Venezuela apagó nuestros bates
Pésima forma de iniciar una Serie del Caribe. Y lo es mucho más cuando se trata de enviar un mensaje alentador a la fanaticada.
Fue muy poco lo que Puerto Rico pudo hacer anoche ante los lanzamientos del norteamericano Daryl Thompson, quien se echó en un bolsillo la ofensiva de los nuestros durante siete episodios para endilgarnos un molestoso revés 5-2.
No significa de ninguna manera que esta derrota nos saca del panorama. Pero jugando en el patio de tu casa un triunfo abriendo una serie corta como esta siempre es muy saludable.
Los suramericanos hicieron lo que tenían que hacer. Contra un equipo que no se distingue por tener una gran ofensiva, atacaron temprano en el juego y nos pusieron una enorme presión en el resto del camino.
Giovanni Soto, quien lanzó de forma magistral en los primeros dos episodios, dio señales de debilidad en la tercera y le costó muchísimo abrir el mismo con un boleto gratis. Un sencillo al derecho de José Gil lo puso en aprietos. Un imparable sin fuerza de Ehire Adrianza trajo la primera para los vinotintos.
Entonces un triple de Alexi Amarista envió a la goma las siguientes dos para colocar la pizarra 3-0 y enmudecer las sobre once mil almas que asistieron al Bithorn.
Hicimos una inmediatamente en la baja de la tercera, pero un corrido arriesgado de Jorge Padilla hacia segunda en un in- tento de extender a doble su batazo nos pudo haber matado un avance.
Venezuela entonces nos hizo pagar el precio en su siguiente turno cuando nos remató con otras dos. Y por ahí se fueron las aspiraciones.
El relevo puertorriqueños hizo su trabajo en el resto del camino, pero nuestros bates estuvieron demasiados de apáticos.
Venezuela ganó con excelente pitcheo, impecable defensa y bateo oportuno. O sea, nos dominaron en todas las facetas del juegos.
Hoy es contra México, quien viene a buscar su tercera corona en línea. Un revés pone a Puerto Rico en una situación muy difícil. Desde el 1984, una delegación boricua no cae en sus primeras dos salidas en un evento celebrado en nuestro territorio.
Puerto Rico tiene que batear para tener opciones. No se puede depender en demasía del pitcheo. Si no ganamos esta noche la cuesta se tornará bien empinada.