Un sistema difícil de manejar
Coinciden en que el sistema contributivo no estimula producción Demasiadas lagunas llenan de ineficiencia los gravámenes
El sistema contributivo de Puerto Rico es un aparato complicado, lleno de lagunas que le impiden al gobierno recaudar el dinero que necesita mientras penaliza a una clase productiva que permanece expuesta a la fiscalización del Estado.
En lo que respecta a las contribuciones sobre ingresos de individuos, alrededor del 10% de las planillas contribuyen con el 80% de los recaudos. El problema es que ese porcentaje de 10% incluye a personas de ingresos relativamente moderados, puesto que cerca de la mitad de las planillas provienen de personas que generan $20,000 o menos.
“El sistema no genera los recaudos suficientes. Uno mira los datos y cada vez genera menos ingresos en rela- ción al Producto Nacional Bruto. Hay demasiados boquetes en el sistema que no pemiten que el dinero llegue”, expresó el economista José Alameda.
Según Alameda, los sistemas contributivos, en teoría, deberían promover el desarrollo, distribuir las riquezas, modificar las conductas sociales y recaudar los ingresos que necesita el gobierno.
Los informes preliminares de la reforma contributiva que se dispone a realizar la administración de Alejandro García Padilla, apuntan a que el gobierno buscará hacer cambios a los tributos sobre la propiedad y al Impuesto sobre las Ventas y Uso (IVU). Este último gravamen ha confrontado serias deficiencias en recaudos con una evasión que en momentos ha sido estimada en más de 40%.
Economistas como Gustavo Vélez han propuesto un alza en el IVU para captar un pedazo más grande de la economía informal que se produce en el país. Este mercado informal, no solo incluye el trasiego de drogas, sino al médico que cobra en efectivo por sus servicios o el obrero que hace trabajos de limpiezas en residencias y no le informa al gobierno lo cobrado.
De hecho, entidades como el Colegio de Contadores Públicos Autorizado han propuesto que se aumente el IVU para captar esa economía informal mientras se reducen las tasas de contribuciones sobre ingresos para motivar el trabajo.
“Una de las propuestas que se hace es eliminar un buen número de las planillas. Si se eliminan esas planillas se baja el cúmulo de trabajo en Hacienda procesándolas y ese personal puede fiscalizar mejor el IVU. La mayor parte de la evasión del IVU son personas que lo cobran, pero no lo envían a Hacienda. Si se suben las tasas, el ingreso puede ser aún mayor”, dijo el presidente del Colegio de Contadores Públicos Autorizados, Kermit Lucena Zabala. SISTEMA COMPLEJO. Según el contador público autorizado Kenneth Rivera , el problema principal es que las complejidades del sistema impiden que el Departamento de Hacienda sea efectivo fiscalizado a los contribuyentes. La situación se ha complicado en años recientes con la salida de muchos empleados de la agencia y con las enmiendas al Código de Rentas Internas, que añaden nuevos criterios tributarios dificultando más la tarea.
“Se están haciendo demasiados cambios en poco tiempo. Este cambia cambia abruma a los contribuyentes y hace bien difícil el proceso de auditoría”, dijo Rivera. NO SE PROMUEVE LA PRODUCCIÓN. Según el presidente del Colegio de Contadores Públicos Autorizados, pese a que el gobierno confronta todos los años problemas con los recaudos, el sistema contributivo actual implica tributaciones altas que no estimulan la reinversión ni la expansión del capital.
El peor golpe contributivo ocurrió en 2013, cuando el gobierno implantó la patente nacional.
Este tributo se calcula a base de las ventas brutas y no de las ganancias, por lo que, a pesar que es fácil de fiscalizar, ha llevado a números rojos a muchísimos negocios, situación que muy bien agrava los problemas económicos que enfrenta la Isla desde 2006.
“Para el asalariado la carga es también alta porque tiene que cumplir con las contribuciones regulares, pero le han eliminado deducciones y además tiene que pagar el IVU. Siempre se pensaba que con el IVU iba a haber bajas en las contribuciones sobre ingresos de los individuos, pero eso no ha ocurrido”, dijo Lucena Zabala. PROPIEDADES SIN TASAR. El presidente del gremio de los contadores explicó que otro de los problemas que aparentemente se va a trabajar con la reforma contributiva que se avecina es el atraso en las tasaciones de las propiedades.
La contribución por la propiedad depende del valor de las propiedades. Actualmente, el gobierno exime de pago aquellas viviendas de costo moderado siempre que sean el hogar principal de la familia.
El problema es que las tasaciones del gobierno de estas propiedades usual- mente está, por años, atrasada. Las mejoras que suban el valor de las casas o las viviendas nuevas sin tasar no aportan al fisco, por la falta de agilidad del propio gobierno.
“El cúmulo de trabajo para tasar esas propiedades es mucho. Puede estar una propiedad esperando tres cuatro o cinco años a que la tasen. Tiene que venir con esa reforma una tasación de las propiedades. La mayoría de los que tienen su propio hogar pagan sus contribuciones en el mismo pago que hacen al banco y eso da un flujo de efectivo razonable que está perdiendo el gobierno”, dijo Lucena Zabala.