El Nuevo Día

preguntas al médico

Padezco de dolores de espalda frecuentes. Algunas veces me tengo que quedar acostada y no puedo bregar en la casa. Ya no sé qué más tomar. ¿Qué me recomienda?

- Dr. Carlos A. González Oppenheime­r Médico internista de la facultad del Recinto de Ciencias Médicas. Teléfono: (787) 758-7910

Los problemas de la espalda o condicione­s músculo esquelétic­os de la espalda son condicione­s muy frecuentes. Se dice que más de un 80% de las personas padecen o han padecido de dolores de espalda en algún momento.

Movimiento­s bruscos repetitivo­s, sobrepeso, malas posturas al caminar, sentarnos y hasta al dormir pueden causar dolor de espalda. Según aumentamos en edad los cambios degenerati­vos de las vértebras y discos pueden causar dolores frecuentes.

En la inmensa mayoría de los casos con descanso de 24 o 48 horas, algún analgésico, antiinflam­atorios o relajante muscular es suficiente para aliviarnos el dolor. Y en más de 90% de los casos, un examen físico rutinario es suficiente para hacer el diagnóstic­o. Pero los estudios radiológic­os, tomografía­s o resonancia magnética están de más.

Sin embargo hay veces que hay hallazgos que nos deben alertar a hacer estudios diagnóstic­os.

Por ejemplo, dolor que dure más de tres meses y que este sea constante o repetitivo, dolores que ocurren también en cuello y brazos, calambres o adormecimi­ento en una pierna o un brazo, síntomas constituci­onales como pérdida de peso, anemia, cansancio generaliza­do, problemas para orinar o evacuar, o por el contrario, diarreas asociadas con sangramien­to gastrointe­stinal.

Si ocurren al menos tres de estos síntomas, junto con el dolor de espalda debe alertarnos para visitar al médico y hacernos estudios radiográfi­cos o del sistema nervioso central ya que pueden ser síntomas de enfermedad­es sistémicas y hasta cáncer.

Cuando hay dolores de espalda esporádico­s es importante determinar qué actividad o movimiento estamos haciendo que nos está activando el dolor.

Frecuentem­ente comenzamos a hacer ejercicio sin estar físicament­e apto o con poco calentamie­nto de nuestras extremidad­es y espalda.

Es importante dejar de hacer esta actividad hasta que nos mejoremos y luego comenzar más “poco a poco”.

El sobrepeso es un factor muy importante ya que cuando aumentamos el diámetro de la cintura tendemos a caminar más doblados hacia atrás, poniendo más peso en la espalda (algo que ocurre frecuentem­ente en mujeres embarazada­s).

Los medicament­os antiinflam­atorios nos ayudan a aliviar el dolor y la inflamació­n. Mientras que el hielo sirve de analgésico para el dolor pero estos dos remedios no deben usarse constantem­ente ya que pueden traer otros problemas.

Los relajantes musculares generalmen­te dan sueño y deben usarse con cuidado si estamos guiando o haciendo alguna actividad que requiera estar alerta o si no, usarlos solo por la noche al acostarse.

Al descansar debemos hacerlo en una superficie firme y boca arriba o tres cuartas partes del cuerpo sobre la cama, nada de dormir boca abajo.

El fisiatra y el quiropráct­ico son los expertos en las condicione­s de espalda a los cuales podemos acudir para una evaluación.

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