Juanma: ¿cuánto vale tu vida y la felicidad de tus hijos?
Ojalá me equivoque: pero la salud física y mental de Juanma López está en vías del KO si no decide retirarse prontamente tras una serie de palizas que ya han demostrado hasta la saciedad que su mandíbula es de papel, aunque su corazón no ha dejado de ser de acero.
Ya no es cuestión, como él aseveró hace un par de días a este diario, de descansar y pelearle a la almohada una decisión final: tiene que reconocer que está acabado y que promotores sin escrúpulos lo están utilizando como carne de cañón para que nuevas promesas lo vapuleen y tengan en su resumé un triunfo reciente sobre un excampeón mundial de dos divisiones; tal como fuera el caso del jueves pasado del argentino Jesús Marcelo Cuéllar, con récord de 24-1, y que ya Golden Boy Promo- tions quiere vender como una versión más chica de Marcos Maidana por su reciedumbre y pegada fortísima, lo que tanto gusta en suelo estadounidense.
A los 31 años y con tres reveses por la vía del exterminio en sus últimas cuatro contiendas, que no llegaron a completar nueve asaltos, Juanma y su equipo de trabajo saben que está vestido de víctima, y aún así han aceptado combatir con rivales más jóvenes y potentes con anhelos erróneos de reivindicación.
Sin embargo, el mayor culpable ha sido la Comisión de Boxeo de Puerto Rico que no le ha cancelado su licencia por el riesgo físico que enfrenta cada vez que sube al ring; y ni siquiera ha movido los hilos de las instituciones rectoras del pugilismo, estatales, nacionales o internacionales para que procedan con sacarlo de circulación de inmediato, sin más dilaciones, porque los peleadores como él son tan orgullosos que rehu- yen decir adiós al deporte amado y necesitan ser obligados legalmente.
Aunque no lo puedo afirmar, se dice en las calles que Juanma ha dilapidado gran parte de sus ganan- cias y que no ha tenido más remedio que continuar para cobrar decenas de miles de dólares.
Te pregunto, Juanma: ¿cuánto vale tu vida y la felicidad de tus hijos?