AAA: otro subsidio a los grandes
El 3 de julio de 2003, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) estableció, como parte de un aumento tarifario, un cargo para supuestamente cubrir costos operacionales de carácter ambiental, llamado “Cargo de Cumplimiento Ambiental y Regulatorio” (CCAR). Este cargo les aplica tanto a los clientes residenciales como a los no-residenciales. Su meta es recaudar $280 millones anualmente para atender asuntos ambientales y cumplir con exigencias de reservas de capital del mercado de bonos.
En su primera versión (vigente del 3 de julio al 22 de diciembre de 2003), el CCAR era un cargo fijo, separado del consumo de agua y alcantarillado, basado en el tamaño del contador de cada cliente. Por ejemplo, al cliente comercial con contador de 5/8” se le facturaba $63 fijos al mes. Al cliente de 1” se le facturaba $220, y así sucesivamente hasta llegar al contador más grande (de 12”), que pagaba $18,959 mensualmente.
El 6 de octubre de 2013, la gerencia de la AAA presentó a su junta de gobierno una propuesta para que este cargo ambiental se hiciera de un modo volumétrico en lugar del tarifario fijo original. Es decir, que cada cliente aporte al nuevo fondo ambiental en relación al volumen de agua y/o alcantarillado que consuma. Por ejemplo, el cliente que consume 10 metros cúbicos pagaría 10 metros x $2.20 ($22), el que consume 100 metros, 100 x $2.20 ($220). Esto, conceptualmente, era un sistema justo de repartición del nuevo cargo ambiental. Además era cónsono con el método que la AAA usa para facturar sus principales productos; el agua y el alcantarillado se facturan por los metros cúbicos medidos en el contador. A tales fines, la Junta de Gobierno de AAA aprobó su Resolución 2810, endosando el sistema volumétrico y autorizando vistas públicas el 19 y 20 de octubre de 2013.
El 6 de noviembre de 2013, último día del proceso de revisión de este cargo ambiental, el presidente ejecutivo de la AAA presentó al oficial examinador un nuevo modelo de facturación. Se trataba de una recomendación que, “coincidentemente”, había sido presentada previo a las vistas públicas por la asociación profesional que representa a muchos de los clientes de mayor consumo de agua. Al nuevo modelo le llamaron “CCAR Híbrido Modificado” y se resume de este modo: los clientes con contadores de 2 pulgadas o menos pagarán su cargo ambiental de acuerdo al volumen de metros de agua y/o alcantarillado consumido. Los clientes con contadores de 3 pulgadas o más seguirán pagando el mismo cargo fijo que fue establecido el 3 de julio de 2013. Las escuetas razones del presidente ejecutivo de la AAA para establecer dos sistemas de facturación para el cargo ambiental incluyen “dar alivio a los clientes con contadores de menor diámetro” y “dar alivio a clientes con mayores consumos (hoteles, hospitales e industrias), dando oportunidad para la promoción de desarrollo económico”.
El modelo de “CCAR híbrido” creó, en la práctica, serias desigualdades y daños económicos graves a un grupo importante de clientes de la AAA. Por ejemplo, los clientes con contadores de 2 pulgadas y que consumen un
promedio de 2,500 metros de agua en un mes, vieron aumentar su cargo ambiental mensual de $771 (fijos bajo el modelo original) a $6,250 (2,500 x $2.50). Estos mismos clientes, si hubiesen tenido contadores de 3 pulgadas, hubiesen continuado pagando un cargo ambiental fijo de $964 todos los meses (irrelevante de cuál fuese su consumo). Los peores casos los vemos con los clientes de mayor consumo de agua. Existe un grupo de 97 clientes con contadores de 4” y consumo promedio de 5,047 metros cúbicos. Bajo el modelo de CCAR volumétrico propuesto en las vistas públicas, hubiesen tenido que pagar una aportación ambiental mensual de $13,121. Al aprobarse el modelo híbrido, conservaron su aportación fija de $1,679 al mes.
El “CCAR Híbrido Modificado” no estableció topes que pudiesen prevenir situaciones como las antes señaladas. Estaba diseñado, precisamente, para que los clientes con contadores pequeños y grandes consumos de agua (por la naturaleza de sus operaciones) cargaran con la mayor parte del peso. Este modelo “híbrido” permite que unos clientes de alto consumo y contadores de 3 pulgadas o más promedien una aportación ambiental de $0.20 por metro cúbico. Por otro lado, otros clientes con contadores de 2 pulgadas o menos deben pagar hasta $2.76 por el mismo metro cúbico consumido. Esto, en términos económicos, se conoce como un “subsidio cruzado”, el cual se define como transferir un costo económico de un grupo de clientes a otro. Es decir, separación del mercado en dos sec- ciones. Lo que deja de aportar el cliente con contador grande, la AAA lo recupera con el contador pequeño.
La solución al problema que aquí se presenta no es reemplazarles los contadores a los clientes con consumos grandes y contadores de 2 pulgadas o menos, para que también se beneficien de las tarifas fijas. Esto no resuelve nada porque continuaría existiendo un subsidio de parte de los clientes con contadores pequeños para cubrir lo que dejan de pagar los de contador grande. Como único se atiende esta problemática es facturando a todos los clientes con el mismo sistema volumétrico y con tarifas que mejor se acerquen a la realidad económica. Hemos estimado que todos los clientes deberían estar aportando al CCAR cerca de $1.56 por metro cúbico de agua y alcantarillado. Cualquier dinero facturado sobre este costo representa un subsidio cruzado de dudosa legalidad.