Sueño industrial para aportar al desarrollo de Puerto Rico
Entrevista uno a uno con el nuevo presidente de la Asociación de Industriales de Puerto Rico
La presidencia de la Asociación de Industriales de Puerto Rico (AIPR) es otra meta alcanzada para Carlos Rivera Vélez, ingeniero de computadoras, ejecutivo de una multinacional, historiador sangermeño y padre de cinco hijos.
Rivera Vélez juramentó al cargo en enero, y estará al frente de la poderosa organización del sector privado hasta el 2017. En conjunto, los socios de la AIPR generan casi el 50% del Producto Interno Bruto y emplean a más de 100,000 personas en la Isla.
“Hace como 14 o 15 años, cuidado si más, yo dije: ‘quiero presidir los Industriales, y me voy a fajar para que eso sea así’. Porque yo quería, a través de esa designación, ayudar a mi país”, relató el nuevo presidente de la AIPR.
Ese deseo de aportar al bienestar de Puerto Rico es uno de elementos que guían la vida y la carrera de Rivera Vélez. De ahí que tenga un trasfondo académico tan variado, que incluye un bachillerato en Ingeniería de Computadoras de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez; una maestría en Negocios y Tecnologías Nuevas de la Universidad de Pennsilvania, y un doctorado en Historia de Puerto Rico y el Caribe del Centro de Estudios Avanzados y del Caribe en San Juan.
“La gente me dice: ‘ven acá, eres ingeniero, hiciste una maestría en negocios, y ¿estudiaste un doctorado en historia?’ Para mi, el doctorado en historia va de la mano con ser el líder de los Industriales. Conocer la historia de nuestro país, tener el lado del empresarismo y poder unir esas dos cosas para poder hacer una gran diferencia en el país, para mi es bien importante”, apuntó.
Aunque nació en Nueva York, se crió en la Isla desde los cinco años, entre los municipios de Sabana Grande y San Germán. Estudió en la escuela pública, y ahora, de adulto, aseguró que aunque ha tenido oportunidades de crecimiento profesional fuera de Puerto Rico, está decidido a quedarse para devolverle al país la inversión que hizo en su educación.
“No me fui. Tengo la oportunidad de impactar a nuestro país sin tener que meterme en el revolú político, y aquí estamos (en la presidencia de la AIPR), tratando de hacer todo lo que se pueda”, expresó Rivera Vélez.
MANDA Y VA. El nuevo presidente de la AIPR habla directo, y asevera que algunas de sus ideas o expresiones pueden ser chocantes. Pero reitera con frecuencia que no le preocupa, pues su objetivo es el bienestar de Puerto Rico y, en este caso, de los socios de la organización. Esto último entiende que está interconectado, pues la prosperidad en el sector in- dustrial se refleja en el resto del país por su efecto multiplicador.
Rivera Vélez se considera un líder balanceado. Su trabajo en la multinacional de dispositivos médicos Edwards Lifesciences Technology Sarl, se combina con esfuerzos comunitarios, como su afán por preservar el legado histórico de San Germán.
A pesar de que reconoció que los socios de los industriales se distinguen por estar activos en actividades comunitarias, de manera individual y como corporación, el nuevo presidente entiende que como institución, la AIPR debe tener mayor impacto en temas sociales.
“Creo que los Industriales tienen que tener una responsabilidad social empresarial y un valor compartido mucho más arraigado de lo que está hoy. Eso Waleska (Rivera, la pasada presidenta de la AIPR) lo llevó a otro nivel. Pero nosotros, con el poder económico que tenemos, tenemos que hacer mucho más, mucho más, en esa parte social y de valor compartido”, sentenció.
Uno de los aspectos en los que quiere establecer ese balance es en la defensa de los intereses de la industria y de los empleados. Este, dijo, es uno de los ejemplos de su objetivo de dirigir la AIPR desde una perspectiva de integración de voluntades.
INTEGRACIÓN LOCAL. Asimismo, manifestó que también promoverá una “cultura de dueños”, mediante el apoyo a los industriales locales y aquellos que tengan proyectos para establecer fábricas con capital nativo en Puerto Rico.
“Soy (ejecutivo) de multinacional, pero soy más un empresario industrial puertorriqueño que otra cosa”, comentó Rivera Vélez, quien creció ayudando en la empresa de refrigeración que tenía su padre.
En su opinión, una iniciativa que combina ambos objetivos es la idea de que todos los productos que se manufacturen en la Isla estén identificados como tal, y que este sea un re-
quisito para beneficiarse de los incentivos industriales. De esta manera, dijo, se elimina la pelea chiquita y se integran los esfuerzos para dar a conocer lo que se produce en el país e incentivar la compra local.
Otro punto importante en su agenda como presidente de la AIPR es el respaldo a los clusters o consorcios en los que participan diferentes sectores con un interés común.
Mencionó que, al presente, está gestándose uno de estos grupos para maximizar la capacidad de manufactura textil que hay en la zona oeste. De la misma manera, espera lograr una alianza para desarrollar la industrialización de la agricultura.
“Quiero dejar un legado de cosas concretas, que se puedan palpar, que no sean solo planteamientos teóricos a una legislación”, abundó Rivera Vélez.
PROMOCIÓN INDUSTRIAL. Y aunque reiteró que las industrias nativas son una prioridad, también dejó claro que debe haber un balance con la atracción de inversión extranjera. En particular, entiende que es importante continuar capitalizando en los segmentos que Puerto Rico tiene una capacidad probada, con la creación de un ecosistema de manufactura.
Si bien señaló que la AIPR apoya los esfuerzos del gobierno y sectores privados para desarrollar la industria aeroespacial, destacó que el país tiene una capacidad probada en el área de manufactura, en particular en la industria de la salud y, en el pasado, en la electrónica.
En esa línea, destacó la intención de que se concreten más transacciones como la que se anunció a finales de 2014 con el establecimiento de la farmacéutica Romark Laboratories, Es- ta promoción industrial se logró como parte de los esfuerzos de un grupo de empresas de servicios locales, liderados por la empresaria Elizabeth
Plaza, de Pharma-Bio Serv. Para esto, mencionó que la AIPR continuará concentrada en los temas de competitividad. En particular, dijo que le gustaría establecer un instituto de competitividad y benchmarking.
“Aquí hay más de 30 iniciativas de competitividad y ninguna se habla... Hay iniciativas muy buenas, como Echar Pa'lante y Juntos por Puerto Rico, y quiero que con la fuerza de los Industriales se respalde lo que hacen”, manifestó Rivera Vélez, quien insistió en su intención de actuar como integrador de voluntades.
CONTINUIDAD. Otro elemento importante en el plan de trabajo del presidente de la AIPR será la conti- nuidad, para lo que dijo que trabajó de cerca con la pasada presidenta, Waleska Rivera, para respaldar aquellos proyectos pendientes de su gestión.
Por ejemplo, mencionó las “10 tácticas”, un documento preparado por la organización para estipular acciones concretas que consideraban podían implementarse para ayudar en la recuperación económica de Puerto Rico. Entre los postulados se incluyen un plan decenal para el Departamento de Educación y la búsqueda de alternativas para bajar los costos de la energía en la Isla.
La AIPR también continuará con los esfuerzos por establecer una presencia de la institución y sus socios en el Caribe y América Latina. Una iniciativa que, precisamente, lidera la pasada presidenta desde el comité de Internacionalización.
En específico, Rivera Vélez mencionó el interés en República Dominicana y Cuba, las Antillas Menores y Colombia. Así como los otros países de la región en las que el gobierno de Puerto Rico tiene oficinas.
Sobre Cuba, destacó que la AIPR realizó un viaje exploratorio hace cerca de un año, y que el próximo abril o mayo esperan organizar una delegación de Puerto Rico, junto a representantes del gobierno y de otros sectores económicos para iniciar relaciones de negocios.
El nuevo presidente considera que Puerto Rico debe aspirar a convertirse en “el Singapur del Caribe”, en referencia a la habilidad que tuvo este país asiático para evolucionar su modelo económico e industrial.
Mencionó, por ejemplo, que en la medida que Singapur perdió su competitividad en costo de mano de obra,
asumió el rol de broker , coordinando la manufactura con otros países a su alrededor, como Malasia, mientras continúa sacando partido de los profesionales experimentados que se han desarrollado y establecido en Singapur.
“No hay razón para que Puerto Rico no pueda hacerlo, si sacamos partido a la relación con República Dominicana, picamos a’lante con Cuba, y empezamos a hacer alianzas donde podamos mover la mano de obra barata a otros lugares y usar el talento de los profesionales de aquí. Pero para eso tiene que haber voluntad, y esa es la preocupación aquí, por la división que hay tan pronunciada”, aseveró.
El asunto de las tribus y los cambios de política pública es otro que el ejecutivo quiere ayudar a minimizar mediante la perspectiva de integración de voluntades y esfuerzos.
En el sector privado, manifestó que en lugar de tratar de “reinventar la rueda”, quiere utilizar el poder y el reconocimiento de la AIPR para respaldar iniciativas de otras organizaciones que estén corriendo o en proceso de implementarse.
Mientras, en lo político, afirmó que no se identifica con un partido en particular y que está abierto a apoyar propuestas que beneficien al país y al sector industrial, que representa.
“Voy a hacer lo que me dicte la conciencia que es lo mejor para Puerto Rico. No me pienso casar con nadie. Mi partido es Puerto Rico. Todo el que tenga el partido de Puerto Rico como su norte, voy a estar ahí mano a mano. Vamos a insertarnos a la iniciativa del partido que sea, si hace sentido para el país y nuestros socios”, concluyó el multifacético líder.
“Voy a ser un integrador. Buscaré la manera para que, cuando haga algo, seamos inclusivos. Buscaré la manera de no reinventar la rueda, sino insertarnos en iniciativas que ya están corriendo”
CARLOS RIVERA VÉLEZ
presidente de la Asociación de Industriales