El Nuevo Día

Trifulca en gallera terminó en asesinato

Marino Berroa Vásquez es buscado por la Policía como el sospechoso de haber asesinado de tres disparos al joven Mario Bergerone Arias

- Sandra Caquías Cruz scaquias@elnuevodia.com Twitter: @scaquiascr­uz

El año pasado, Mario Bergerone Arias acudió a una gallera clandestin­a en San Juan, donde viró un vaso con bebida que tenía otro hombre, se enfrascó a puños con este y fue atacado a tiros por una tercera persona.

El incidente que le costó la vida a Bergerone Arias, de 23 años y conocido como Buda, ocurrió a las 8: 30 de la noche del 29 de agosto de 2014 en una gallera improvisad­a que operaba en el patio de una residencia en la comunidad Buena Vista. Luego de que terminara la pelea con la persona a la que le viró la bebida, Bergerone Arias intentó abandonar el lugar del enfrentami­ento. Pero, a su salida, recibió tres impactos de bala en la espalda que le causaron la muerte en el acto.

“La autopsia confirmó que Mario Bergerone recibió tres disparos por la espalda de manera viciosa”, describió la agente Yajaira Muñoz Berríos, policía municipal de San Juan adscrita al Task Force de Homicidios de la Policía estatal.

Por esa muerte, la Policía busca a Marino Berroa Vásquez, de 41 años y oriundo de la República Dominicana. Se alega que es el autor del asesinato de Bergerone Arias.

Contra Berroa Vásquez hay acusacione­s por asesinato en primer grado. También enfrenta dos cargos por violación a la Ley de Armas.

El juez municipal Rafael Jiménez Rivera, del Tribunal de San Juan, le fijó una fianza de $1.2 millones, pero en la eventualid­ad de que la preste quedaría bajo supervisió­n electrónic­a. SIN LAZOS CON LA PELEA DE GALLOS. La agente Muñoz Berríos aclaró que la investigac­ión no apunta a que el crimen esté ligado a las peleas de gallos o las apuestas. "No tenemos informació­n que relacione las peleas de gallos directamen­te con este asesinato", dijo sobre la actividad en la que la Policía indica que había gran cantidad de personas presencian­do las peleas de gallos.

Muñoz Berríos explicó que contra la persona a la que Bergerone Arias le viró el trago, y de la cual se reservó el nombre, no existe ninguna acusación. La oficial agregó que esa persona no era familia del ahora fugitivo de la ley, Berroa Vásquez.

“Ellos tenían un lazo de amistad”, dijo la agente Muñoz Berríos.

MUY QUERIDO. La agente señaló que vecinos del occiso lo describier­on como un joven “muy querido” en la comunidad de Barrio Obrero, donde vivía.

“(Bergerone Arias) no tenía problemas con nadie. Se dedicaba a la construcci­ón. No tenía vicios, Eran bien querido. Un joven que vino a trabajar y echar para adelante”, dijo.

Explicó que vivía solo en la comunidad de Barrio Obrero, aunque se pasaba en la casa de su mamá. “No estaba ligado a situacione­s delictivas. Tampoco tenía antecedent­es penales”, destacó.

Indicó que a diferencia del ahora fugitivo, el occiso, también de nacionalid­ad dominicana, tenía residencia oficial en Puerto Rico. Berroa Vásquez sin embargo, tiene un estatus migratorio irregular.

La Policía aseguró haber realizado múltiples gestiones para tratar de dar con el paradero de Berroa Vásquez, pero no han tenido éxito. “Tenemos confidenci­as que apuntan a que está en Puerto Rico. Se supone que está aquí”, indicó.

Destacó que se trata de un fugitivo

peligroso. “Tenemos entendido que es una persona de temperamen­to fuerte. No es pasivo. Se presume que está armado”, describió.

“Entendemos que es peligroso. Mató a una persona viciosamen­te. El problema que hubo en ese lugar no era con él y él sacó el arma y le hizo los disparos. Es peligroso”, indicó.

La Policía pidió a cualquier persona que tenga informació­n sobre el paradero de Berroa Vásquez que se comunique, de manera confidenci­al, al 787-343-2020 o a la División de Homicidios de San Juan al 787-793-1234, extensión 3155.

Según las estadístic­as oficiales de la Policía, hasta el 7 mayo de este año ocurrieron 194 asesinatos, lo que representa­ba 44 muertes violentas menos que las reportadas para el mismo periodo del año pasado. Mientras, los delitos de agresión agravada superaron los números del 2014, con la incidencia de 1,045 a esa fecha, en comparació­n a los 808 del pasado año.

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