Declaran procesable a acusado de masacre
Así lo determinó el juez superior Julio de la Rosa Rivé tras escuchar a la psiquiatra del Estado
La psiquiatra del Estado, Yamilka Rolón García, encontró ayer a José Luis Bosch Mulero procesable para enfrentar el proceso judicial en su contra por la masacre de Guaynabo, mientras que su defensa anticipó que impugnará su confesión.
Durante una vista de procesabilidad celebraba ante el juez Julio de la Rosa Rivé , del Tribunal de Bayamón, Rolón García afirmó que el hombre de 25 años lució coherente y lógico en la evaluación que le realizó el 9 de diciembre en la cárcel de Bayamón.
Señaló que durante la evaluación, que se extendió una hora y media, el hombre tuvo un comportamiento organizado sin presencia de patología sicótica. “Negó alucinaciones. No había delirios”, apuntó en una sala repleta de público.
Como parte de la entrevista, la psiquiatra indagó sobre comportamiento social previo del hombre y analizó pruebas sicológicas y siquiátricas realizadas a Bosch Mulero durante di- versos momentos de su vida, así como su historial académico.
En esa conversación, el imputado indicó que bebía socialmente alcohol y que durante un periodo de su vida fumó marihuana dos veces al mes. También fumó cigarrillos.
El imputado, que se mantuvo mirando al suelo durante la vista, obtuvo notas de C, D y F en sus años primarios, pero en noveno grado mejoró su desempeño un poco con notas de A,B, C y D.
Rolón García indicó que Bosch Mulero se encontraba ubicado en tiempo y espacio y que entendía el alcance del proceso judicial que enfrentaba.
Sobre las evaluaciones previas, apuntó que en algunas había sido diagnosticado con una inteligencia normal, en otra con un nivel intermedio y en otra con un nivel intelectual fronterizo.
El hombre, que ha sido diagnosticado con déficit de atención e hiperactividad, también padece de asma, hipoglicemia e hipotiroidismo.
En su turno, la licenciada Mayra López Mulero resaltó los diagnósticos contradictorios que Bosch Mulero ha recibido a lo largo de su vida y llevó a la psiquiatra a aceptar que el hombre había sido diagnosticado en el pasado con retardo mental leve.
“Sí hay una mención de retardo mental”, apuntó.
“Él sí ha presentado problemas cognitivos”, agregó la psiquiatra en otro momento. Apuntó también que evaluaciones previas consignaban que Bosch Mulero tenía problemas de memoria, pero que este asunto no le llamó la atención.
La fiscal Janet Parra, quien representó al Ministerio Público junto a los fiscales Miguel Alameda y María del Mar Ortiz, enfatizó en los logros académicos y el estado mental del imputado, quien entiende el alcance de proceso que enfrenta, según la psiquiatra.
Bosch Mulero y Christopher Sánchez Asencio enfrentan cargos por asesinato, Ley de Armas, tentativa de asesinato, secuestro, agresión grave, destrucción de prueba, robo y conspiración por hechos ocurridos e1 18 de noviembre en la urbanización Parque de Los Frailes, en Guaynabo.
Ese día fueron asesinados el sargento retirado Miguel Ortiz Díaz, de 66 años; su esposa, Carmita Uceda Ciriaco, de 45 años; la suegra del hombre, Clementina Ciriaco López, de 71 años, y Michael Ortiz Uceda, de 15 años, hijo mayor de la pareja.