Lucha por histórico edificio
El Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico intenta rescatar el antiguo Acueducto del río Piedras El complejo sería destruido si se lleva a cabo el plan de canalización del río propuesto por el Cuerpo de Ingenieros
La iniciativa para el rescate de lo que fue el primer sistema que purificó y envió agua a San Juan, el antiguo Acueducto del río Piedras, cuenta ahora con un colaborador de peso que podría ayudar a disuadir al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos de construir allí un canal.
El sitio, que cuenta con seis estanques, varias casetas y parte de las antiguas bombas de agua, fue designado como Tesoro Nacional, luego que fuera de alguna forma redescubierto por el Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico (FCPR).
Sin embargo, unos viejos planes de canalización del río Piedras pondrían un enorme canal pasando justamente por encima del sitio histórico, en un área contigua a los terrenos del Jardín Botánico. Cabe destacar que, según explica
Fernando Lloveras, presidente del FCPR, al confeccionar esos planos en la década del 1980, el Cuerpo de Ingenieros no menciona la existencia de este lugar, que para entonces estaba en abandono por parte de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, agencia que eventualmente lo cedió a la Universidad de Puerto Rico. Sin embargo, añade Lloveras, el Cuerpo de Ingenieros sí fue advertido de que había un interés histórico en el lugar por parte de la Oficina Estatal de Preservación Histórica.
La pasada semana, la presidenta y directora ejecutiva del Fideicomiso Nacional para la Preservación Histórica (National Trust for Historic Preservation), Stephanie Meeks, acudió a las antiguas instalaciones del Acueducto del río Piedras y reafirmó que tienen toda la intención de ayudar a sus socios en Puerto Rico a conservar el histórico complejo.
“Hay dos cosas principales que podemos hacer. Una, es dar visibilidad a este lugar y resaltar su importancia. Somos una organización nacional, con medios nacionales, así que podemos trabajar con nuestros socios para destacar este proyecto y las amenazas que enfrenta”, explicó Meeks. “Y lo otro que podemos hacer es que tenemos un equipo legal que, por años, ha estado trabajando en asuntos legales de preservación. Y ya ese equipo legal está trabajando con el Fideicomiso de Conservación para ver cuál es la manera más efectiva en que nos podemos involucrar en el debate con el Cuerpo de Ingenieros”.
Meeks añadió que, en el pasado, han trabajado en otros proyectos que in- volucraban obras del Cuerpo de Ingenieros y que habían llegado a acuerdos satisfactorios.
“Hemos trabajado con el Cuerpo de Ingenieros en numerosos proyectos. Así que tenemos lo que podría definirse como conocimiento y experiencia en el trabajo con el Cuerpo de Ingenieros en asuntos de preservación”, comentó Meeks.
Puso como ejemplo los trabajos en el pueblo de Zoar, en Ohio, un sitio histórico amenazado por el deterioro de un dique que el Cuerpo de Ingenieros quería mudar en su totalidad, pero que, eventualmente, fue convencido de no hacerlo.
La directora del Fideicomiso Nacional añadió que la designación de Tesoro Nacional al Acueducto de río Piedras no era un mero título, sino “un compromiso a largo plazo para traer recursos para proteger este lugar. Creemos que es un lugar importante para la nación, que está amenazado de alguna forma”.
Al abundar sobre la importancia del sitio, Meeks explicó que se trata “del acueducto más antiguo de la era hispana que hay en los Estados Unidos. Ya con eso nada más es importante, es único. Por otro lado, esto es parte de la herencia industrial de los Estados Unidos, y la herencia industrial no ha recibido tanta atención como otras propiedades históricas. Y, además, queremos que sea protegido porque también cuenta una parte importante de nuestra historia. Y, en tercer lugar, y es algo también relacionado, es que queremos contar la historia de todos los estadounidenses, y estamos tomando muy en cuenta en nuestro portafolio de tesoros nacionales que sea bien diverso en términos de periodo de arquitectura, tipo de arquitectura y también la gente que representa y su historia”.
Usando la definición anterior, añadió Meeks, “este es un lugar perfecto para ser Tesoro Nacional, puesto que representa un periodo histórico que ha sido poco destacado, un tipo de arquitectura poco destacada. Y queremos asegurarnos que la historia hispana y puertorriqueña de los Estados Unidos también esté representada en la conservación”.
HUELLAS HISTÓRICAS. Un recorrido
por el lugar muestra que aún existe parte de lo que fue el dique de una represa, los seis estanques de decantación al borde de un meandro que cubren unas tres cuerdas de terreno, así como varias estructuras del complejo que abarcan otras dos cuerdas de terreno.
Según explicó Edwin Figueroa, intérprete ambiental de la unidad Para la Naturaleza, luego que el FCPR recibiera el lugar en usufructo, removieron más de un metro de tierra para descubrir las calzadas que bordean los estanques, que se calcula pueden tener hasta 24 pies de profundidad.
El complejo tiene, además, una gran chimenea, pues el agua una vez purificada era bombeada con una máquina de vapor hacia unos aljibes en el cerro de Prim, en el sector Venezuela, desde donde corrían luego por gravedad hacia el Viejo San Juan.
En uno de los edificios todavía quedan nueve de los 12 filtros originales que se instalaron en el acueducto.
Según Figueroa, la intención del Fideicomiso de Conservación es restaurar los estanques y transformar el lugar en un centro de investigación del recurso agua, para que sirva para propósitos educativos a escuelas y universidades. Al menos uno de los estanques podría ser dedicado a cultivar flora y fauna acuática.