Un acto de justicia el acceso a la salud
Los nuevos parámetros de elegibilidad de Medicaid que permitirán sumar al plan gubernamental Mi Salud a unas 74,000 personas configuran un acto de justicia y un paso de avance que deben conjugarse en el camino de forjar eventualmente en el País un plan un
Luego de años de espera, el aumento de $400 a $550 en el ingreso mensual que un individuo debe tener para poder solicitar cubierta médica bajo los programas federales, ha creado las condiciones para que las personas que ganan $10,000 al año o menos pueden ingresar al plan de reforma de Puerto Rico, que se nutre en gran medida con fondos del Medicaid. Ésas son buenas noticias.
La reciente enmienda al Plan Estatal del Programa Medicaid a su vez abre la puerta a la creación de un nuevo plan para personas con ingresos anuales entre $10,000 y $25,000 que ahora no cuentan con plan médico -ni público ni privado- y que, según han adelantado con sumo optimismo las autoridades de salud del País, sería parecido a Mi Salud, pero con unos deducibles módicos.
Dicho plan daría cobijo a otras 75,000 personas, pero para su implantación no se ha anunciado una fecha de comienzo y no se han definido sus contornos más allá del adelanto de que el 55% de éste sería pagado con fondos federales y el restante 45% con fondos estatales, por lo que queda por verse si sería administrado por aseguradoras privadas, siguiendo el modelo actual, o si el Gobierno se estrenaría como pagador único.
Más importante aún, aunque el director de la Administración de Seguros de Salud, Ricardo Rivera, dijo con cierta cautela que el novel plan debería estar disponible en el curso de este año, su advertencia de que “todo dependerá de la salud fiscal del País” y de “qué va a pasar con la (propuesta) reforma contributiva”, genera más preocupaciones que respuestas.
Es deber del Gobierno despejar estas dudas para no generar falsas esperanzas en una población que tiene que hacer malabares para pagar visitas médicas y medicinas.
Mientras el Gobierno hace sus cuentas, otra enmienda al Medicaid, dispuesta bajo los estándares de la ley federal de protección a los pacientes conocida popularmente como Obamacare, viabilizará cambios históricos en la cubierta de servicios bajo Mi Salud.
Se trata de una ampliación de los ofrecimientos enfocados en la prevención de salud, que abarcan desde el suplido de métodos anticonceptivos hasta el trasplante de órganos, y que deberá hacerse disponibles a los tarjetahabientes a partir del primero de abril próximo. Entonces entrarán en vigor los nuevos contratos entre el Gobierno y las aseguradoras en los que ya está contemplado el paquete de nuevos beneficios.
Previamente a las directrices federales, la reforma de salud sólo cubría anticonceptivos para el tratamiento de condiciones no relacionadas al control de la natalidad, de modo que, al estar próximamente cubiertos, la población de mujeres pobres podrá tener a su alcance métodos de control de natalidad libres de costo.
Otros beneficios que se suman son hasta 30 sesiones de quiropráctica al año para niños y adultos, trasplantes de córnea, huesos y piel, la extensión de cubierta de vacuna hasta los 21 años y cubrir el costo de espejuelos hasta los 18 años.
Para Puerto Rico representan unos adelantos que atienden necesidades hasta ahora relegadas y que, bien administrados, con garantías de transparencia y fiscalización, deberían tener efectos positivos sobre la salud en general y reducir los riesgos de enfermedades.
Pero queda todavía una población inmensa, integrada por unas 300,000 personas que trabajan y tienen ingresos, pero no cualifican para el plan del Gobierno ni les sobra dinero para adquirir primas médicas privadas. Y ése queda como otro gran reto que tiene el Gobierno por delante.
ED I T ORI A L