País de múltiples riquezas
También sus ciudadanos tienen un alto nivel económico.
Luxemburgo es un pequeño país ubicado en el centro de Europa con un área superficial de 2,586 kilómetros cuadrados (Puerto Rico tiene 9,104 kilómetros cuadrados). Su capital es uno de sus principales destinos turísticos y se conoce como Ciudad de Luxemburgo o Capital del Gran Ducado de Luxemburgo. La ciudad tiene una población de 107,247 habitantes (2014) e ingresos de $ 110,573 per cápita (2013, datos del Banco Mundial) lo que hace de ella una ciudad excepcional. Sus ciudadanos poseen un alto nivel económico y calidad de vida, como la ciudad es rica en historia y destinos turísticos. Por estas y muchas otras razones, es un destino excelente para disfrutar unas futuras vacaciones.
El Palacio Gran Ducal de Luxemburgo es uno de los lugares de gran valor histórico. Desde 1572 al 1795, ese edificio fue el ayuntamiento de la ciudad. Actualmente y, luego de numerosas mejoras, este palacio es la residencia oficial del gran duque o jefe de Estado de Luxemburgo y donde, además, ejerce sus responsabilidades oficiales.
La Plaza de Armas es una de varias
plazas que engalanan la hermosa ciudad. Está localizada en el centro histórico y atrae un gran número de visitantes, especialmente, en los meses de verano cuando el turismo aumenta. Es un buen punto de partida y de reunión al pasear por los principales lugares de interés, esto, debido a su céntrica ubicación. En su periferia hay variedad de restaurantes, cafés y pastelerías, ideales para probar la gastronomía local o tomar un descanso de los recorridos.
La Catedral de Santa María o Catedral de Nuestra Señora es uno de los edificios más visitados de todo el país. La misma se inauguró en 1621 y es un ejemplo de arquitectura gótica. Por sus remodelaciones debido a casi cuatro siglos de existencia, se han dejado algunos elementos renacentistas y de otros estilos. Esta catedral es la sede de la Arquidiócesis de Luxemburgo, lo que la constituye religiosamente como la edificación católica más importante del ducado.
El histórico Castillo de Luxemburgo es una de las atracciones más imponentes debido a sus murallas y arquitectura. Se edificó en el siglo XI inicialmente como una fortaleza medieval ubicada sobre una roca muy alta. Posteriormente y con el paso del tiempo, el castillo sirvió para edificar la ciudad en torno a él por la protección que ofrecía a los pobladores.
El Monumento del Recuerdo es una estilizada obra de arte simbólica dedicada a los miles de luxemburgueses que sirvieron en las fuerzas armadas durante la Primera Guerra Mundial. El Monumento está erigido en la Plaza de la Constitución, en la zona conocida como Ville Haute en el centro de la ciudad. La pieza central de este es un obelisco de 21 metros de altura y hecho en piedra de granito. En el tope del obelisco está una estatua de mujer en bronce dorado brillante sosteniendo en sus manos una corona de laurel simulando colocarla a la ciudad. A los pies del obelisco hay dos figuras de bronce que representan a los soldados luxemburgueses. Uno se encuentra acostado en la base del monumento, por haber muerto en combate, mientras que el otro se muestra sentado, reflexivo y solemne por la muerte de su compatriota.
El Casino Luxemburgo es una popular atracción de la ciudad, sin embargo, muchos visitantes quedan sorprendidos al entrar. Esto, debido que el Casino de Luxemburgo no es un casino donde hay tragamonedas, juegos de cartas y apuestas. Aunque se construyó en 1882 con ese fin y lo fue por muchos años, el Gobierno lo adquirió para convertirlo en una gran sala de arte moderno que se inauguró en 1996. A partir de esa fecha y durante todo el año, se exponen colecciones de arte. Hay presentaciones y se ofrecen conciertos.
El Museo Nacional de Historia y Arte del Gran Ducado está ubicado al sur de Luxemburgo y dentro del centro histórico en el barrio conocido como Villa Haute. En él suelen exhibirse interesantes piezas arqueológicas, herramientas de trabajo y de defensa de varias culturas, tales como la celta, la germánica y la romana que en diferentes épocas se asentaron en la región.
Si tienes el interés de visitar otros lugares de valor fuera del centro urbano, la Fortaleza Tüngen es una alternativa. Es conocida popularmente como la fortaleza de las Tres Bellotas. Esto, por la forma de sus tres torres cubiertas con cúpulas de bloques de piedra que se asemejan a tres bellotas, según dice la tradición local. Originalmente era una fortificación histórica muy larga, sin embargo, solamente queda esa porción de la fortaleza que fue remodelada en 1990 para recibir visitas turísticas y ser utilizada como museo.
Otro destino interesante está a 30 kilómetros de la capital, la ciudad Mondorf-les-Bains. Esta pequeña ciudad al sureste del país es muy reconocida por sus baños termales. Como resultado la llaman la “ciudad spa”. Las aguas termales de Mondorf-les-Bains son muy famosa y reconocidas desde 1820 por los efectos relajantes y de bienestar de sus baños.
Finalmente, otro lugar de interés turístico y solemne es el Cementerio y Monumento Americano. Está localizado en el pueblo de Hamm a las afuera de la capital. Este cementerio es considerado un monumento histórico. En él están enterrados 5,076 soldados y personal militar que murieron en la Segunda Guerra Mundial. En su mayoría eran soldados de Estados Unidos. De tantos que están enterrados aquí, hay que destacar que entre ellos está el reconocido general George S. Patton.
En conclusión, Luxemburgo tiene mucho que ofrecer al viajero. Al visitarlo no solo se recorren lugares turísticos, también, aprendemos de sus habitantes. Además de ser un país rico económicamente, es rico en historia, cultura y determinación. Sus habitantes han podido superar el sufrimiento de las guerras e invasiones del pasado. Esas experiencias han provocado que ese pequeño país se reinvente, crezca y se supere de las adversidades. Los sufrimientos pasados han impactado positivamente a su gente. Desarrollaron una actitud de superar las limitaciones con determinación. Tal determinación, que se ha convertido en el país con el ingreso per cápita más alto del mundo según datos del Banco Mundial.
Viajar nos enseña no solo a conocer sobre otros países y sus lugares turísticos, además, debe invitar a reflexionar sobre qué estamos haciendo como personas y como país. Así será posible superarnos para ser mejores en ambas direcciones. Luxemburgo es un ejemplo de que se puede.