El Nuevo Día

Un comandante boricua dirige un submarino nuclear

Natural de Santurce, Gary Montalvo está a cargo de 130 militares en el USS North Carolina

- José A. Delgado jdelgado@elnuevodia.com Twitter: @JoseADelga­doEND

WASHINGTON. – Gary Montalvo es uno de los pocos boricuas que comanda un submarino militar estadounid­ense.

Con base en la estación naval de Pearl Harbor, Hawái, desde junio de 2014 Montalvo es el capitán o comandante del submarino nuclear USS North Carolina.

Nacido en Santurce, Montalvo vivió en la Isla y estudió en Antilles Military Academy hasta el octavo grado.

Junto a su madre y su padrastro se mudó a Durham, Carolina del Norte, donde completó su escuela secundaria. Su próximo paso fue la Academia Militar de la Marina de Guerra en Annapolis, Maryland, de la que se graduó en 1997. Luego hizo una maestría en George Washington University.

En la academia militar coincidió con su colega y amigo Gabriel Anseeuw, nacido en Puerto Rico y criado en Miami (Florida), quien desde septiembre es el comandante de otro submarino nuclear, el USS Greenevill­e.

Montalvo, de 39 años, ha estado asignado a tareas en el Pentágono y a bases navales en el estado de Washington y en Hawái. Antes de asumir la comandanci­a del USS North Carolina, Montalvo fue el número dos del USS Texas.

En el USS North Carolina está al frente de 130 militares. Algunos son de origen boricua, aunque ninguno nacido en la Isla.

“Tengo la responsabi­lidad de todo lo que ocurre en el submarino, incluso prepararlo para cada misión, desde los entrenamie­ntos, el mantenimie­nto y el manejo de los asuntos de personal”, indicó Montalvo, en una entrevista telefónica.

Todos los submarinos de la Marina de Guerra de EE.UU. son de propulsión nuclear, por lo que no dependen de gasolina. “La energía del submarino dura toda su vida”, dijo.

En términos prácticos, la propulsión nuclear supone una libertad de movimiento para los submarinos. La única limitación que tienen es el suministro de alimentos, lo que, en ocasiones, puede determinar en qué puertos deben hacer sus paradas.

LARGO TIEMPO BAJO AGUA. La misión del submarino suele durar seis meses. De las encomienda­s que suele tener no habla. Pero, el submarino puede estar fácilmente más de un mes en alta mar, sin los marinos pisar tierra.

“La mayor parte del tiempo uno está por debajo del agua. Puede cansar, pero hay que aprender a sobrevivir en el submarino. He crecido muchísimo, y se me hace fácil estar los seis meses en el submarino. Cuando los marinos empiezan, es natural que se les hace más difícil, pero no es tan difícil. Tenemos todo lo que uno necesita tener, aunque no hay internet -en ocasiones puede haber acceso a correo electrónic­o-, ni fiestas cada fin de semana. Se trabaja fácilmente 80 horas a la semana, hay que proteger el tiempo de descanso de los marinos, pero hay tanto trabajo vinculado a las misiones que se nos dan, que uno no se aburre”, dijo.

Como entretenim­iento, los militares tienen acceso a películas, un minigimnas­io y, normalment­e para el disfrute de los más jóvenes juegos computador­izados. Casi el 75% de los miembros de la tripulació­n son hombres solteros entre los 20 y 25 años.

Montalvo, cuya familia mantiene una casa en el sector del Condado, siempre pensó en ser militar.

“Mis abuelos estuvieron activos en la Segunda Guerra Mundial. Mi abuelo materno, que estuvo en el Ejército y acabó en la Fuerza Aérea, siempre fue una influencia muy grande en mi vida. Mi abuelo materno fue muy puertorriq­ueño, pero siempre muy orgulloso de lo que hizo por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos”, sostuvo.

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Dentro de poco, la Marina podría pedirle el retiro o ascenderlo al puesto de comodoro, oficial que supervisa varios submarinos.

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