El Nuevo Día

Galopa hacia su superación en el hipódromo

Joven con necesidade­s especiales se prepara para alcanzar la meta de convertirs­e en jinete

- Yaritza Santiago Caraballo ysantiago1@elnuevodia.com Twitter: @yaritzas1

Son las 9:40 de la mañana y Jorge Pérez Casanova, de 19 años, luce un poco nervioso.

No es para menos, se encuentra en el Hipódromo Camarero en Canóvanas donde en minutos realizará su segunda carrera de práctica montado en un caballo, como parte de su preparació­n para certificar­se como jinete, una pasión que desarrolló a los 12 años y por la que superó varios retos debido a su problema de aprendizaj­e.

“Estoy un poco nervioso porque pueden pasar cosas cuando montas a un caballo. Le puede dar un ataque al caballo, el caballo puede brincar muchas veces, un ‘jockey’ o yo puede perder el balance y caerse en la carrera y los caballos pasarle por encima. Es un riesgo”, contó este joven de Bayamón vestido con su uniforme blanco con círculos rosados, botas negras y un casco también rosado.

De 4 pies y 11 pulgadas y unas 109 libras, anhela ser jinete porque siempre le han gustado los equinos. Pero en el transcurso de su adolescenc­ia encontró gente que le decía que no lo lograría.

“Muchos me apoyaban pero hubo gente que me decía que no podía ser jockey porque tenía unas cosas, no sabía leer y escribir y tenía unos pro- blemas en las piernas”, contó este joven ayer a El Nuevo Día mientras esperaba por la yegua Double Interest, en las cuadras del hipódromo. Es una majestuosa yegua de color marrón, cuyas patas lucen bandas anaranjada­s y amarillas.

“Jorgito”, como le llaman de cariño, relató que en tres ocasiones intentó matricular­se en la Escuela Vocacional Hípica Agustín Mercado Reverón del hipódromo, sin éxito. El año pasado logró entrar en la escuela y en diciembre de este año culminará sus dos años de preparació­n.

En esta misma escuela también estudia para terminar su cuarto año.

AYUDA LA HIPOTERAPI­A. Parte del avance que ha logrado este joven se lo adjudica al programa de hipoterapi­a que ofrece la Fundación Carrusel, en Bayamón.

Esta entidad ayuda a personas con necesidade­s especiales con terapias que integran a los equinos. Este tipo de terapia ayuda a desarrolla­r en los participan­tes independen­cia, autoestima, y mejora el nivel de atención, entre otros beneficios, según Rosa Mercado, terapista ocupaciona­l certificad­a en hipoterapi­a,

Esta fundación ofrece siete programas, incluyendo Transición a la Vida Adulta, Equinotera­pia y Arte terapia, entre otros.

Pérez Casanova, según Mercado, entró a la fundación en el 2013 tras ser selecciona­do entre varias escuelas públicas. Allí comenzó en el programa Mozo de Cuadra, que enseña a los participan­tes a mantener a los caballos en buen estado de salud y en bue- nas condicione­s. Aprenden a bañarlos, cuidarlos, alimentarl­os.

Este programa prevocacio­nal prepara a los participan­tes para trabajar en cualquier lugar con caballos. “Como a Jorge le interesaba ser jinete, los caballos eran el primer paso para lo- grarlo”, sostuvo Mercado, quien ayer acompañó al joven a su carrera.

CAMBIOS POSITIVOS. La incursión de Pérez Casanova al programa generó cambios bien positivos. “Jorge llegó bien tímido, con mucho temor de hacer las cosas. Llevaba toda la vida en una escuela donde no tenía retos. Nosotros le ofrecimos la oportunida­d de desarrolla­r autoestima y confianza en sí mismo, y ahora Jorge proyecta mucha seguridad”, expuso Mercado, al destacar que este joven logró certificar­se allí como mozo de cuadra, y solicitó estudiar en la escuela hípica.

Pero eso no es todo, Pérez Casanova trabaja los sábados en la fundación preparando a los caballos para las terapias que allí ofrecen. Por su interacció­n con los equinos, hasta aprendió a conocer si el caballo está apto para el día del servicio de terapia.

De hecho, minutos antes de la tan esperada carrera de ayer, el joven se dio cuenta que la hermosa yegua que montaría lucía agitada y nerviosa, lo que requirió que su manejador la paseara por el lugar.

“Yo la monté en estos días, una vueltita nada más para conocerla y estaba tranquila, pero hoy está nerviosa”, expresó Pérez Casanova, quien confesó que montar un equipo lo hace feliz.

“Cuando me monto en un caballo me siento bien, me sube la adrenalina. En la primera carrera de práctica llegué segundo. Fue genial. Esto es un sueño para mí porque logré salir de abajo y estar en esta posición”, dijo él, cuya aspiración es competir en un futuro en Estados Unidos.

Finalmente llegó el momento de Pérez Casanova montar a la yegua para la carrera, pero el equino nuevamente se agitó, se paró en dos patas y lo lanzó al piso. Afortunada­mente, este joven no sufrió heridas pero no pudo hacer la carrera. No obstante, en dos semanas montará para su tercera carrera.

 ??  ?? Arriba, el joven Jorge Pérez Casanova conversa con el galopador Carlos Camilo. Abajo, el joven intenta controlar a la yegua que le tocó correr en el hipódromo Camarero.
Arriba, el joven Jorge Pérez Casanova conversa con el galopador Carlos Camilo. Abajo, el joven intenta controlar a la yegua que le tocó correr en el hipódromo Camarero.
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