CONTRASTES AL PEDIR
Diferencias entre ellas y ellos
No hay que ser adivino. Si en una bandeja el mozo lleva una ensalada de quinoa con salmón y un bife con papas fritas, las posibilidades de que el primer plato sea para la mujer y la carne para el hombre son apuesta casi segura.
A la hora de elegir, mozoz, chefs y administradores de restaurantes saben que las diferencias de género son marcadas.
“El hombre es mucho más gozador con la comida, se permite más disfrutarla, no se restringe. Ellos piden mucho más que ellas la paletilla de cordero, el cerdo o los riñones. Las mujeres están más preocupadas de cuidarse y eligen más una ensalada, un pollo a la plancha o pescado”, señala la chef Carola Correa.
El tamaño del plato también marca diferencia. A las mujeres les gustan los platos más bonitos que voluminosos. El hombre, en cambio, reclama si le toca una porción de plateada más chica.
RAÍCES ANCESTRALES. Según un estudio sobre diferencias de género en la elección de alimentos realizada por el Instituto Nacional de Investigación en Alimentos y Nutrición de Italia, el patrón masculino, más aficionado a las carnes (especialmente rojas), al alcohol y a las porciones generosas, y el femenino, que privilegia frutas, verduras, pescado y lácteos, son extendidos en Occidente.
Entre otras causas, señalan, esto se debería a que “las mujeres se involucran más en conductas de promoción de la salud y tienen estilos de vida más sanos, mientras que los hombres consideran el comer como una actividad necesaria ' para ponerle gasolina al cuerpo' y suelen percibir la alimentación saludable como monótona e insatisfactoria”, reportan los autores, encabezados por Claudia Arganini. Pero también habría un componente ancestral.
En un pueblo de cazadores-recolectores de Tanzania -cuyo estilo de vida no ha cambiado mucho respecto de nuestros antepasados de hace 10 mil años-, los hombres prefieren la carne y solo ellos comen interiores de animales, como riñones, criadillas, lengua o corazón. Las mujeres se inclinan por los berries y los frutos del baobab antes que por la carne, según un estudio realizado en 2009 por la antropóloga Julia Berbesque, de la Universidad Estatal de Florida.
A su manera, sin embargo, nuestros modernos comensales masculinos ya están incorporando conductas alimentarias más saludables. Y aunque los hombres piden la carne con arroz o papas fritas de acompañamiento, también agregan una ensalada, según señalan los chefs.
En la elección de bebestibles, “las bebidas azucaradas hoy tienen mucho menos rotación que las zero y light”, dice Correa, opción que también están tomando los hombres. “En Chile el consumo de pisco sour ha disminuido, por su contenido de azúcar. Y se ha reemplazado por espumante o por vino”.