EL PADRE EN EL EMBARAZO
Nuevo espacio para compartir inquietudes
Tan pronto se dibujan las líneas rosadas o azules en la prueba de embarazo la atención a este proceso transformador se vuelca en la mujer. En cierto modo, es lógico que así ocurra. Ellas cargan a la criatura, sienten las náuseas y experimentan de la manera que sea el mágico momento del parto.
Nada en el físico del hombre ni en su experiencia es tangible. No se les abulta el vientre, no sienten contracciones ni tienen que pujar o pasar por una cesárea. Por eso y también debido a cómo nos hemos acostumbrado a separar los roles femeninos y masculinos son inexistentes los espacios formales donde ellos puedan manifestar sus inquietudes, emociones y dudas.
El programa SePARE del municipio de Vega Baja decidió a principios de este año ofrecerles la oportunidad de hablar acerca del embarazo y el postparto desde su perspectiva, confidencialmente y entre pares a través del grupo de apoyo Encuentro de Hombres Padres. “Desde el principio, hemos logrado un por ciento muy alto (80%) de participación de familiares y parejas. Así nos dimos cuenta de necesidades particulares que tienen los hombres y aceptamos el reto de crearles un espacio”, explica Javier Morales, director de SePARE.
La discusión entre hombres, además de beneficiarles a ellos, tiene un impacto positivo directo para la mujer y la familia. Así ocurre porque crece la empatía entre mamá y papá, mejora la comunicación y la cooperación entre ambos.
“Nuestro objetivo principal es que las mujeres logren lactar, tomen decisiones informadas en el proceso de parto y el embarazo, pero muchas veces encontramos la barrera de la falta de apoyo”, comenta Mo-
rales al referirse a padres que quizás por falta de información no se sienten responsables de cumplir con su parte de la responsabilidad durante el embarazo, el parto y el postparto.
Algunas dinámicas que se utilizan en las reuniones moderadas por Morales, quien es educador en salud y profesor de teatro, incluyen el juego de roles, el modelaje y el contra modelaje (lo ideal y lo erróneo), discusiones, debates, ejercicios de escritura, dinámicas teatrales y visualizaciones. “Creo que les damos un espacio de encuentro poco convencional. Se sienten apoyados y aprenden cómo pueden ayudar”, indica el director de SePARE sobre el grupo de unos diez padres que se reúne los primeros sábados del mes a las 3:00 p.m.
Participan del círculo no solamente hombres que son pareja de una mujer embarazada. También asisten abuelos y tíos estrechamente vinculados a la crianza.
Dudas comunes discutidas entre ellos son los mitos y realidades del alumbramiento, situaciones en la relación de pareja y fluctuaciones en el temperamento de uno o ambos en la relación.
Como parte de su inquietud por llevar el mensaje de la importancia de su rol, el grupo planifica realizar en el verano una campaña educativa sobre la paternidad.
“Nosotros entendemos que cercano al parto la figura principal es la mujer y ella toma todo el protagonismo del proceso. Todo el que está alrededor tiene que volcarse hacia ella para que esté bien. Y si ella está bien, los demás también estarán en un ambiente mucho más agradable”, precisa Morales.
SePARE es un programa integral, así es que otra de las ventajas del círculo para hombres es la posibilidad de recibir otro tipo de asistencia profesional de ser necesario. En futuras reuniones, contarán con la asesoría de expertos en diferentes temas tales como la salud del recién nacido, el proceso de parto y la lactancia.