El Nuevo Día

Morgan Freeman:

“Nunca fui buen padre”

- Juanma Fernández-París Especial El Nuevo Día

Clearwater, Florida- Decir que a los 77 años Morgan Freeman no tiene pelos en la lengua, no describe completame­nte el impacto de su brutal honestidad durante la rueda de prensa para el estreno de Dolphin Tale 2. El espectador asocia con este actor, que ha interpreta­do a Dios en dos ocasiones, un aura de sabiduría benévola, y aunque esa cualidad sí está presente, rápidament­e pasa a un segundo plano cuando el ganador del Oscar de Actor Secundario por Million Dollar Baby detecta algo que no es genuino en su intercambi­o con la prensa o cuando simplement­e no tiene tolerancia para preguntas que insultan su inteligenc­ia. De la misma forma que no titubea en decirle a un reportero, que después de hablar con él un buen rato sobre su afición al mar le pregunto si tenía un bote, “esa es una pregunta estúpida”, Freeman no tiene ningún tipo de reparo en apuntar esa honestidad lacerante hacia sí mismo. Cuando surge el tema de él como figura paternal en la secuela familiar que está promoviend­o, Freeman no parpadeó ni una sola vez cuando dijo “eso es todo actuación. Porque yo nunca fui un buen padre. Siempre estuve trabajando o persiguien­do mujeres que no eran las madres de mis hijos. Obviamente eso creó una relación distante con ellos.” Luego de ese arranque, el actor pausa a considerar lo que acaba decir y sonríe tranquilam­ente. “Todos tenemos errores de juventud. Lo importante es aprender, yo sufrí el no tener una buena relación con ellos. Ahora soy un abuelo excelente”. Durante unos veinte minutos el actor sostuvo ese estilo directo, al grano y sin ningún tipo de reparos para discutir en exclusiva con El Nuevo

Día por qué es uno de los actores que más trabaja en Hollywood y en qué ocupa su tiempo cuando no está frente a las cámaras. Cuando hablamos sobre Lego Movie a principio de este año, su contestaci­ón referente a por qué acepta una película es bastante simple y práctica. “Si me pagan, estoy ahí”. ¿Es en realidad su criterio así de simple para todos los proyectos que selecciona? Pues sí. Y eso tiene que ver con que cuando yo empecé esta carrera, de la única forma que podías decir que eras actor era si estabas trabajando. Y no solo eso, si estabas trabajando y ya sabías cuál era tu próximo proyecto. A mí me tomó mucho tiempo llegar a ese nivel y no puedo resistir la tentación de trabajar para preservarl­o. Pero usted no escoge cualquier película. ¿Tiene que haber algún otro criterio?

Eso es cierto, pero no es el mismo para todas las películas que hago. En el caso de Dolphin Tale 2 me agradó la idea de repetir la experienci­a positiva de la primera. Si te fijas yo no tengo mucho que hacer en el filme, en términos de que mi personaje ayude a mover la trama hacia adelante. Pero eso no quita que yo quiera ser parte de un entretenim­iento familiar que sea digno de esa etiqueta. ¿Por qué entonces este filme es digno de ser clasificad­o como entretenim­iento para toda la familia? Porque tiene un propósito educaciona­l específico. Es un filme que habla sobre cuidar los animales y ayudar al prójimo. Eso es algo valioso para un niño, que lo vea en acción en vez de recibir un sermón. Muchas de las películas que son clasificad­as como para toda la familia no tienen ese centro. Cuando yo era niño, en el cine los criminales no eran ido- latrados. El mensaje era bien claro, el crimen no paga. Ahora nada de eso está claro, todo existe en un área gris. Y además el hablar de cuidar los animales abre las puertas para hablar sobre la preservaci­ón del planeta.

¿Eso es un tema que le preocupa? No particular­mente porque yo ya estoy convencido de que el daño está hecho y que ahora hay que vivir con las consecuenc­ias. Y si ése no es el caso, los cambios para prevenirlo no están sucediendo lo suficiente­mente rápido. ¿Sabes quienes son los que van a sobrevivir la catástrofe de nuestro planeta? Las comunidade­s que viven en los árboles. En contraste, los primeros que se van son aquellos que pagaron una fortuna por estar cerca del agua.

Le encanta el océano, ¿no vive cerca de el? Para nada, a mi me gusta estar en el océano, pero si no estoy en él, en un bote, estoy lo más adentro posible del país. Tengo unas 126 cuerdas de terreno en Mississipp­i que me man- tienen ocupado cuando no estoy trabajando. ¿Qué hace Morgan Freeman cuando no está en el océano o filmando una película?

Cuidando a mis abejas en mi finca. Había escuchado sobre eso. ¿Por qué abejas en particular? No hay ninguna razón en específico. Un amigo me mencionó algo de comprar unos panales y en un impulso le dije pues yo voy a comprar también. Pero disfruto de cuidarlas. Yo mismo le doy de comer y me encargo de crear un ambiente que sea propicio para ellas. Hay que plantar ciertas cosas, como mucho trébol y en par de semanas vamos a poner lavanda. Será peculiar pero es algo que me disfruto mucho. ¿Es cierto que no se pone trajes para protegerse cuando le da de comer a las abejas? Si sabes lo que estas haciendo el traje no es necesario. ¿Cuál es el próximo proyecto que lo va a alejar de las abejas y ponerlo de nuevo frente a las cámaras? Pues ahora mismo estoy negociando para un rol de abogado en la secuela de la comedia esa del oso que habla.

¿Ted? Esa misma. Ted 2 . No es un papel grande pero tiene unas buenas escenas. ¿Usted disfruta del tipo de humor de ese filme? Para nada, me parece una estupidez la idea de un oso que habla o de cualquier animal que hable. Pero admiro mucho el trabajo de Mark Wahlberg como actor y productor. Así que la película es una oportunida­d de trabajar y aprender de él. Y claro está, me van a pagar.

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Tale 2. que esta semana estrenó en la Isla.
La actriz Ashley Judd junto a Freeman en una de las escenas de la película Dolphin Tale 2. que esta semana estrenó en la Isla.

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