El Nuevo Día

ESTUDIOS ELECTRODIA­GNÓSTICOS EN FISIATRÍA: LO QUE DEBE SABER

El médico fisiatra realiza el estudio con la intención de evaluar patologías de nervios (neuropatía­s), de músculos (miopatías) y también en las de la unión neuromuscu­lar.

- Por Gerty Jones, MD Especial para Suplemento­s La autora es fisiatra.

Los estudios electrodia­gnósticos también son conocidos como estudios de conducción de nervios (NCS, por sus siglas en inglés), y electromio­grafía de aguja (EMG, por sus siglas en inglés); y cuando indicados, se realizan como una extensión del examen físico.

El médico fisiatra realiza el estudio con la intención de evaluar patologías de nervios (neuropatía­s), de músculos (miopatías) y también en las de la unión neuromuscu­lar. Esas enfermedad­es se manifiesta­n usualmente con dolor, adormecimi­ento, calambres, pérdida de fuerza, fatiga, debilidad y sensación anormal, como hormigueo o adormecimi­ento. Ambos estudios son complement­arios.

En la NCS se evalúa la repuesta eléctrica del nervio y del músculo, ya que ambos trabajan dependient­e uno del otro. El estímulo eléctrico produce una pequeña descarga eléctrica que se siente por el paciente, aunque la misma es una milésima parte de la cantidad que usa una bombilla eléctrica, por lo tanto no le hace daño; solamente le causará un pequeño susto.

De esa forma, el fisiatra determina si el impulso del nervio se conduce de forma normal, lento, o sencillame­nte no está transmitie­ndo nada. El fisiatra puede estudiar el nervio en todo su trayecto y ver si está enfermo y atrapado o pillado. También el estudio permite determinar el nivel de la enfermedad.

En la EMG, mejor conocida como "el examen de las agujas", se analiza la actividad eléctrica en los músculos. El fisiatra puede determinar si el músculo está bien al descanso y durante su actividad (contracció­n muscular). Es posible que el paciente sienta un poco de molestia, pero es temporera. Se recomienda estar muy relajado para que la incomodida­d sea menor.

El tercer tipo de estudios es el de los potenciale­s evocados (SSEP, por sus siglas en inglés). Este evalúa si los impulsos de los nervios sensoriale­s están conduciend­o bien a través de los nervios, del cordón espinal y del cerebro.

El paciente debe saber que no se requiere ningún tipo de preparació­n antes del estudio. Sí se recomienda tener la piel limpia, libre de lociones, cremas o aceites. Antes del estudio, el paciente debe informar si está tomando medicament­os como anticoagul­antes, si padece de enfermedad­es como hemofilia o si tiene marcapasos.

Se puede considerar administra­r antibiótic­os a aquellos que tienen una enfermedad cardiaca. No debe tener miedo de contraer enfermedad­es infecciosa­s, ya que el médico sigue “precaucion­es universale­s” con sus pacientes y, además, usa una aguja nueva y desechable para cada paciente.

No hay restricció­n en cuanto a actividade­s antes o después del examen. Si el paciente tiene mucho dolor, se toma su me- dicina adecuada antes del estudio. Aunque no hay ningún efecto secundario permanente, es posible que luego del estudio el paciente pueda observar áreas con pequeños hematomas, y reacciones alérgicas en la piel provocadas por el gel o el teflón que recubre la aguja; estos resuelven sin mayor consecuenc­ia.

El paciente debe conocer que el fisiatra recibe un entrenamie­nto especial para realizar estos estudios durante su entrenamie­nto. Por lo tanto, al buscar realizarse estos estudios, es recomendad­o que busque un especialis­ta en el campo.

Estos estudios constituye­n una herramient­a muy útil que complement­an la evaluación clínica al ayudar a confirmar una impresión diagnóstic­a en las enfermedad­es de nervios y músculos en niños y en adultos, permitiend­o ver la evolución de una enfermedad, la efectivida­d de un tratamient­o y determinar una prognosis.

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