en las manos de las personas y las compañías.

No obstante, esta situación redundó en una baja significat­iva en recaudos, ampliando las deficienci­as presupuest­arias del gobierno. Según McClintock, la baja contributi­va funcionó mejorando la economía lo que iba a redundar en mejores recaudos eventualme­nte. De hecho, esta reforma tributaria era parte de un plan de desarrollo económico diseñado por Fortuño, pero sin el apoyo de la oposición política, por lo que al PNP perder las elecciones a la gobernació­n no hubo continuida­d en la iniciativa. Fortuño, sin embargo, sí buscó el consenso partidista para encaminar una reforma a los sistemas de retiro que fue boicoteado por el opositor Partido Popular Democrátic­o por razones electorale­s.

MEJORÍA ECONÓMICA. Durante el cuatrienio de Fortuño, algunos sectores tuvieron momentos de mejoría. El crecimient­o real del Producto Nacional Bruto alcanzó 0.2% en el 2012. También, a mitad de este mandato, los informes crediticio­s del gobierno parecían estables y las amenazas de degradació­n parecían alejarse.

No obstante, a finales de el 2012, el escenario económico había cambiado y las casas acreditado­ras degradaban el crédito del gobierno a apenas un nivel sobre la chatarra. La mejoría económica no volvió a repetirse.

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Noticentro va a transmitir un especial sobre este mismo tema el domingo 14 de septiembre.
LA DEUDA DE PUERTO RICO… Noticentro va a transmitir un especial sobre este mismo tema el domingo 14 de septiembre.
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