El Nuevo Día

Ribera tranquila entre las aguas

El Istmo de Curlandia, en Lituania, retiene un aire peculiar y sus playas parecen envolver por completo a los humanos.

- Por JIM HEINTZ

Al borde del Valle del Silencio, el paisaje cambia tan repentinam­ente que es como si uno se acercara a otro continente.

Una subida vertical corta, pero empinada de 52 metros (170 pies) a la cima de la Duna de Parménides -conocida como el Sahara de Lituania- revela una estupenda vista de un paisaje formidable y relajante, el Istmo de Corlandia.

En el mapa, el istmo se asemeja a un remolino en un mechón de pelo de un niño, empezando en el enclave de Kaliningra­do de Rusia y curvando suavemente 98 kilómetros (60 millas) al norte hacia la ciudad portuaria de Klaipeda, Lituania, a la que casi toca.

Tan angosto como de no más de 400 metros (1,200 pies), cubierto por una espesa selva y escasament­e habitado, este istmo es un refugio flanqueado por la tranquila laguna a un lado y el tempestuos­o Mar Báltico en el otro.

Nida, la ciudad principal del lado lituano, ha atraído a visitantes en busca de serenidad, y de una manera destacada atrajo al autor Thomas Mann, quien construyó aquí una casa de verano cuando esto era parte de Alemania.

Mas, incluso en el apogeo de los breves veranos bálticos, el istmo retiene un aire peculiar. Nida, aunque se trata de un

resort completo, solo posee un puñado de hoteles grandes; las reservacio­nes son mayormente en hoteles pequeños y administra­dos por familias o en casas de huéspedes con tejados a dos aguas y pintadas con colores brillantes.

Nadie viene al istmo por la emoción. El entretenim­iento más espectacul­ar quizás sean las nubes extraordin­arias que se forman cuando el mar y las corrientes de aire de tierra seca se mezclan.

El lugar más ruidoso del istmo es uno de sus principale­s lugares naturalist­as. Incontable­s cuervos marinos y garzas grises en un área cubierta de árboles, cerca de la aldea de Juodkrante, llenando el aire con un parloteo de graznidos y vocalizaci­ones que suenan curiosamen­te como perros ladrando. Hay una plataforma de observació­n en el extremo de la colonia.

Aunque el extremo norte del istmo es de fácil acceso en un trayecto en ferry que dura cinco minutos desde Klaipeda, sus áreas más atractivas, alrededor de Klaipeda y Juodkrante, requieren más o menos otra hora de viaje por carretera.

CÓMO LLEGAR

Klaipeda, el principal punto de partida del istmo, cuenta con servicio frecuente de autobús desde la capital lituana, Vilnius, y la capital latvia, Riga. El ferry, solo para peatones, hacia el extremo norte del istmo, parte cada hora desde el muelle de la ciudad en Klaipeda, que está a unos 15 minutos a pie desde la mayoría de los hoteles de Klaipeda; los autobuses a Nida y Juodkrante conectan con todos los ferries . Un ferry para automóvile­s hace el trayecto desde el extremo sur de Klaipeda; no se recomienda para los que van a pie por el largo trayecto que tienen que hacer andando hasta la parada del autobús una vez han llegado al istmo. Para conocer más de este destino, consulta a tu agente de viajes.

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