El bien común por encima de todo
Al cierre de esta edición circulaba un devastador informe divulgado por el Banco Gubernamental de Fomento (BGF), que en 70 páginas actualiza el panorama fiscal de Puerto Rico. Aunque a nadie le debe sorprender la crítica situación del fisco boricua, una mirada a cada página del Informe Financiero del Estado Libre Asociado debe servir para despejar las dudas de hasta el más incrédulo y de aquellos que minimizan la gravedad de la crisis, y que piensan que con pequeños ajustes Puerto Rico puede salir del hoyo.
El informe deja plasmado en blanco y negro las multimillonarias obligaciones que tiene que pagar Puerto Rico al cierre de este año fiscal, e incluso en años venideros, al igual que las insuficiencias.
Faltando dos meses para el cierre del año fiscal, según el informe, el Gobierno espera cerrar con un déficit de $651 millones, de no implementar un sinnúmero de medidas no recurrentes para allegar fondos al fisco. Más grave aún es el hecho de que el Gobierno está corto por alrededor de $2,400 millones, lo cual apunta hacia un temido impago y sus nocivas consecuencias.
Al final del día todos los que vivimos aquí y los que queremos que Puerto Rico eche hacia adelante tendremos que pagar el precio de años de irresponsabilidad fiscal. Seguir posponiendo las soluciones solo hará que el precio sea mucho más alto y que la recuperación se haga cada vez más lejana.
Tenemos que trabajar en dos frentes. Primero, desarrollar un plan a corto plazo para lidiar con los pagos que vencen en los próximos dos meses y, en paralelo, lidiar con un plan creíble y responsable a largo plazo, para que Puerto Rico pueda recobrar credibilidad y recuperarse.
Eso, va a incluir recortes en el gobierno y, lamentablemente, un aumento en impuestos. Sin embargo, la clave está en hacerlo de la forma más justa y balanceada posible, a modo de que el impacto en la economía sea lo menos adverso posible. Ciertamente, hacer este ejercicio de manera inteligente y sensata toma tiempo, algo que por desgracia ya no tenemos. No obstante, Puerto Rico tiene una oportunidad de oro para crecerse dentro de esta adversidad y convertirse en una exitosa historia de recuperación. Solo nos falta la voluntad para lograrlo y la madurez para poner el bien común por encima de los intereses particulares.
Curiosamente, hoy en la revista, nuestra periodista Joanisabel González, entrevista al presidente de Borinquen Biscuit en Yauco, empresa que ha sobrevivido y ha sabido reinventarse durante los pasados 150 años. Puerto Rico tiene la obligación de viabilizar mejores condiciones fiscales y económicas para que empresas como estas y sus empleados, que han luchado contra viento y marea, puedan seguir saliendo adelante y creando riquezas para la Isla.