Puya o con leche
No importa cómo se lo tome, el café es una bebida deliciosa de la cual muchos somos fanáticos. Tomarse una buena taza de café es bueno, pero cuando se toma en compañía de una amiga o amigo y se comparte una conversación es buenísimo. Aprovechando esa costumbre de establecer una conversación, muchas personas dedicadas a darle orientación y apoyo a familias que tienen personas con Alzheimer han decidido hacerlo, mientras comparten un café. Esa práctica se extiende cada vez más en Estados Unidos, al punto que hay tres páginas de internet que publican listas de los lugares en que celebran las charlas. Aquí, la organización Opapa comenzó a celebrar una mensualmente. Me parece que compartir un café es tan agradable que los grupos de apoyo de la Asociación y Federación de Alzheimer lo pueden hacer, así como iglesias y grupos comunitarios que podrían reunir personas para dialogar sobre esa enfermedad, sus estragos y cómo enfrentar el tema del cuido. Ahí les dejo el reto. En otro tema, esta semana la organización AARP presentó el libro “Liderazgo colaborativo y fortalecimiento comunitario”, escrito por Astrid Morales, que tiene el propósito de servir como manual a las comunidades que quieran fortalecer las capacidades individuales y grupales. Enhorabuena.