Celebran 25 años de servicio en Guayama
El Centro Sor Isolina Ferré en Puente de Jobos ofrece servicios educativos y apoyo a las familias del área
GUAYAMA.- Kenny Vázquez perdió su madre hace dos años por problemas de salud y eso fue suficiente para que el joven se revelara contra todo y abandonara la escuela.
El padre de Kenny buscó alternativas para que su hijo retomara sus estudios y en ese caminar se topó con el Centro Sor Isolina Ferré, en la comunidad Puente de Jobos, de Guayama, donde el joven aceptó matricularse.
“No respetaba a nadie. Si alguien me que salía con un comentario yo le contestaba para atrás”, describió Kenny. “Cuando vine al centro no hablaba con nadie, me pasaba serio, hasta que vi que todo el mundo me apoyaba y cambié mi seriedad”, dijo.
Kenny, de 17 años, es uno de muchos jóvenes cuyas vidas se transformaron cuando comenzaron a recibir los servicios de este Centro, ubicado en el barrio Puente de Jobos, en Guayama, una de las comunidades con mayor pobreza económica en la costa sur.
Vivencias como la que expresó Kenny describen la razón por la que sor Isolina Ferré decidió fundar este centro hace 25 años. La religiosa quería llevar servicios a las familias de esa comunidad y atender el alto problema de deserción escolar que habían detectado.
Al servicio educativo incluyeron el desarrollo emocional y espiritual de cada uno de los participantes. Yolan-
da González, directora del Centro, resaltó que el trabajo en esa comunidad también ha redundado en una merma en la delincuencia. “Hemos visto que se minimiza la problemática en la comunidad”, aseguró.
Marta Almodóvar Clavell, primera directora de esa institución y quien ayer visitó las instalaciones, narró que cuando sor Isolina la contactó para fundar este centro sintió “una bendición”, porque anhelaba ayudar a sus vecinos y atender las necesidades que tenían, en especial, el que mejoraran su autoestima y se dieran cuenta que podían salir adelante.
El centro comenzó servicios en la comunidad Puerto de Jobos, pero el paso del huracán Georges destruyó las instalaciones y los obligó a mudarse al vivero que tenían en la comunidad Puente de Jobos, donde ac- tualmente tienen sus instalaciones.
El centro lo componen varias estructuras con salones y oficinas de los diversos programas y servicios. La localidad también cuenta con una biblioteca en la que además de ofrecer libros en calidad de préstamo, tienen materiales educativos y recreativos que facilitan que padres y profesionales puedan enseñar a los pequeños destrezas motoras y del diario vivir.
Otro de los salones es un centro de computadoras con acceso a internet para que los estudiantes puedan realizar sus asignaciones. También tiene una cancha de baloncesto en la que ayer celebraron una misa con motivo del 25 aniversario.
“Vemos la mano de Dios en toda la obra de sister Isolina. Hemos tenido muchas dificultades, muchas limitaciones, pero creemos que Dios está con nosotros y podemos seguir adelante”, destacó la religiosa sor Rosita
Bauzá mientras habló del trabajo y la obra en esa comunidad durante los 25 años de fundado este centro.
Mientras, Sor Mildred Vázquez añadió que el mayor logro “lo vemos en los jóvenes que completan la escuela, que aumentan su autoestima y que se dan cuenta que ellos valen mucho y deciden salir adelante”.