Divertida Colonia
A través de los siglos esta ciudad ha demostrado una capacidad inagotable de distinguirse.
Sus habitantes han desarrollado un dialecto propio, un carnaval en noviembre y hasta un tipo particular de cerveza.
Quién se acerque a Colonia buscando encontrar la formalidad del alemán tendrá que buscar mucho tiempo. Junto a sus muchos atractivos turísticos esta ciudad posee una divertida personalidad que la hace única en toda Alemania.
A través de los siglos, Colonia ha demostrado una capacidad inagotable de distinguirse. Para ello sus habitantes han desarrollado un carácter nada teutónico, un dialecto propio, un carnaval en noviembre y hasta un tipo de particular cerveza.
Sin embargo, la protagonista principal en la lista de encantos de esta ciudad a orillas del Rin ha sido durante siglos la atracción turística más visita de Alemania, la catedral de Colonia.
2000 AÑOS DE HISTORIA
Fundada por la tribu germánica de los Ubios en el siglo 38.a.C., la evolución de Colonia abarca sobre 2,000 años. Constante en su historia ha sido el paso de viajeros por la ciudad. Hoy, importantes rutas ferroviarias y fluviales transeuropeas alimentan esta marea humana. Tanto para los pasajeros de los rapidísimos trenes Thalys e ICE como para los que llegan en los cruceros que navegan el Rin el desembarque en Colonia resulta un punto culminante en la travesía.
También, los legionarios romanos que fundaron aquí su Colonia Claudia Ara Agrippinensium y las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial han dejado huellas profundas por toda la ciudad. En museos como el Römisch-Germanisches Museum, el Kölnische Stadt museum o el NS-Dokumentation szentrum, en la antigua sede de la Gestapo, se puede echar un vistazo a la interesante historia de esta ciudad.
Pero, a través de los siglos, el mayor tesoro de Colonia ha sido su catedral, el Dom de Colonia como se le nombra aquí. Esta obra maestra de la arquitectura gótica requirió de unos 600 años para completarse y hoy es la tercera iglesia más alta del mundo. Sus dos torres alcanzan una impresionante altura de 157 metros, unos 515 pies.
Milagrosamente, la catedral sobrevivió intacta 262 bombardeos durante la guerra. El 90 por ciento de Colonia quedó en ruinas pero la presencia del Dom mantuvo alta la moral de sus habitantes. La nave interior del Dom es un bos
que de pilares y columnas, como la describió Victor Hugo. Entre sus tesoros se guardan las reliquias de los Reyes Magos y de Santa Úrsula. Si las rodillas no impiden el ascenso, la vista de la ciudad que se disfruta desde sus campanarios es inolvidable.
PLAZA DE LA CATEDRAL
La Domplatz o Plaza de la Catedral colinda con la Estación de Trenes de Colonia y sirve de punto de encuentros para los más de 20,000 visitantes diarios que tiene la basílica. Un barullo de artistas callejeros y de personajes rarísimos anima esta amplia plaza en donde tendrá la oportunidad de hacerse el mejor selfie del viaje.
Cerca de la Domplatz se encuentra la Oficina de Turismo, el Museo Lugwig dedicado al arte contemporáneo y junto a este la Plaza de la Filarmónica. Desde aquí puedes asomarte al Hohenzollernbrücke un puente sobre el Rin en cuya baranda cuelgan miles de candados, cada uno dedicado a una promesa de amor eterno.
BARRIOS Y CERVEZA TÍPICA DE COLONIA
En la exploración del centro no debes perderte cuatro zonas típicas de Colonia: el Heumarkt, el Südstadt con su calle Severin, el Barrio Belga y la larga orilla del Rin o Rheinufer entre los puentes Severin y Hohenzollern.
En el Heumarkt en el barrio del Alter Markt está la plaza más grande de Colonia. El 11.11, a las 11 se inicia aquí la
quinta temporada del año como se describe al Carnaval de Colonia. Miles de juerguistas se reúnen desde temprano en la mañana, estrambóticamente disfrazados y prestos a consumir en las tabernas de la plaza barriles de Kölsch, la cerveza típica de la ciudad.
La Kölsch es una cerveza rubia de ligero sabor, rico en lúpulo y bajo en alcohol. Tradicionalmente se sirve en un vaso estrecho y alargado que promueve su rápido consumo.
Al dialecto de Colonia también se le llama Kölsch. Hay un dicho popular que dice leeve un leeve losse y que se puede traducir como vive y deja vivir. Durante el tiempo de carnaval, este refleja la realidad de la ciudad.
Después de su inauguración y con una pausa navideña, las celebraciones del carnaval continúan con animadas reuniones y bailes en donde el humor remplaza a la formalidad alemana. El jueves antes del miércoles de ceniza a las 11:11 a.m. las mujeres se hacen con el poder en las calles durante la Wei
berfastnacht . El lunes siguiente, durante el Rosenmontag, (lunes rosado de carnaval), decenas de carrozas desfilan por las calles de la ciudad.
La calle Severin en el barrio Südstadt es una calle multicultural que por su mezcla de pequeñas tiendas y su ambiente estudiantil recuerda un poco a nuestro Río Piedras. En la calle se encuentra la iglesia de San Severín, una de las 12 iglesias románicas de Colonia.
BARRIO BELGA
Muy favorecido por la gente joven es también el Barrio Belga (Belgische Viertel). Sus calles llevan nombres de ciudades belgas como Antwerpen o Bruselas, y la zona está repleta de clubs, teatros y locales alternativos como el
Bar Hallmackenreuther, con su decoración de la década de 1950. En fin de semana, la Plaza Bruselas se convierte en una plazita sanjuanera con la gente tomándose sus mojitos en la acera.
Colonia cuenta con una excelente red de transportación pública. Su centro se deja caminar bien pero el tren subterráneo, los tranvías y autobuses ofrecen una alternativa rápida y eco- nómica. En la Oficina de Turismo puede adquirir la Köln-Card (9 Euros) que permite usar la red de transportación pública gratis durante 24 horas y ofrece descuentos en los museos.
ORILLAS DEL RIN
Para escapar del barullo de las calles de Colonia lo mejor es visitar la orilla del Rin. Aquí encontrarás el interesante Museo del Chocolate de Colonia o Schokoladenmuseum. Este museo muestra en detalle todo el proceso que involucra la producción del chocolate, desde la siembra del cacao hasta la venta final del sabroso dulce.
A un lado del museo está el Rheinauhafen, la zona más moderna de Colonia con sus impresionantes edificios en forma de grúa portuaria y una gran variedad de locales de moda. Al otro lado, el verde malecón de la Rheinufer, en donde atracan los cruceros fluviales que navegan el Rin.
El imán de esta zona es el Fischmarkt y sus Stapelhäuschen, un frente de estrechos edificios de vivos colores que hoy albergan hoteles y restaurantes. Los callejones de esta zona están repletos de galerías de arte y de típicas cervecerías o brauerei como la Haxenhaus zum Rheingarten y la Löwenbräu Köln. Las torres de la basílica romana de St. Martin dominan esta parte de la ciudad.
MUSEO DE LOS OLORES
Una exploración por las calles peatonales y comerciales de esta zona lo llevará al Museo de los Olores en la Casa Farina. Johann Maria Farina fue el inventor del perfume más famoso del mundo, el Original Eau de Cologne (Original Agua de Colonia). La fragancia patentizada en el 1792 fue bautizada como Eau de Cologne 4711, un perfume floral y aún muy popular en Europa.
Así que, si las fragancias o la cerveza te acercan durante el tiempo del carnaval a Colonia, asegúrate de disfrutar de la visión inolvidable de su catedral y de un paseo por la orilla del Rin. Y no te sorprendas si en lugar de un guten tag alguno de sus habitantes te saluda con un kölle alaaf! ("que viva Colonia!") y te pida un bützchen (beso). Recuerda que Colonia es divertida.