INUSUAL PAREJA
Los Berdiel escriben una página en la liga al ser de los pocos hermanos en una franquicia en los roles de apoderado y jugador
BAYAMÓN. - Cuando Miguel Jabbar Berdiel adquirió la franquicia de los Vaqueros de Bayamón, uno de los primeros asuntos que atendió fue la deuda de su hermano Miguel Alí Berdiel.
Y el acercamiento de Jabbar estuvo relacionado a la posibilidad de renegociar la deuda que él había asumido de su hermano como parte de la compraventa de la franquicia. Jabbar pensó que la sangre pesaría más. No fue así. Se equivocó, según dijo.
“Traté de cuadrar los intereses adquiridos en la deuda, pero me dijo ‘soy otro jugador más’… dijo que no a la soltá. Yo me eché a reír y no discutí”, relató el nuevo apoderado de los Vaqueros a El Nuevo Día.
Fue el comienzo de lo que ellos habían discutido previo a materializar la compraventa de los Vaqueros: el tema familiar quedaría fuera del baloncesto. “Los negocios son los negocios; la familia es familia”, contestó Alí Berdiel. Es de las pocas veces en la historia del Baloncesto Superior Nacional (BSN) en que unos hermanos figuran como apoderado y jugador en la misma franquicia y en el mismo año. Sucedió también con los hermanos Vicens en Ponce y con los Rodríguez (Rafael y Erick) en la actualidad en Guayama.
Jabbar está debutando como dueño, después de adquirir la atribulada franquicia de los Vaqueros con deudas ascendentes a $900,000 de las últimas pasadas.
Alí Berdiel, por su lado, atraviesa su duodécima temporada en la liga. Es la tercera con los Vaqueros.
Así que Alí conoce de la A a la Z el negocio del BSN y, en un principio, se opuso a la idea de su hermano de comprar a los Vaqueros. Jabbar dijo que no iba a cerrar el negocio hasta que recibiera el visto de su hermano Alí. Entonces hubo una larga conversación. “Le dije que este negocio era súper fuerte. Y fui claro que si él era el apoderado, no me iba a meter en ninguna decisión del equipo. Llevo muchos años en la liga y tengo relaciones con jugadores, y pueden surgir situaciones delicadas por decisiones que él tome como apoderado. Puede surgir un cambio y un jugador pensar que yo sabía acerca del mismo. Y no quiero que sea así”,
dijo Alí al confiar en el talento de su hermano para enderezar la franquicia vaquera.
Jabbar entendió la posición de Alí y dijo que mantiene alejado a su hermano de las determinaciones de la gerencia y del cuerpo técnico. “Me dejó claro que no quería estar en la toma de decisiones y así lo hacemos. Él se encarga de jugar y no tiene un trato especial. Y yo tampoco tengo que ver con las decisiones del dirigente en la cancha. Me mantengo lejos”, aseguró Jabbar, de 37 años, al aclarar que la determinación de canjear a Filiberto Rivera a Mayagüez por el alero Alexander Franklin no tuvo la intención de beneficiar a Alí con más tiempo de juego.
“Si miras los juegos, Alí apenas ha fungido como armador. Sabíamos que teníamos esa posición bien cubierta con Guayito (Santiago) y Kyles Vinales, y adquirimos el ‘tres’ de la Selección que es más joven que Fili. Quiero que la gente de Bayamón sepa que estamos haciendo un equipo para ganar y no para Alí”.
Jabbar, a su vez, tenía como meta adquirir una franquicia del BSN, pero nunca imaginó que tendría a su hermano como jugador. “Bayamón fue la mejor oferta, lo más viable económicamente. Lo de Alí fue casualidad”.
Los Berdiel vienen de una familia deportista de Ponce. Su padre Miguel ‘Cuso’ Berdiel fue jugador del BSN; y su hermana Jomaira también participó a nivel superior.
Jabbar, por su lado, jugó baloncesto desde la etapa infantil hasta la Liga Sub 25, cuando decidió dedicarse a sus estudios de Medicina en la Pontificia Universidad Católica. “Cuando pequeño tenía el sueño de jugar superior, pero luego me di cuenta que no tenía la habilidad como para ganarme la vida. Pero ahora me siento que estoy aportando social y deportivamente a un pueblo”, dijo Jabbar.
Alí, por el contrario, se convirtió en baloncesto profesional, después de obtener dos Bachilleratos de la Universidad de Valparaiso. Es un armador con una estatura inusual de 6’6”. “Alí tenía estatura y habilidad. Y se trabajó para que estudiara y jugara. Y lo logró”.
Alí, de 31 años, se reportó la semana pasada a los Vaqueros y no ha tenido la oportunidad de reunirse con toda la familia en Ponce. Y cuando lo haga, según Alí, ya su progenitora estableció una regla. “Mami dijo que cuando estemos en la mesa, no se puede hablar de baloncesto. Y es algo que respetamos, porque es un tema delicado”, dijo Alí, sonriendo.
“Me dejó claro que no quería estar en la toma de decisiones y así lo hacemos. Él (Alí) se encarga de jugar y no tiene un trato especial”
MIGUEL JABBAR BERDIEL
Apoderado de los Vaqueros “Mami dijo que cuando estemos en la mesa, no se puede hablar de baloncesto. Y es algo que respetamos, porque es un tema delicado”
MIGUEL ALÍ BERDIEL
Jugador de los Vaqueros