Todo es ganancia
La celebración en Puerto Rico de eventos deportivos regionales e internacionales le dan visibilidad a la Isla e impulsan el desarrollo económico
Cuando se llega a un terreno de juego, particularmente en medio de la Serie del Caribe, son pocas las cosas que importan. Atrás quedan las diferencias políticas o los malestares por los problemas en el trabajo, y la atención de fanáticos y deportistas está en que el equipo que porta sus colores salga airoso tras nueve entradas.
En el proceso, el orgullo nacional se deja ver en todo su esplendor, mientras que más de uno hace su agosto ante la actividad económica que se genera en torno al evento. El impacto que tiene en un país la celebración de una competencia deportiva dura más que la semana de competencias.
“El deporte viene a ser el bálsamo que pacifica angustias de muchos puertorriqueños y que nos une”, sostuvo el presidente de la Comisión senatorial de Turismo, Cultura, Recreación y Deportes y Globalización, el senador Antonio Fas Alzamora.
El sonido del cantazo seco cuando el bate de madera conecta con la bola -o el agudo chillido si el bate es de metales inconfundible y es capaz de levantar a las masas en una mezcla de algarabía y tensión que solo puede lograr la posibilidad de anotar una carrera. El sentimiento es universal para los amantes del béisbol y afianza los lazos culturales entre ciudadanos de países ubicados en una misma región geográfica, comentó el secretario del Departamento de Estado, David Bernier.
Cada cuatro años, Puerto Rico sirve de escenario para la Serie del Caribe, el torneo pelotero en el que este año se enfrentarán cinco países latinos y caribeños, similares en tradiciones y pasatiempos, pero cada uno con su propia identidad. Este año, el estadio Hiram Bithorn en San Juan albergará el torneo del 2 al 8 de febrero.
“No es casualidad que los gobiernos de todas partes del mundo hacen inversiones importantes en todo lo que tiene que ver con el deporte”, expresó el secretario.
“Todo es ganancia para el país, vemos un entusiasmo que llega hasta las comunidades, que animan a la ciudadanía hacia la práctica deportiva”, añadió Bernier, exsecretario del Departamento de Recreación y Deportes y expresidente del Comité Olímpico
EXPRESIÓN CULTURAL. La camiseta roja y azul del equipo nacional de Puerto Rico se vuelve más común en días como estos, evidencia concreta de la actividad económica que genera este tipo de evento. Además de la inversión de los equipos que llegan a jugar, la Serie del Caribe convoca a los fanáticos que viajan a donde sea para seguir a sus conjuntos nacionales. Esto sin olvidar los negocios en las ciudades sedes que venden alimentos, bebidas, recordatorios, ropa o son lugares de entretenimiento para los visitantes, señaló el director de eventos de la Compañía de Turismo y director ejecutivo del Concilio de Turismo Deportivo, Pedro N. Ramos Graulau.
“Se proyecta que tendrá un impacto de sobre 2,500 cuartos noche. Eso va a crear $1.5 millones, solamente en impacto económico en lo que es el área de hospedería, que son hoteles, taxis, comida...”, indicó Ramos Graulau.
El comité organizador del evento estima que la Serie del Caribe traerá unos $10 millones. El conteo final se realizará una vez culmine el torneo y se pueda medir el efecto de la publicidad y de las estrategias que pondrá en vigor la Compañía de Turismo, destacó Ramos Graulau.
El deporte ha servido como un elemento aglutinador de naciones durante décadas, señaló el catedrático del recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Jorge
Rodríguez Beruff.
“El deporte es una expresión de la cultura y es una de las expresiones donde hay muchos vínculos regionales. Sobre todo en la pelota, que es un deporte que se practica particularmente en el Caribe hispano, que tiene su contraparte en el Caribe angloparlante en el cricket”, explicó Rodríguez Beruff, quien además es coordinador del Certificado en Diplomacia y Relaciones Internacionales del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y del Caribe.
Nada como un juego entre eternos rivales, como Puerto Rico y República Dominicana o entre el equipo local y potencias como Cuba para llenar estadios y hacer que florezca el sentido patrio, señaló Fas Alzamora.
Estos escenarios serán aprovechados por la Compañía de Turismo, que se prepara para realizar concursos y ofrecer oportunidades fotográficas dentro del estadio para el disfrute de los fanáticos.
“Hemos aprovechado las rivalidades usuales para usar esos elementos en la publicidad. Además, cada vez que que un bateador esté en el ‘home’ habrá un anuncio de (la campaña) See Puerto Rico detrás, así eso tendrá un impacto adicional”, explicó Ramos Graulau.
Los beneficios de traer eventos deportivos a la Isla están siendo aprovechados tanto por el gobierno estatal como municipales, pues ya se han establecido diversos acuerdos con organizaciones colegiales para que hagan sus entrenamientos o juegos fuera de temporada en Puerto Rico, indicó el funcionario de Turismo.
REFLEJO SOCIAL Y POLÍTICO. La Serie del Caribe, como la conocemos hoy, nació en 1949 como un torneo entre los equipos campeones de las ligas profesionales de Cuba, Puerto Rico, Panamá y Venezuela. Previamente existían otros torneos profesionales en los que varios países latinoamericanos medían fuerzas, pero la serie caribeña ganó adeptos rápidamente. Tras la Revolución Cubana, el gobierno de esa nación eliminó el béisbol como deporte profesional. Panamá también dejó de formar parte del torneo y ambos países fueron sustituidos por República Dominicana y México. En 2013, Cuba formó parte nuevamente de la justa.
Como territorio de Estados Unidos, Puerto Rico no cuenta con soberanía política, pero tiene soberanía deportiva, lo que permite que participe como un país más en diversas competencias, recordó Fas Alzamora.
Ante la diversidad que caracteriza las naciones caribeñas, matizadas particularmente por las características de los países europeos que las colonizaron, la interacción en la región en ocasiones es limitada, dijo Rodríguez Beruff. “El deporte es uno de los vínculos culturales más importantes del Caribe, como lo son la música y los movimientos religiosos. La pelota es un factor bien importante en una consciencia caribeña. Pero fíjate que complicada es la cosa, que la pelota es un deporte norteamericano que fue exportado al Caribe. Así que es un elemento que no solo vincula a los países del Caribe hispano, sino también a Estados Unidos con el Caribe”, expresó el catedrático.
Rodríguez Beruff recordó que muchas de las glorias del béisbol de Grandes Ligas han sido deportistas caribeños y latinos, particularmente puertorriqueños, venezolanos y dominicanos. Asimismo, el reciente anuncio sobre la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba impactó el mundo de los deportes, pues los equipos profesionales ahora piensan en la posibilidad de, en un futuro, ir a Cuba a buscar y contratar prospectos. Aun así, 19 jugadores cubanos formaron parte el año pasado del torneo de Grandes Ligas.
“Definitivamente hay una relación entre el deporte y la política. Hay intelectuales caribeños que han estudiado mucho el deporte. Está el trinitario CLR James, que escribió sobre el cricket en ‘Beyond de Boundary’, y en Puerto Rico Edgardo Ro
dríguez Julía escribió sobre la pelota”, destacó Rodríguez Beruff.