Lupa de la comunidad al ambiente
Alumnos hacen investigaciones en los humedales del Corredor del Yaguazo
El entusiasmo de una comunidad que se interesa por sus recursos naturales y mejorar su medio ambiente es palpable.
Son casi las 11:00 a.m. y varios vecinos de Juana Matos en Cataño se arremolinan en los bajos de una casa de dos niveles para conocer de primera mano las investigaciones ambientales que estudiantes realizan a pasos de sus hogares.
Allí, en la estrecha calle Santa María y en la sede del Corredor del Yaguazo Inc., directivos de la empresa petrolera Puma Energy, el decano de Ciencias Naturales de la Universidad de Puerto Rico (UPR), recinto de Río Piedras, y otros facultativos e investigadores, atestiguan el trabajo voluntario que se realiza en la Ciénaga Las Cucharillas para reforestar el humedal.
“A través de la biología y la ecología en el Corredor del Yaguazo se refuerza lo que no se puede lograr con la ingeniería, que es el control de inundaciones”, aseguró Elvira Cuevas, ecóloga y directora del Centro de Ecología Aplicada Tropical y Conservación (CATEC, por sus siglas en inglés).
Previamente, Wilmer Rivera de Jesús, estudiante doctoral de la UPR, explicó a la comunidad de Juana Matos y a los ejecutivos de Puma y profesores, su investigación que busca definir cuánto estresor -como inunda- ciones, contaminantes o aumento de salinidad- pueden soportar los árboles del humedal sin morirse.
“Estos sistemas, como lo que es el Corredor del Yaguazo, son centros de purificación de agua, que retienen contaminantes y controlan las inundaciones y las plagas. Hace 30 años la propia comunidad de Juana Matos se dio cuenta de la importancia del humedal y ahí comenzó el proceso de reforestación. En mi investigación, que lleva tres años, hemos hecho experimentos de tolerancia en donde cogemos las semillas de los árboles mayores en la Ciénaga, los llevamos al invernadero, las germinamos, les aplicamos los estresores y medimos su tiempo de tolerancia y reacción”, explicó Rivera de Jesús.
La finalidad de esta investigación ambiental del estudiante de doctorado busca definir qué especie de árbol resiste más sin morirse al ambiente de la Ciénaga Las Cucharillas.
Una vez definida las especies apropiadas para este lugar, se utilizarían para reforestar las distintas áreas del humedal del Corredor del Yaguazo, compuesto por 1,503 cuerdas que discurren entre los municipios de Guaynabo, Toa Baja y Bayamón.
Pero esta no es la única investigación que se realiza en el corredor.
Allí, la estudiante doctoral del programa de Ciencias Ambientales de la UPR en Río Piedras, Keyla Soto, detalló ayer su trabajo con nanopartículas de hierro -que son partículas bien pequeñas que se utilizan para remover metales pesados- el cual busca descontaminar el suelo del Corredor del Yaguazo.
“Trabajo con la búsqueda de cadmio, que es un metal tóxico y a la vez carcinógeno para el ser humano. Este tipo de metal se encuentra en las baterías, celulares o computadoras y como el Corredor del Yaguazo se utilizó en una época como basurero, el suelo de este humedal está contaminado. Hice un estudio y Cataño está altamente contaminado con plomo, arsénico y cadmio en grandes cantidades y lo que estoy haciendo es usar las nanopartículas de hierro para que segreguen el cadmio y descontaminen el agua”, detalló Soto.
Una vez la estudiante doctoral de Ciencias Ambientales segregara el metal contaminante del agua que co- rre por los caños del humedal, en su búsqueda de innovar, Soto lo sustrajo y encontró que se puede usar para aplicaciones de celda solar.
Soto ha estado los pasados dos años investigando y descontaminando las aguas de este humedal rodeado por muchas viviendas.
Allí, cuando llueve intensamente, el agua se desborda de los caños e inunda las estrechas calles y residencias aledañas de la comunidad Juana Ma- tos y para contrarrestar estos daños es que la comunidad participa de un intensivo plan de reforestación.
Otro de los proyectos de investigación presentados ayer fue el de Steven Campbell, un estudiante de 12 años que cursa el séptimo grado en el Colegio San Ignacio y quien descubrió que el herbicida que se utilizó por muchos años en el Corredor del Yaguazo, provisto por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DR-
NA), reduce la actividad de las enzimas del suelo.
“Después de siete semanas investigando y realizando análisis de muestras del suelo descubrí que el herbicida glifosato baja la actividad enzimática mientras el vinagre horticultural, que es más económico, mantiene la actividad enzimática”, detalló el adolescente acompañado de su madre, Teresa Ramírez.
MOTOR DE LA CONSERVACIÓN. A través de alianzas con las universidades y Puma Energy, Pedro Carrión, presidente del Corredor del Yaguazo, Inc. y residente de toda la vida de la comunidad Juana Matos, resaltó ayer que se ha logrado reforestar diversas áreas del humedal que actualmente permiten que en un periodo de 24 horas percolen las escorrentías.
“Esto es un humedal urbano, un área de captación, donde se procesa el agua que pasa a la Bahía de San Juan. Este es nuestro espacio que como comunidad protegemos y nos esforzamos por conservar”, expresó Carrión.