Al mando policial en Orlando
Uno de los cuatro subjefes de la Policía emigró de la Isla con su familia en 1978
WASHINGTON.- En Orlando, Florida, la ciudad que ha estado en el centro de la nueva gran emigración boricua, un veterano agente puertorriqueño ha alcanzado el alto liderato de la Policía.
Orlando Rolón es, desde este mes, uno de los cuatro subjefes de la Policía de la ciudad. Lleva casi 22 años en ese departamento policial.
Su familia se mudó a esa ciudad en 1973. Pero, regresó a la Isla, pues la dura situación económica que habían dejado atrás en Puerto Rico no era muy distinta a la que hallaron en el centro de Florida en aquel momento.
Junto a sus padres, retornó a Orlando en 1978, cuando tenía 13 años. “Hemos crecido con la comunidad”, indicó Rolón, en entrevista.
Al comenzar el mes, el alcalde de Orlando, Buddy Dyer, para quien trabajó como asesor de Asuntos Hispanos, le nombró como uno de los cuatro subjefes de la Policía, a cargo de Servicios Administrativos.
Sus responsabilidades incluyen el centro de Comunicaciones 9-1-1, récords gerenciales, propiedad y evidencia, notificaciones judiciales a testigos, suministros y gerencia tecnológica.
Es el primer boricua en un puesto de ese nivel en la Policía de Orlando, donde residen cerca de 30,000 personas de origen puertorriqueño, más de un 12% de la población, según los datos del Censo federal.
Después de enlistarse en la Infantería de Marina y regresar a Orlando, Rolón trabajó en construcción. A insistencia de un amigo y pensando en acumular una pensión, decidió solicitar a la Policía, lo que aún considera una gran decisión, a pesar de que sufrió una reducción en su salario.
“Pienso que es un trabajo que amas u odias, no hay término medio. Amo lo que hago”, dijo Rolón. En gran medida, su entrada a la Policía estuvo motivada por la buena impresión que le dio un agente de la Policía de Orlando que fue a hablar a su escuela cuando estaba en escuela intermedia.
Está confiado en que la Policía ha establecido una relación cercana con la comunidad boricua e hispana. Descarta, por ejemplo, que los ciudadanos de Orlando se vean reflejados en los eventos de Ferguson, Misuri, donde la muerte de un joven afroamericano no a manos de un policía blanco desató la violencia.