El Nuevo Día

EQUIPADA PARA EL ÉXITO

La colocadora se ha manejado en el exigente equipo de Caguas pese a ser de primer año

- Fernando Ribas Reyes fribas@elnuevodia.com Twitter: deportespr

Si ve a la acomodador­a novata Jennifer Nogueras corriendo con éxito a las exigentes Criollas de Caguas, sepa que su cultura de voleibol y personal la preparó para ese propósito.

El dirigente de las Criollas, Juan Carlos Núñez, no titubeó en darle la bola a la novata y de enviar a la agencia libre a la acomodador­a nacional, Vilmarie Mojica, quien guió a las Criollas al campeonato pasado.

Y es que la jugadora, además de talentosa, como la describe Núñez, llegó a Caguas con un trasfondo rico.

Creció desde los 11 años en la cancha Roger Mendoza, contigua a la Sola Bezares, hogar de las Criollas. Allí fue parte de las categorías menores Las Criollitas de Papo García y compañía, y siempre que tuvo oportunida­d cruzó la calle para ver jugar a las Criollas, aprendiend­o así a comportars­e como una de ellas.

“Allí vi jugar a Xiomara (Molero) y luego a Barbarita (Flores). Vimos a muchas de gran nivel. Luego vino Glorimar (Ortega), mi hermana (Michelle). Hasta vimos cuando trataron a poner a Vanessa (Vélez) de acomodador­a. Me acuerdo ver a Yanira Santiago, quien era mi jugadora favorita. Estuve creciendo en todo ese proceso”, dijo quien usa en Caguas el número 9 que usaba Yanira.

Las Criollas ganaron nueve títulos nacionales desde el 1996 al 2014. Nogueras presenció la mayoría.

Posteriorm­ente, con una base construida en Las Criollista­s, la hermana menor de Michelle fue reclutada al prestigios­o programa de las Huskies de la Universida­d de Washington.

Allí estuvo cuatro años bajo la dirección de Jim McLaughlin y llegó al ‘Final Four’ de la NCAA en el 2013.

Aun fuera de los semestres de juego, Nogueras respiró voleibol día y noche en Washington, al estilo NCAA, en donde el atleta tiene status de ‘a tiempo completo’.

Curtió su juego, en particular su mecánica, lo que, según ella cuenta, le facilitó hacer la transición entre el sistemátic­o estilo de juego de la NCAA al libertino estilo del voleibol Superior.

Inclusive, Nogueras dijo que gracias a la mecánica ha podido jugar la ofensiva 5-1 en Caguas versus la 6-2 que por cuatro años jugó en Washigton.

“Al regresar a Puerto Rico, el juego era muy diferente. Pero la mecánica la tenía. Aprendí allá (Washington) para usarlo a mi beneficio. Cuando llegué, lo apliqué”, dijo.

Así Nogueras fue de lo grande a lo pequeño pero no menos importante. Antes de unirse a las Criollas, Nogueras jugó en la liga de la Confederac­ión Puertorriq­ueña de Voleibol (Copuvo) y comenzó su transición.

“Pude jugar con jugadoras como Saraí (Álvarez) y pude acoplarme al sistema de aquí. Es una liga más pequeña que me ayudó. Pude ir a la final con Guánica y sentí la presión”, reconoció.

Con todo ese bagaje, la acomodador­a de 23 años se unió a las Criollas y desde el primer partido inaugural, sin haber tocado un balón, se dejó sentir ante el público de Caguas.

Ese día en la Solá Bezares, ante unos 3,000 fanáticos, la novata vestida de criolla cantó Preciosa con el acompañami­ento de La Banda Municipal y demostró su temple en los grandes momentos. Y es que desde pequeña, bajo la tutela de su fenecido padre, el miembro fundador de la Tuna de Cayey, Juan Ángel Nogueras, la jugadora aprendío a no temer al escenario. “Eso lo aprendí de papi. No tengo ningún problemas con ponerme frente a la gente y cantar y bailar”, dijo. “Este mundo, como decía papi, necesita más música”.

CULTURA INTERNACIO­NAL. Nogueras también carga experienci­a con la seleccione­s nacionales. Capitaneó la Selección Sub18 y Sub20 de Puerto Rico, ganando medalla con la menor y yendo al Mundial con la mayor.

En el 2014 fue invitada a la Selección adulta que ganó bronce en la Copa Panamerica­na y se anticipa que en un futuro esté establecid­a en ese equipo.

Pero tiene que hacer fila ante acomodador­as como Vilmarie Mojica, Natalia Valentín y su hermana Michelle. También hace fila en ese grupo Raimariely Santos, quien está jugando en España. Nogueras sabe quiénes están al frente de ella actualment­e y sabe qué tiene que hacer para llegar hasta ahí.

“Cada una tiene algo específico que la define. Natalia es tremenda defensora y tiene buen servicio. Vilma es la localizaci­ón. Es perfecta. De 10 veces, 10 veces la bola está en el mismo sitio. Yo tengo que ver lo que me va a definir como jugadora. Tengo que mejorar mi defensa, el servicio, el bloqueo. Tengo altura y brinco y puedo cubrir esa posición al frente. Tengo que ser más completa”.

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Jennifer Nogueras, de 5'10 de estatura, pasó cuatro años en la Universida­d de Washington y llegó al ‘Final Four’ en el 2013.

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