Vicente Feliciano: Enfrentando realidades
Debe ser obvia la necesidad de un ajuste fiscal con recortes de gastos y aumentos de impuestos. Sin embargo, estamos en la discusión donde debimos estar hace dos meses.
El gobierno ha sido inflexible en aceptar que se requieren recortes significativos en los gastos e inicialmente trató de cubrirlo todo con impuestos. Grupos del sector privado claman ni un impuesto más, cuando la realidad es que en ausencia de mayores impuestos, los recortes al gasto serían devastadores en términos de los servicios que recibe la ciudadanía. Y la oposición política, que enfrentó la necesidad de un ajuste fiscal en el 2009 y que se vio forzada a aprobar la Ley 7 con aumentos de impuestos y reducciones de gastos, indica que esta vez se puede sobrellevar la crisis sin más impuestos y con recortes indoloros.
Como el tiempo se nos acaba, debemos llegar rápidamente a un acuerdo presupuestario con los siguientes lineamientos.
(1) Debe haber un IVU de 10% hasta marzo 2016 y un IVA de 10% a partir de abril 2016. Para el consumidor es irrelevante si paga 10% de IVA o 10% de IVU. Pero alrededor del mundo el IVA está probado como muchísimo mejor para atajar la evasión contributiva que el IVU. Esta medida recaudaría unos $700 millones en el fiscal 2016 y mucho más en 2017.
(2) Recortes de gastos gubernamentales significativos, lo que implica que probablemente se impacten programas como Tribunales, UPR, ASES, transferencias a municipios y nómina del sector público.
(3) Reducción de muchos de los créditos y subsidios al sector privado, según desglosados en el informe sobre reforma contributiva de KPMG y en el estudio sobre el tema de la Cámara de Representantes.
(4) Impuestos adicionales que pudieran recaudar entre $100 y $300 millones, los cuales pueden incluir desde un ajuste adicional al arbitrio a los productos derivados del petróleo hasta una sobretasa al impuesto a la propiedad, entre otros.
Para ayudar al trabajador de bajo ingreso se puede eliminar la con- tribución sobre ingresos a todo aquel que gane menos de $25,000. Se llevaría a cero responsabilidad contributiva a sobre 400,000 planillas. Esta medida, que apenas costaría al fisco unos $115 millones, se financiaría mediante la eliminación de algunas deducciones y créditos de la contribución sobre ingresos que benefician a personas de ingresos altos y que KPMG re- comendó que se eliminaran.
El programa para atender la regresividad del IVA se puede manejar fácilmente mediante transferencias a las cuentas individuales de los participantes del PAN, TANF y compensación por desempleo. El monto de las transferencias sería mínimo porque el impuesto al consumo solo aumenta 3 puntos porcentuales y muchos productos de consumo están exentos (alimentos, medicinas, transportación, educación, vivienda, entre otros).
La elegibilidad al programa debe ser en función de la participación del ciudadano en programas de bienestar social, no a base de la edad de la persona.
El acuerdo presupuestario es lo urgente. Lo que tenemos para después es lo importante, los cambios estructurales que se necesitan para echar la economía a andar. Requerimos reformas como la laboral y la energética para poder rescatar nuestra economía. Pero sin un acuerdo de presupuesto pronto, no vamos a tener economía que rescatar.
Sin un acuerdo de presupuesto pronto, no vamos a tener economía que rescatar.