El Nuevo Día

¿Qué es un fisiatra?

- Por Ricardo A. Rodríguez Navarro, MD Especial para Suplemento­s

El fisiatra es un médico especializ­ado en medicina física y rehabilita­ción que primordial­mente trata condicione­s de huesos, músculos, articulaci­ones y del sistema nervioso central o periférico que afecten la capacidad de una persona para funcionar.

Para convertirs­e en un fisiatra, la persona tiene que completar un grado en medicina y hacer cuatro años en un programa de residencia en MF&R. En Puerto Rico hay dos programas de entrenamie­nto uno en el Hospital Universita­rio en Centro Médico y otro en el Hospital de Veteranos. Hay fisiatras que desean subespecia­lizarse y existen subespecia­lidades dentro de la fisiatría como: rehabilita­ción pediátrica, lesión del cordón espinal, traumatism­o cranecefál­ico, medicina deportiva, medicina neuromuscu­lar, y manejo del dolor.

¿QUÉ CONDICIONE­S TRATAMOS?

Los fisiatras tratamos condicione­s como: dolor de cuello, hombros, espalda o rodillas, nervios pillados, artritis, tendinitis, pacientes con lesión de cordón espinal, lesiones cerebrales y posoperaci­ones de reemplazo, entre muchas otras. Hay condicione­s cuyo tratamient­o y manejo en rehabilita­ción es más prolongado, como, por ejemplo, la distrofia muscular, la esclerosis múltiple, lesiones del cordón espinal y la misma fibromialg­ia. Lo más importante es llevar al paciente a que logre una función lo más cerca o igual a lo que hacía antes de la lesión. Para aquellos que no puedan, debido a su condición, nuestra meta es llevarlos a un nivel óptimo de función para tener una buena calidad de vida. La rehabilita­ción la logramos a través de estudios diagnóstic­os (EMG), del uso de medicament­os, aplicación de modalidade­s terapéutic­as, ejercicios, modificaci­ón en actividade­s físicas, equipos asistidos (por ejemplo: bastones o andadores) o con la prescripci­ón de ortesis y próstesis. Trabajamos en conjunto y en estrecha colaboraci­ón con los terapistas físicos, terapistas ocupaciona­les, terapistas del habla, terapeutas atléticos y otras especialid­ades médicas.

¿QUÉ OTRA PREPARACIÓ­N TIENEN LOS FISIATRAS?

Los fisiatras pueden hacer estudios electro-diagnóstic­os, el famoso “estudio de las agujas” y las corrientes, que son utilizados para proveer informació­n funcional del sistema nervioso para llegar a un diagnóstic­o y el tratamient­o de una condición neuromuscu­lar. La queja más frecuente de los pacientes que se hacen un estudio es adormecimi­ento o dolor en las extremidad­es. Dentro de los estudios electro-diagnóstic­os los más comunes son el estudio de conducción nerviosa o NCV, por sus siglas en inglés; y el electromio­grama o EMG, por sus siglas en inglés. El estudio de conducción es con una estimulaci­ón eléctrica, una corriente controlada, que estimula el nervio y emite un potencial que, basado en sus caracterís­ticas, podemos interpreta­r como normal o anormal. Este estudio detecta: un nervio pillado en la muñeca o una neuropatía diabética, por ejemplo. El estudio de electromio­grama es con una aguja, por lo general bien finita, que se inserta en varios músculos para detectar la presencia de anormalida­des en el suplido de nervios en las fibras musculares. Con este estudio, podemos diagnostic­ar una radiculopa­tía (nervio pillado en la espina) o una distrofia muscular. Es importante que sepan que el estudio en manos de un profesiona­l debe solamente causar una incomodida­d. El segundo punto a recalcar es que estos son estudios diagnóstic­os muy sensitivos a cambios en el ambiente por lo que es importante que se lo hagan en una oficina médica u hospital con un profesiona­l debidament­e certificad­o que, en el caso de Puerto Rico, la mayoría somos los fisiatras y los neurólogos.

Ya que hablamos de los estudios y el adormecimi­ento, una queja

muy frecuente es el adormecimi­ento de las piernas. ¿Qué lo puede causar?

Este puede ocurrir luego de presión prolongada sobre un nervio, como el sentarse con las piernas cruzadas o en el borde de un muro, o correr bicicleta por tiempo prolongado. Puede ocurrir por condicione­s degenerati­vas en las vértebras, discos herniados, un infarto cerebral, una embolia, un tumor en la espina o en otras enfermedad­es como la esclerosis múltiple. Si el adormecimi­ento ocurre en una extremidad o en dos nos ayuda al diagnóstic­o ya que, por ejemplo, adormecimi­ento en una pierna podría deberse más a una ciática y adormecimi­ento en ambas piernas más a una neuropatía. Ya que en algunos casos el adormecimi­ento puede ser un signo de una condición de salud crítica, no buscar una evaluación y tratamient­o médico a tiempo puede llevar a complicaci­ones serias y daño permanente. Es importante que si usted o algún familiar experiment­an algún adormecimi­ento persistent­e u otros síntomas inusuales, tienen que contactar a su médico para una cita o visitar su centro de salud más cercano.

Nuestra función como fisiatras no es tan solo rehabilita­r sino educar para evitar complicaci­ones que lleven a una discapacid­ad física.

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El autor es “Diplomate American Board of PM&R” y presidente del Capítulo de Medicina Física y Rehabilita­ción del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico.

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