Ashley: disciplina y esfuerzo
Esta joven atleta que se especializa en gimnasia rítmica ya sabe lo que es darle gloria mundial a Puerto Rico. Ha ganado preseas de oro y plata...
La gimnasia rítmica le cambió la vida a Ashley Pérez Ortiz. De ser una jovencita tímida y reservada, pasó a comportarse desenvuelta, vivaracha y más sociable gracias a esta disciplina en la que se inició a los 16 años de edad.
Este deporte, además, la ha llevado a viajar fuera de Puerto Rico y acumular logros internacionales. Hoy, a sus 22 años, se prepara para competir en sus segundos Juegos Mundiales de Verano de Olimpiadas Especiales, esta vez en Los Ángeles, con altas expec- tativas de obtener medallas.
En su paso por este mundo, Ashley ha ido de menos a más. Por eso su madre, Joana Ortiz, celebra cada logro por pequeño que parezca, porque su hija es una incansable de la superación.
“Ashley fue una niña prematura, pesó una libra con 13 onzas. Los doctores me decían que no había una esperanza para ella, que me conformara con que ella iba a ser un aborto. La niña gracias a papito Dios siguió evolucionando. Estuvo dos meses y medio en intensivo, pero fue progresando poco a poco hasta que la chica me la dieron de alta”, recordó Ortiz.
“La diagnosticaron con microcefalia primaria, que eso fue lo que la llevó al retardo mental que tiene. Ha sido una niña que en su proceso de aprendizaje ha sido un poquito lenta, pero ha sido muy independiente”, destacó.
Ashley entró a la Escuela La Esperanza, en San Juan, a los 7 años y siempre se involucró en actividades de baile. A los 16 años, la maestra Annelisse Vélez la reclutó para el equipo de gimnasia rítmica bajo el programa Special Olympics Puerto Rico.
“Yo seleccioné a Ashley porque ella siempre bailaba, tenía memoria de movimiento. Era bien tímida, al principio no quería hacer las rutinas individuales, sino en grupo, y poco a poco fue soltándose, buscando seguridad en sí misma”, indicó Vélez.
Un acuartelamiento de 12 días en Salinas significó la primera vez que la adolescente salió de su casa, algo que para la mamá “fue bien fuerte”. No obstante, el saldo de la experiencia fue positivo pues, según cuenta Ortiz, Ashley “llegó otra niña bien diferente, bien independiente, más sociable”.
MEDALLISTA MUNDIAL. Dos años después, Ashley participó en los Juegos Mundiales de Grecia y arrasó con tres medallas de oro y dos de plata.
¿Cómo te fue en ese viaje?, le preguntamos.
“Bien. La comida estaba bien rica, competí y gané medalla de plata y de oro”, comentó la chica que gusta de escuchar música y armar rompecabezas, y que también ha lucido en los Juegos Latinoamericanos en Puerto Rico y Panamá.
En julio próximo, Ashley irá a California junto a otras cinco jovencitas y sus dos entrenadoras, Annelisse Vélez y Jeanette Valdés.
“Ashley ya se encuentra en el nivel 2 y va a hacer rutina en bola, cinta, maza y cuerda. Esperamos que venga arrasando con las medallas de oro que es lo que todos queremos, pero sabemos que va a hacer una excelente representación para Puerto Rico”, manifestó Valdés al resaltar la disciplina y determinación de Ashley como las cualidades que le han permitido distinguirse en este deporte.
Su madre, que no la podrá acompañar, solo pide que pueda desempeñarse a su máxima capacidad.
“Pido… que traiga medalla, pero que dé su esfuerzo en 100%, lo que ella puede dar, yo sé que ella lo puede hacer”, afirmó Ortiz.
“Desde que le dimos la oportunidad de entrar a (Olimpiadas) Especiales ha sido una niña muy diferente”
JOANA ORTIZ madre
“Ella es muy disciplinada y cuando quiere lograr algo trabaja para conseguirlo”
JEANETTE VALDÉS entrenadora