Diabetes en la edad avanzada
Es vital la detección temprana y su control estricto con una orientación nutricional y un plan y horario de comidas adecuados.
La diabetes mellitus es un estado caracterizado por hiperglucemia secundaria a una deficiencia relativa de insulina o de su acción resultante en el desarrollo de cambios degenerativos en los nervios periféricos, la vista, el riñón y en complicaciones macrovasculares afectando el cerebro, la circulacion perioférica y el corazón.
Por esta razón, es importante enfatizar su detección temprana y el control glucémico estricto en todos los individuos afectados independientemente de su edad.
Existen varios elementos que favorecen la diabetes como un modelo de envejecimiento, particularmente, por los cambios observados a nivel microscópico en los órganos y la aceleración de estos cambios en órganos como el riñón, los vasos sanguíneos, los nervios periféricos y el colágeno en el paciente diabético. Al comparar los cambios del envejecimiento normal con los cambios observados en pacientes diabéticos, los cambios ocurren prematuramente y son más severos en los diabéticos y, en ocasiones, se observan en el estado prediabético de intolerancia a glucosa y el síndrome metabólico. Se enfatiza, entonces, la deteccción temprana y el control estricto de la glucemia para prevenir o retardar estos cambios progresivos.
La diabetes es una de las condiciones crónicas más co- munes que afecta al envejeciente.
La patofisiología de las complicaciones es similar en el paciente envejeciente y en el adulto joven. Sin embargo, los cambios fisiológicos que ocurren con el envejecimiento, además de los cambios por la diabetes, llevan a una disminución en la reserva fisiológica que afecta la capacidad funcional y la independencia del paciente geriátrico.
La diabetes descontrolada en este grupo de edad, favorece los síndromes geriátricos de incontinencia, caídas, fragilidad, polifarmacia, alteración cognoscitiva, depresión y limitación de mobilidad tres veces mayor en este grupo y limitación en actividades del diario vivir dos veces más que el diabético más joven. Por lo tanto, hay que enfatizar la detección temprana de esta condición y su control estricto, evitando la hipoglucemia con una orientación nutricional y un plan y horario de comidas adecuados.
Los criterios diagnósticos de la Asociación Americana de Diabetes no incluyen ajustes en los valores diagnósticos de acuerdo a la edad. Los criterios diagnósticos permanecen iguales a los de la población general. Hay personas con valores de glucosa en ayunas normales e hiperglucemia posprandial que deben ser evaluados luego de la ingesta de glucola como prueba de cernimiento para una intervención temprana y con valores de hemoglobina glucosilada para ver el im- pacto de estas alteraciones ocasionales en el control glucémico a largo plazo.
En el manejo integral del individuo mayor de 65 años, es importante la detección temprana, una evaluación comprensiva que incluya aspectos funcionales, psicosociales, comorbilidades, evaluación para la presencia de síndromes geriátricos asociados, prevención y manejo de riesgo cardiovascular, educación individualizada al paciente y al familiar más cercano, control estricto de la glucemia, aumentar la actividad física, eliminar hábitos tóxicos.
Actualmente, existen múltiples medicamentos con mecanismos de acción complementarios y dirigidos a la patofisiología de la diabetes mellitus, independientemente del régimen seleccionado, la meta terapéutica es controlar la glucosa a valores 90-110 mg/dL en ayunas evitando la hipoglucemia y ajustando el régimen de acuerdo con el estilo de vida del individuo.
Es muy interesante y estimulante conocer individuos que se mantienen activos, ejercitándose, en labor voluntaria o practicando sus pasatiempos y colaborando con sus médicos en el mantenimiento de la salud en una vejez saludable, disfrutando lo que la vida les puede ofrecer cada día.