Cara y mala la salud boricua
Puerto Rico tiene uno de los sistemas de cuidado médico más onerosos del mundo. Países con otros mucho más económicos tienen más alta expectativa de vida que nosotros
Con el equivalente a una tercera parte de lo que se invierte en Puerto Rico por paciente, Costa Rica tiene un sistema de cuidado médico que elevó la expectativa de vida de los costarricenses un año por encima que la de los boricuas.
En Cuba, el asunto es más dramático. Ese sistema, que también provee para una expectativa de vida superior a la de Puerto Rico, cuesta $558 por persona. Esto es casi una sexta parte de lo invertido en el cuidado médico, per cápita, en Puerto Rico.
Son muchos los ejemplos como estos. Hay países, pequeños, grandes, cercanos, lejanos, parecidos y disímiles, que logran mejores resultados en la salud de la población y lo alcanzan con mucho menos dinero.
“El problema es cómo se distribuye ese dinero en el sistema, no (la cantidad de) el dinero”, dijo el cirujano Iván González Cancel, exsecretario de Salud.
Según el Informe de la Salud de Puerto Rico, publicado en 2014 por el gobierno, la inversión por habitante en servicios de salud fue de $3,302 en el 2013. Sólo para mostrar la magnitud de la cifra, Japón, uno de los países más reconocidos por su efectividad en el manejo de la salud pública, invierte apenas $664 más por habitante que Puerto Rico, según se desprende de los datos del Banco Mundial.
Por otro lado, Singapur, uno de los países más prósperos, invierte $2,507 por habitante ($795 menos por persona que aquí). Más cerca, Chile gasta $1,204 en salud por persona ($2,098 menos que Puerto Rico). Los habitantes de ambos tienen expectativas de vida mayores que la de los boricuas.
“El indicador más representativo es el de expectativa de vida. En el 1970 Puerto Rico era el país 14 con mejor expectativa de vida. Hoy día somos el 37. Hemos retrocedido en nuestra posición cuando gastamos mucho más que antes”, dijo el analista de salud Ibrahim Pérez.
EL RETROCESO DE LA INEFICIENCIA. El problema de costo efectividad se aprecia en el periodo entre el 2006 y 2011. En esos años, la expectativa de vida bajó en unos 22 días. Mientras, la inversión en salud, per cápita, aumentó un 41%.
Un estudio del economista José Alameda y el médico Luis Ramírez Ferrer, del 2012, plasma claramente el asunto desde otra perspectiva. Entre los datos que reseñan, destaca que Puerto Rico tiene uno de los gastos de salud relativo al ingreso bruto nacional más altos del mundo. Sin embargo, estaba en la posición 135 en lo que respecta a efectividad del sistema.
Indicadores de la calidad de los servicios que se ofrecen en Puerto Rico, principalmente bajo el sistema Mi Salud, no estuvieron disponibles.
EL FIN DE LUCRO. Rafael Torregrosa, de la agrupación Alianza Más Salud, explicó que el problema del sistema puertorriqueño es que es un negocio, tanto su porción pública como privada. Esto es preocupante cuando se trata del seguro de salud del gobierno puesto que gran parte del dinero público termina en el bolsillo de las compañías aseguradoras y nunca llega a los pacientes, dijo.
“Los gastos administrativos no deben pasar de 10% pero aquí se paga como un 27% por Mi Salud”, dijo Torregrosa. “Eso es dinero que no llega al paciente”, afirmó.
Para colmo, pese a la gran cantidad de dinero, es muy poco lo que se le paga a los proveedores de servicios, que en días recientes han levantado su protesta por la retención de los pagos que les corresponden.
En términos concretos, la tarifa es de unos $5 por visita de paciente. Esto es casi una quinta parte de lo que pagan algunos planes privados.
Víctor Ramos Otero, presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, explicó que la costo efectividad del sistema de salud público se basa en la
“En la medida que convertimos la salud en un negocio tenemos
estos resultados”
IBRAHIM PÉREZ
Exdirector médico de San Juan “Estamos estancados
y seguiremos estancados hasta que haya voluntad política”
IVÁN GONZÁLEZ CANCEL
Cirujano y exsecretario de Salud
capacidad que tengan las aseguradoras de generar ganancias al pagar por los servicios médicos a descuento.
“El problema es que el dinero no llega a los pacientes”, dijo Ramos Otero. “Convertimos la salud en un negocio y ahora la inversión no llega al paciente”, dijo, por su parte, Pérez.
Según González Cancel, volver al viejo sistema, conocido por el nombre de su arquitecto, el doctor Guillermo Arbona, sería muy difícil. No obstante, afirmó que con una serie de cambios estructurales, el sistema actual podría mejorar su costo efectividad.
Mencionó, por ejemplo, el modelo de los centros que operan bajo la sección 330 de la ley federal de Servicios de Salud Pública, donde los médicos primarios son asalariados, no hay problemas mayores con los costos de prima de impericia y los gastos de farmacia son manejables.
“Pero dile esto a un político y no va a querer por la influencia que tienen las aseguradoras y los grupos Ipa, que son los que generan dinero con el sistema actual”, dijo González Cancel al argumentar que el problema es de falta de voluntad política.