Estudiante participará en olimpiada científica
La adolescente boricua busca apoyo para presentar sus investigaciones en Kenia
Desde muy pequeña le fascinaba correr hasta el baño de su casa y allí coger todos los productos que encontraba para mezclarlos y observar la reacción que provocaba su combinación. También jugaba a desarmar sus muñecas para luego retarse a volverlas armar.
Fue de esta curiosidad que nació el hambre científica de Enerys Pagán Olaguibel, de 16 años, quien fue escogida como finalista de una reconocida olimpiada científica por el proceso que desarrolló para purificar el dióxido de carbono utilizando la fuerza del cuarto estado de la materia: el plasma.
“Mi mamá es química, así que la ciencia siempre ha sido parte de mi vida. Recuerdo que desde los cuatro años me ponía a mezclar el champú con el acondicionador a ver si cambiaba de color y hacía muchísimas otras mezclas. Fue en séptimo grado que comencé a realizar investigaciones científicas y a competir y ahora estoy próxima a llevar mi más reciente investigación a una olimpiada en África”, contó ayer Pagán Olaguibel.
Rodeada de una arboleda en el Parque Junghans en Bayamón y acompañada de sus padres José Pagán y
Enerys Olaguibel que la miran con orgullo, la joven señaló que es producto de la escuela pública Brígida Álvarez Rodríguez en Vega Baja, especializada en ciencias y matemática. Allí cursa el undécimo grado.
“Esta investigación que llevaré a Kenia, África, la trabajé movida por el problema de contaminación ambiental con dióxido de carbono, causante del calentamiento global. Lo que me propuse hacer fue coger el dióxido de carbono y ver si lo podía romper y quedarme con el oxígeno y el carbono”, explicó.
Para lograr su cometido Pagán Olaguibel decidió utilizar una máquina de plasma que tiene uno de los laboratorios de la Universidad Politéc- nica y de la mano del profesor Ramón Rivera Varona descubrió que teóricamente el dióxido de carbono se puede dividir en oxígeno y carbono.
“Para romper una molécula de dióxido de carbono y separarla se necesita mucha energía y la máquina de plasma provee esa energía que necesitaba. Durante la primera fase de la investigación determinamos que se puede purificar el dióxido de carbono y dejar que sea un contaminante ambiental usando esta máquina. En la segunda fase de la investigación necesito usar un espectrómetro de masa, que actualmente está dañado en la universidad, para poder visualizar esa separación”, explica.
A PURO PULMÓN. Los logros de esta científica puertorriqueña, que creó como parte de sus investigaciones un plástico biodegradable utilizando almidón de plátano y creó un plasma estable utilizando el helio como combustible, entre otras investigaciones, han sido cuesta arriba.
Sus padres, con sus limitados recursos, viajan alrededor de toda la Isla para buscar los materiales que ella necesita para sus investigaciones y ahora tratan de lograr que el sueño de su talentosa hija de competir en una olimpiada internacional científica en África se convierta en realidad.
“Fui a una feria especializada en proyectos de ingeniería, ambiente y energía a Texas y la experiencia fue maravillosa. Igual pasó en la feria a la que fui en Perú. De esta feria aprendí que a nivel internacional las investigaciones científicas de estudiantes de escuela intermedia y superior las respaldan compañías, laboratorios o universidades... En Puerto Rico tenemos la mentalidad de que los proyectos de feria científica son una nota para el estudiante y nadie lo ve como investigaciones que pueden resolver nuestros problemas de país”, puntualizó la estudiante.
La fundadora de “Jóvenes Científicos por Puerto Rico -un grupo dedicado a apoyar a estudiantes de escuela superior interesados en utilizar la ciencia para resolver los problemas del país- está comprometida en cambiar esta mentalidad de cero respaldo empresarial o universitario a las investigaciones científicas estudiantiles.