Más allá de la ciencia, amor
El filme sobre el aclamado físico Stephen Hawking, The Theory of Everything, enfoca en una relación romántica
Vista como una biografía fílmica del aclamado físico Stephen Hawking, la película The Theory of Everything resulta ser extremadamente conservadora y, peor aún, superficial. Aquellos que no conozcan por qué el trabajo de Hawking revolucionó la comunidad científica no tendrán la oportunidad de averiguar más allá de los detalles básicos del impacto de su trabajo.
La razón principal por lo cual esto no se puede señalar como una falla catastrófica es que la película, del director James Marsh, toma los detalles de la vida de Hawking para crear un drama romántico que explora los límites de lo que es el amor incondicional y el poder inquebrantable de la fuerza de voluntad. En este contexto particular, los actores Eddie Redmayne ( My Week with Marilyn, Les Miserables ) y Felicity Jones ( The Tempest, Like Crazy) entregan interpretaciones excepcionales como Hawking y su primera esposa.
La fuente principal de esta jornada emocional es el libro de Jane Hawkins Traveling to Infinity: My Life with Stephen. El mismo se remonta al momento en que ella y una de las mentes más brillantes del siglo XX eran estudiantes de universidad que se conocieron casualmente en una fiesta.
En esta película, la conexión romántica entre Stephen y Jane tiene la misma magia exuberante que la de una historia de ficción. Esto es en parte por la suntuosa cinematografía de Belnoit Delhomme y la excelente partitura musical de Johan Johansson; pero es completado por la habilidad impresionante que tienen tanto Redmayne como Jones para poder comunicar el mundo interior de sus personajes.
En el caso de Redmayne, esta habilidad resulta ser clave dado al deterioro físico que sufre Stephen Hawking mucho antes de haber completado sus estudios universitarios. El actor ya ha recibido varios premios y nominaciones por lograr la transformación física de Hawkins cuando este es diagnosticado con ALS, enfermedad que lentamente lo va dejando paralizado. Sin embargo, lo que resulta mucho más impresionante es cómo el actor logra capturar y resaltar el espíritu de su personaje. En las manos de este actor, cada vez que Hawkins va perdiendo una habilidad física, su espíritu es aún más tangible.
Este mismo logro es igualado por Felicity Jones y de una forma aún mas impactante. La actriz interpreta a Jane como una mujer introvertida con una fuerza de voluntad indestructible. Al igual que Redmayne, la actriz lo comunica todo con sus ojos, algo que resulta extremadamente conmovedor en las escenas en que el mismo Hawkins parece darse por vencido.
Aunque el poder de estas interpretaciones logra que la producción sea una visita obligatoria al cine, la película pierde un poco de ritmo en su última sección, donde el guión se encarga de incluir la parte verídica de esta historia que confirma que el amor más puro e incondicional también tiene sus límites.