Ejercicio en la vejez
No soy una persona envuelta un estilo de vida atlético pues en mi juventud tonteaba con la equivocada hipótesis de la limitación de latidos cardiacos durante la vida. Desde entonces, he pretendido ahorrar todos los que puedo. Sin embargo, mis amigos, los más queridos, para colmo, me acusan de vagancia y se jactan de todas las millas que suelen trotar todos los días. Les he advertido que el ejercicio extremo y extenuante puede ser peligroso para los sesentones y quizás a cualquier edad.
De nada me ha valido tratar de convencerlos con el caso de Jim Fixx, aquel atleta que popularizó en la década de los 60 el trotar para mejorar la salud cardiovascular y extender la vida y que murió ridículamente de un infarto cardiaco… mientras trotaba.
Quizás usted esté en mejor disposición de entender los últimos descubrimientos científicos en torno a como el ejercicio extenuante puede limitar la vida.
Cuando usted somete una célula a un estímulo extremo esta requerirá mucha más energía para cumplir la demanda. La energía requerida se produce en las mitocondrias que son estructuras dentro de las células. Para lograr esta energía, la mitocondria requiere oxígeno, agua y glucosa. Su desecho tóxico serán los nefastos radicales libres los cuales pueden dañar las mismas mitocondrias de la que proceden y provocar la muerte de las células.
En la juventud este daño no ocurre, al menos con ejercicio moderado, porque el organismo segrega antioxidantes que neutralizan los radicales libres. Según envejecemos la producción de antioxidantes baja dejando a las células vulnerables al ejercicio extremo.
Debe quedar claro que ejercitarse en la vejez es de gran importancia para la salud física y mental. Para lograr este efecto no se requiere el ejercicio extenuante sino la suficiente actividad física que evite la disminución de fuerza muscular y el riesgo de incapacidad. Si usted prefiere continuar corriendo como Forrest Gump, le recomiendo el uso diario de antioxidantes como las vitaminas A, E, C, ácido lipoico, L carnitina, flavonoides y polifenoles.