Se acabó el tiempo
Puerto Rico está en quiebra. Pero hay manera de salir de ella. Recapitalizando el Banco Gubernamental de Fomento, reestructurando la deuda pública, redimensionando la estructura del Gobierno (incluyendo los municipios y corporaciones públicas) e implantando una verdadera reforma contributiva.
Estas no son propuestas aisladas. Deberían formar parte de un pensamiento estratégico de cómo echar el País hacia adelante. El modelo de desarrollo socioeconómico que escojamos no puede emerger hasta tanto se tomen estas decisiones de una manera integral y sistémica.
El documento que tiene en sus manos es una hoja de ruta que El Nuevo
Día seguirá en su cobertura diaria y especial.
No cejaremos en hacer las preguntas difíciles y llevar el debate público hacia la toma de decisiones dolorosas, pero necesarias.
Estos son los momentos que definen el carácter de los pueblos y de sus líderes.
Esta es la primera de varias entregas periodísticas especiales que El Nuevo
Día realizará para ir más allá del diagnóstico y alentar para que el debate público se centre en estos cuatro asuntos fundamentales, que subrayamos, deben abordarse de una manera sistémica y no en parchos.
Las decisiones que hay que tomar cuestan votos. O quizás no. Puerto Rico está listo para asumir las responsabilidades que nos exige nuestra historia.