Enfocar la ciudad
POR ILEANA LÓPEZ AVILÉS
ESPECIAL PARA CONSTRUCCIÓN
Proveer servicios profesionales de planificación y diseño, que no solamente respondan a las necesidades del cliente, pero que también estimule la integración de las ideas, ha sido el norte del arquitecto Jorge Ramírez Buxeda, quien vive convencido que esta meta debe intentar ante todo mantenerse a la vanguardia de la necesidades cambiante y ver la sociedad como un todo.
Sus proyectos, residenciales y comerciales, se distinguen por ser efcinetes y costo efectivos sin abandonar la creación de una experiencia especial única para su usuario.
Según Ramírez Buxeda, quien cuenta con una maestría en Arquitectura de la Universidad de Virginia, en Charlottesville, y un bachillerato en Artes del Departamento de Estudios Visuales y Ambientales de la Universidad de Harvard, “típicamente los proyectos residenciales son bien particulares porque estás diseñando para el uso específico de una persona o una familia. Mientras que en el caso comercial, el trabajo es más genérico y anónimo. En este tipo de trabajo, uno trata de mezclar lo que uno quiere y le gusta con lo que desea el cliente. Esa mezcla se convierte en un balance interesante y complicado”.
¿CÓMO COMIENZA ESTE PROCESO CREATIVO?
“Siempre comienzo con una entrevista. Les doy asignaciones. Y el resultado impacta el diseño, ya que el trabajo se convierte en una colaboración y toma tiempo. En el proceso uno se convierte en un maestro, ya que hay que ayudar al cliente a tomar decisiones”, dijo, agregando que “después que tienes todos los parámetros, conoces sus necesidades, lo que quiere, cómo va a vivir, el gusto por los materiales y el presupuesto, te metes en el diseño”.
Por supuesto, el diseño estará impactado por las condiciones existentes, la topografía, si hay o no hay vista, por dónde sale el sol, la ruta de la brisa, entre otros, pero algo que siempre debe tener todo proyecto de es que funcione bien el lugar.
Aunque las primeras ideas las traza sobre papel, el arquitecto admite que los programas de computadora le dan una flexibilidad increíble que le permite llevar al cliente de la mano y “meterlo” en el proyecto mucho antes de iniciar la obra.
El también profesor de la Escuela de Arquitectura de la U.P.R, dice que diseña para construir. Al hablar de su trabajo residencial, recalca que cada uno es diferente y responde más que nada a las particularidades del cliente y a la condición natural del espacio. “Pero algo especial es que hacemos cosas que son de hoy, con materiales de hoy, con la intención de diseñar algo que se vea bien ahora y también dentro de 50 años. Desaprobamos las tendencias y nos gusta hacer trabajo que sea elegante y minimalista, pero a la vez que siga una línea que perdure con el tiempo”.
LA ARQUITECTURA DEL SIGLO 20
Al hablar de la arquitectura residencial en Puerto Rico en la segunda mitad del siglo 20, Ramírez Buxeda piensa que esta descansaba en los “trends”, sobre todo aquella realizada en los años 80, la cual puede ser identificada fácilmente. “Es una época que pasó de moda, de la cual la gente se cansó rápidamente por ser rebuscada. Es un estilo que no se diseñó por la calidad del espacio o de la luz, sino por la forma”.
“Sin embargo, uno mira los proyectos del modernismo, eso se podría ver en la época actual. Es simple, sencillo, elegante. Arquitectura que puede ser imponente, pero a la vez no como es una escultura, sino que “blends in”, se convierte en la creación del espacio”.
¿Cómo ha cambiado el diseño? "Cuando realiza proyectos de remodelación se da cuenta cómo esas residencias, producto de los años 70 y los 80, eran
"En nuestra práctica estamos particularmente interesados en la densidad humana y las necesidades sociales creadas por la ciudad y los nuevos contextos de diseño que constituye esta situación".
casas bien introvertidas, que le daban la espalda casi siempre al exterior, eran poco tropicales y en muchas ocasiones, los dormitorio daban a la calle”.
“Es un reto, y uno trata de cambiar todo eso. Abrir la casa, para que respire. Enfatizar la relación del exterior con el interior, crear espacios altos con mucha luz y cristal”, dijo y señaló que a diferencia de las anteriores, las residencias construidas en la década de los años 1950 –con pocas excepciones- resultan estar más a tono con lo que se quiere hoy y son más fáciles de remodelar desde ese sentido, ya que estaban mejor comunicadas con el exterior. “Los cambios en la arquitectura residencial responden más que nada a la manera como la gente vivir ahora. El diseño de décadas atrás respondía a como la gente vivía entonces”.
Según el arquitecto, la reseción “no ha afectado el diseño, sino la cantidad. La gente está más consciente y se está tomando menos riesgos. Un proyecto que se hacía completo, ahora se hace por fases. Tienes que trabajar un plan de desarrollo que vas haciendo en pedacitos, tanto con remodelación como con proyectos nuevos, lo que hace que el diseño sea más eficiente tanto en el tema del ahorro energético como de otros recursos. Es sentido común”.
EL FUTURO DEL DISEÑO RESIDENCIAL
Al hablar de hacia dónde se dirige el diseño residencial, el arquitecto opinó “nosotros hacemos muchos proyectos en el suburbio, pero hacia donde yo quisiera que se moviera la cosa es a enfocar la ciudad, que podamos vivir más en densidad, por la misma razón del consumo y de los recursos, en lugar de seguir desparramando el desarrollo en las áreas. En nuestra práctica estamos particularmente interesados en la densidad humana y las necesidades sociales creadas por la ciudad y los nuevos contextos de diseño que constituye esta situación. Nuestra meta es usar el diseño como una herramienta para reactivar los cascos urbanos y traer nueva vida al área metropolitana. Puerto Rico es bien limitado y con la condición económica creo que iremos forzando a que eso ocurra. Hay una realidad nueva, las generaciones más jóvenes están creciendo en esa conciencia, así que mientras vayan entrando en la toma de decisiones, las van a tomar desde esa perspectiva, cambiando la manera de vivir”.