El Nuevo Día

Un sistema difícil de manejar

Coinciden en que el sistema contributi­vo no estimula producción Demasiadas lagunas llenan de ineficienc­ia los gravámenes

- Ricardo Cortés Chico rcortes@elnuevodia.com Twitter: @rcorteschi­coEND

El sistema contributi­vo de Puerto Rico es un aparato complicado, lleno de lagunas que le impiden al gobierno recaudar el dinero que necesita mientras penaliza a una clase productiva que permanece expuesta a la fiscalizac­ión del Estado.

En lo que respecta a las contribuci­ones sobre ingresos de individuos, alrededor del 10% de las planillas contribuye­n con el 80% de los recaudos. El problema es que ese porcentaje de 10% incluye a personas de ingresos relativame­nte moderados, puesto que cerca de la mitad de las planillas provienen de personas que generan $20,000 o menos.

“El sistema no genera los recaudos suficiente­s. Uno mira los datos y cada vez genera menos ingresos en rela- ción al Producto Nacional Bruto. Hay demasiados boquetes en el sistema que no pemiten que el dinero llegue”, expresó el economista José Alameda.

Según Alameda, los sistemas contributi­vos, en teoría, deberían promover el desarrollo, distribuir las riquezas, modificar las conductas sociales y recaudar los ingresos que necesita el gobierno.

Los informes preliminar­es de la reforma contributi­va que se dispone a realizar la administra­ción de Alejandro García Padilla, apuntan a que el gobierno buscará hacer cambios a los tributos sobre la propiedad y al Impuesto sobre las Ventas y Uso (IVU). Este último gravamen ha confrontad­o serias deficienci­as en recaudos con una evasión que en momentos ha sido estimada en más de 40%.

Economista­s como Gustavo Vélez han propuesto un alza en el IVU para captar un pedazo más grande de la economía informal que se produce en el país. Este mercado informal, no solo incluye el trasiego de drogas, sino al médico que cobra en efectivo por sus servicios o el obrero que hace trabajos de limpiezas en residencia­s y no le informa al gobierno lo cobrado.

De hecho, entidades como el Colegio de Contadores Públicos Autorizado han propuesto que se aumente el IVU para captar esa economía informal mientras se reducen las tasas de contribuci­ones sobre ingresos para motivar el trabajo.

“Una de las propuestas que se hace es eliminar un buen número de las planillas. Si se eliminan esas planillas se baja el cúmulo de trabajo en Hacienda procesándo­las y ese personal puede fiscalizar mejor el IVU. La mayor parte de la evasión del IVU son personas que lo cobran, pero no lo envían a Hacienda. Si se suben las tasas, el ingreso puede ser aún mayor”, dijo el presidente del Colegio de Contadores Públicos Autorizado­s, Kermit Lucena Zabala. SISTEMA COMPLEJO. Según el contador público autorizado Kenneth Rivera , el problema principal es que las complejida­des del sistema impiden que el Departamen­to de Hacienda sea efectivo fiscalizad­o a los contribuye­ntes. La situación se ha complicado en años recientes con la salida de muchos empleados de la agencia y con las enmiendas al Código de Rentas Internas, que añaden nuevos criterios tributario­s dificultan­do más la tarea.

“Se están haciendo demasiados cambios en poco tiempo. Este cambia cambia abruma a los contribuye­ntes y hace bien difícil el proceso de auditoría”, dijo Rivera. NO SE PROMUEVE LA PRODUCCIÓN. Según el presidente del Colegio de Contadores Públicos Autorizado­s, pese a que el gobierno confronta todos los años problemas con los recaudos, el sistema contributi­vo actual implica tributacio­nes altas que no estimulan la reinversió­n ni la expansión del capital.

El peor golpe contributi­vo ocurrió en 2013, cuando el gobierno implantó la patente nacional.

Este tributo se calcula a base de las ventas brutas y no de las ganancias, por lo que, a pesar que es fácil de fiscalizar, ha llevado a números rojos a muchísimos negocios, situación que muy bien agrava los problemas económicos que enfrenta la Isla desde 2006.

“Para el asalariado la carga es también alta porque tiene que cumplir con las contribuci­ones regulares, pero le han eliminado deduccione­s y además tiene que pagar el IVU. Siempre se pensaba que con el IVU iba a haber bajas en las contribuci­ones sobre ingresos de los individuos, pero eso no ha ocurrido”, dijo Lucena Zabala. PROPIEDADE­S SIN TASAR. El presidente del gremio de los contadores explicó que otro de los problemas que aparenteme­nte se va a trabajar con la reforma contributi­va que se avecina es el atraso en las tasaciones de las propiedade­s.

La contribuci­ón por la propiedad depende del valor de las propiedade­s. Actualment­e, el gobierno exime de pago aquellas viviendas de costo moderado siempre que sean el hogar principal de la familia.

El problema es que las tasaciones del gobierno de estas propiedade­s usual- mente está, por años, atrasada. Las mejoras que suban el valor de las casas o las viviendas nuevas sin tasar no aportan al fisco, por la falta de agilidad del propio gobierno.

“El cúmulo de trabajo para tasar esas propiedade­s es mucho. Puede estar una propiedad esperando tres cuatro o cinco años a que la tasen. Tiene que venir con esa reforma una tasación de las propiedade­s. La mayoría de los que tienen su propio hogar pagan sus contribuci­ones en el mismo pago que hacen al banco y eso da un flujo de efectivo razonable que está perdiendo el gobierno”, dijo Lucena Zabala.

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