El Nuevo Día

Ni tan valiente o atrevida

Kerry Washington habla sobre las similitude­s y diferencia­s que tiene con el personaje de Olivia Pope

- Romina Raglianti El Mercurio

Hasta hace tres años, el de Kerry Washington (38) no era un rostro ampliament­e conocido, pese a tener dos décadas de carrera en cine y televisión encima. La neoyorquin­a había participad­o en filmes como Ray y Mr. y Mrs. Smith, pero en roles secundario­s.

Pero en 2011 capturó la atención de Shonda Rhimes, una de las mujeres más poderosas de la TV estadounid­ense, creadora de la exitosa Grey's

Anatomy. La guionista estaba buscando a una actriz negra para protagoniz­ar su nueva serie, y necesitaba a alguien que pudiera personific­ar fuerza, osadía y vulnerabil­idad. Y que se viera fabulosa en trajes de diseñador.

Así fue como Kerry Washington se convirtió en la protagonis­ta de Scan

dal, una serie que partió con unos tímidos siete episodios como una producción de reemplazo y terminó convirtién­dose en una de las ficciones más exitosas y adictivas de la pantalla actual. En ella, interpreta a Olivia Pope, una astuta experta en manejo en crisis que ayuda a clientes de alto nivel a salir de las situacione­s más extremas. Entre sus antiguos clientes está el mismísimo Presidente de Estados Unidos (Tony Goldwin), con quien mantuvo un romance ilícito que no está finalizado del todo.

“Olivia es una mujer muy persistent­e, no se rinde fácil. Siempre busca una solución, incluso cuando parece no haber una. Es mucho más teme- raria que yo, nunca deja que el miedo la supere. Yo no soy tan valiente ni atrevida”, comenta Washington.

El personaje de Pope está basado en Judy Smith, una de las principale­s asesoras de prensa del Presidente George Bush padre, y que más tarde asesoró a Monica Lewinsky durante el escándalo con Bill Clinton. La actriz aclara rápidament­e que Smith, que es productora ejecutiva de Scandal, nunca mantuvo un romance con Bush, pero que los guiones sí están basados en su trabajo.

Por estos días la cadena ABC emite la cuarta temporada de la ficción, que tiene un promedio de nueve millones de espectador­es en Estados Unidos. “En este nuevo ciclo, Olivia lucha por distanciar­se de sus padres, que son personas horribles, y ser su propia mujer, independie­nte”, explica Washington. Su personaje, una antiheroín­a que “cree que lo bueno y lo malo es más complejo que lo que es legal o ilegal”, ha evoluciona­do bastante desde la valiente líder que se vio en el primer episodio, estrenado en 2012. “Al principio, ella es como una superheroí­na, porque cree que puede hacer todo y decirle lo que quiera a quien sea. Ahora vemos que es humana y vulnerable. Y eso no la ha hecho más débil, sino más fuerte”.

POLÍTICA Y DIVERSIDAD. Scandal no es el primer contacto de Washington con el mundo de los políticos. De hecho, la actriz trabaja en la Casa Blanca desde antes de formar parte de la serie. Actualment­e es miembro del Comité de Artes, que las promueve en Estados Unidos, y otras organizaci­ones de la administra­ción actual. Trabaja de cerca con la Primera Dama, Michelle Obama, a quien describe como “una de mis personas favoritas y una mujer espectacul­ar”.

A pesar de esto, dice que no le interesa la política. “Nunca querría competir por un cargo público, es demasiado difícil”, asegura. Pero sí reconoce tener alma de activista. “Mi pasión por el activismo viene de un lugar similar al de mi pasión como artista. Viene de una fe fundamenta­l en la humanidad, de creer que cada historia vale la pena contarse, que las vidas de cada persona importan y que nadie merece más que el otro. Eso es

lo que me atrae”.

Al igual que su alter ego en la ficción, Washington es considerad­a un ícono de la moda gracias a sus vanguardis­tas propuestas en la alfombra roja. Dice que no quiere ser un modelo a seguir, “pero entiendo que al estar en el ojo público puedo terminar siéndolo para algunas jóvenes. Pero creo que nadie debería ser como yo. Todos debemos ser quienes realmente somos, y en eso estoy trabajando personalme­nte, en conocerme y saber qué es lo que quiero. Si luchas por la mejor versión de ti mismo, serás más feliz que si tratas de ser alguien más”.

Cuando Kerry se convirtió en la protagonis­ta de Scandal, era la única mujer negra que protagoniz­aba una serie. Hoy hay varias más y tan exitosas como ella, como Viola Davis en How to get away with murder y Taraji P. Henson en Empire.

La actriz es humilde al decir que no cree que su serie haya impulsado esta mayor diversidad, pero que sí es parte de un movimiento positivo. “Que Scandal sea tan exitoso en todo el mundo es quizás en parte porque tra- bajamos tan duro para hacer un buen show, pero también es porque las audiencias aman y ansían diversidad. Todos queremos ver algo que refleje el mundo a nuestro alrededor, y mientras los estudios y los canales vean que la diversidad funciona, más llamarán a más gente de todas partes del mundo”, comenta. “Tiene sentido que nos veamos los unos a los otros. El cine y la televisión son lugares fantástico­s para aprender de otra gente y otras culturas”.

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La protagonis­ta de Scandal interpreta en la serie a una astuta experta en manejo en crisis que ayuda a clientes de alto nivel a salir de las situacione­s más extremas.
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Washington es considerad­a un ícono de la moda gracias a sus vanguardis­tas propuestas en la alfombra roja.

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