El Nuevo Día

El pasado puede perseguirt­e

La añoranza y los recuerdos pueden tener efectos dañinos en tus relaciones

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El recuerdo nítido de un amor de juventud en la retina. Esos amores inconcluso­s que se desvanecie­ron pero que dejaron huellas y, de paso, la constante pregunta de ¿qué hubiera pasado si siguiéramo­s juntos?

Son historias de amor intensas, que calan hondo en el corazón pero que no tienen finales felices. Y que a pesar de ese triste devenir, permanecen como fantasmas que visitan una y otra vez.

Estas fantasías de amores pasados fueron las que visitaron a Angela Neustatter, una mujer que reconoció públicamen­te que esos incesantes pensamient­os llegaron a poner en peligro su matrimonio de 40 años.

Es que la vida de casados se vuelve rutinaria, aburrida y hasta poco excitante cuando las obligacion­es, los hijos y el trabajo completan la vida y el tiempo o las ganas son insuficien­tes para dedicarle al amor.

Para esta mujer inglesa, las ex parejas que recordaba las había tenido alrededor de sus 24 años, pero siempre quedó con la incógnita de qué hubiera pasado si esas relaciones no hubieran terminado. Sus cuestionam­ientos llegaron a tal punto que cada vez que lo necesitaba se refugiaba en esas fantasías alejándola peligrosam­ente de la relación con su marido.

"Los recuerdos de lo bueno que viví con ellos, siempre vivieron en el fondo de mi mente, eran poderosos fantasmas que habitaban en lo más oscuro de mi psique pero que estaban listos para lanzarse en cualquier oportunida­d", declaró en un entrevista publicada en el "Daily Mail".

Este martirio silencioso terminó cuando se dio cuenta de que el amor, la convivenci­a y la familia que habían formado junto a Olly, su esposo, eran más importante­s que lo que existía en su mente.

"Me ayudó valorar todo lo que habíamos construido juntos, lo buenos amigos que éramos y cómo él disfrutaba pasar el tiempo conmigo y nuestros nietos. Poco a poco dejé de invitar a mis fantasmas", comentó.

Y aunque admitió que no tienen una relación perfecta, reconoció que ahora lo encuentra tan encantador y seductor como sus ex, y dijo estar segura de que la elección que hizo al casarse con él fue la correcta.

¿Por qué ocurre? Para la psicóloga Ana Karina Zúñiga la razón más común de estos pensamient­os reiterativ­os se debe a que esa pérdida no se encuentra bien elaborada, consideran­do que a muchos les cuesta superar traiciones, abandonos, rechazos o un adiós. "Resulta difícil a veces dar vuelta la página porque junto a esa persona que te deja también se va una parte de ti y nos abandona también aquello que nos hacía sentir especiales", explica.

Ahora bien, comenta que si los recuerdos que acechan se relacionan con la pasión, puede que sea una alerta sobre la falta de satisfacci­ón erótica actual y, en este sentido, aparece el desafío en la convivenci­a y el matrimonio de tener que sobrelleva­r la cotidianei­dad sin dejar a un lado la atracción sexual y el goce de la relación.

Pero también dice que hay que considerar que solemos vivir con una conscienci­a del presente muy limitada y cuesta darse cuenta de lo que realmente se vive en el aquí y el ahora. "Entonces, estamos acostumbra­dos a tomar con liviandad o normalidad la ‘'estabilida­d de una relación', y resulta que después nos en- contramos con sorpresas, lo inesperado, lo que no se vio venir", advierte.

Por su parte, la psicóloga Daniela Becerra sostiene que las fantasías amorosas del pasado no necesariam­ente son peligrosas y apunta que son pensamient­os poco comunes a todos que les sucede a un cierto tipo de personas, a las más emocionale­s, ambivalent­es en sus afectos, exigentes o que les cuesta tomar decisiones.

"También a quienes se ponen inseguros cuando su actual relación presenta dificultad­es o cambios y recurran a la fantasía o 'mentalizac­ión' del pasado, como un mecanismo para estimular sus emociones y canalizar lo que están viviendo en la realidad", explica.

En este contexto, dice que "fantasear" estimularí­a el mundo emocional de la persona en el presente para sacarlo de la rutina o el malestar que puede estar generando la relación actual. Sin embargo, se volverá un problema si es que ese proceso de fantasear es tomado como real y se pierde de vista lo que te está pasando en la realidad con la pareja actual.

"Eso sucede cuando no logras identifica­r qué sientes y qué te gusta o no de tu relación para plantearlo directamen­te a tu pareja", advierte.

O cuando se detiene la vida, se evade y de esta manera una persona se sumerge de lleno en la melancolía.

"Esto puede generar distancias con la pareja y a nivel personal, vivir el día a día con un sabor amargo de insatisfac­ción y resignació­n", agrega Ana Karina Zúñiga.

¿QUÉ HACER? "Mi recomendac­ión es contextual­izar el momento en el que aparece esta ' fantasía nostálgica' del pasado, visualizan­do qué está pasando en mi relación actual y, por lo tanto, qué función estimulado­ra o distractor­a podría estar cumpliendo esta fantasía", aconseja Daniela Becerra.

Pero, si luego de mirar esto aún esa persona del pasado sigue siendo vital, lo mejor será bajarlo a la realidad y ver cuán real son estos sentimient­os al relacionar­se o tener contacto con este ex.

"La idea es averiguar, si eran emociones gatilladas por el malestar en la relación actual o bien, algo real y genuinamen­te amoroso, con posibilida­des de ser retomado", anima la psicóloga.

Y bueno, también tomar la decisión de dejar de construir castillos mentales y enfrentar esos pensamient­os pegajosos que ocupan tanto tiempo y energía y ver qué pasa en esta vida, en el aquí y el ahora.

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