Invertir o gastar
Se repite la coyuntura económica que motivó la política transformadora de la economía en 1950
En 1950, cuando Puerto Rico apenas comenzaba su proceso de industrialización, el debate económico se resumía entre “invertir y gastar”.
El primer mensaje de presupuesto del gobernador Luis Muñoz Marín resume el escenario con claridad. Muñoz Marín comparaba la situación de Puerto Rico con la de un agricultor que tenía que decidir entre guardar algunas de sus semillas para la siembra o ponerlas todas en la olla para alimentar a su familia hambrienta.
La recomendación del primer gobernador electo era de guardar algunas de las semillas para la siembra. Es decir, que el dinero del Estado no fuera consumido en gastos que no abonaran a la productividad de los puertorriqueños, sino que se invirtiera en iniciativas que ayudaran a mejorar la economía. A este dilema, Muñoz Marín le llamaba la “Batalla de la Producción”.
“Gastar es fácil y, además, es lo que alivia más visiblemente aunque más pasajeramente. Por eso hay que hacer voluntad para invertir lo más posible y gastar lo menos posible”, sostuvo el gobernador en ese discurso de 1950.
Para entonces, la economía de Puerto Rico ahorraba entre $35 y $50 millones anuales y los invertía en proyectos que buscaban estimular directamente la producción. Hoy día esas cifras son equivalentes a $346 millones y $500 millones.
Esta visión podría ser muy pertinente dentro del contexto económico actual. Economistas como Elías Gutiérrez han propuesto que el gobierno de Puerto Rico recorte sus gastos al punto que sobre alrededor de $1,000 millones anuales sirvan para invertir en una nueva plataforma industrial que reavive la economía.